Reflexión 18 de Julio

Buenos días.
No viene mal que volvamos una y otra vez a lo que se puede llamar ‘lugares comunes’, esas reflexiones en torno a cosas o situaciones que parecen tenerse muy presentes, como por ejemplo el tema de los excesos.
Bien sabemos que los excesos suponen salirse de los límites de lo ordinario o de lo que es lícito, causando, lógicamente, cualquier tipo de desequilibrio o deterioro en según a que cosas se esté refiriendo el exceso de que se trate.
El ‘exceso’ realiza abusos de diferente tipo que pueden derivar hasta en delitos. Incluso, algo muy típico como es el consumo de alcohol, drogas, etc., puede llevar a enajenamientos de diferente nivel, con los que la persona se expone a situaciones ciertamente preocupantes.
Otra consecuencia de aceptar excesos de diferente orden, es que la persona adquiera hábitos de los que posteriormente sea muy difícil salir, lo que supondrá ser dependiente de aquello que empezó como ‘un juego de verano’, diríamos ahora, para terminar siendo una total esclavitud.
Podemos concluir con un par de preguntas hechas en primera persona: ¿Qué es para mí un ‘exceso’?
Y la otra, ¿Tengo plena conciencia en dónde están esos excesos que pueden ser nocivos para mí?
Con responsabilidad, sin demasiados aspavientos ni escándalos, dediquemos un rato a esta reflexión, pues un exceso comienza a ser nocivo cuando la persona no vive dentro de las exigencias de sus principios, ni de aquello que no reproche la conciencia recta y bien formada.
La oración ayudará también para el justo juicio de cualquiera de esas inclinaciones, puntuales, circunstanciales o con más frecuencia, que suelen sorprender a la persona.
Oración que te vuelvo a pedir en favor de las necesidades personales de esta comunidad de encuentro en la Virgen Santísima. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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