Reflexión 1 de Julio

Buenos días.
Comenzamos el mes dedicado a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
Un mes que deberíamos aprovechar para adorar la Santísima Sangre de Cristo y cubrirnos con ella en una ferviente oración y devoción, pues es esta Sangre derramada en la Cruz la que nos liberó y salvó de la esclavitud del pecado.
En un comienzo el Papa Pío IX proclamó que el primer domingo de julio se dedicara a la Preciosa Sangre de Jesucristo. Más tarde, el papa Pío X asignó el 1 de julio como la fecha fija de esta celebración.
Después del Concilio Vaticano II, la fiesta se eliminó del calendario, pero se estableció una Misa votiva en honor de la Preciosa Sangre que se puede celebrar en el mes de julio.
Razón ésta por la que todo el mes de julio se dedica tradicionalmente a la Preciosa Sangre, y se alienta a los católicos a meditar sobre el sacrificio profundo de Jesús y el derramamiento de su sangre por la humanidad.
Lo más necesario para nosotros, en estos tiempos que corremos, es que adoremos la Preciosísima Sangre del Salvador y nos cubramos con Ella, para la purificación del propio corazón e implorando también la liberación y salvación de nuestro mundo.
Sería muy importante durante este mes de julio rezar, cuantas más veces podamos, la Letanía de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, que aprobó el Papa San Juan XXIII.
Contempla hoy la Preciosísima Sangre del Señor Jesucristo, pidiéndole que nos cubra con Ella a todos los Hermanos que aquí cada día nos encontramos, bajo el amparo de su Santísima Madre. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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