Reflexión 20 de Julio

Buenos días.
En el orden de los tiempos litúrgicos estamos muy lejos de los momentos propicios para contemplar, reflexionar o meditar en las estaciones del santo Vía Crucis, pero no obstante hoy traigo la octava estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén.
En este ‘encuentro’ el Señor tiene fuerzas aún para consolarlas y darlas la serenidad necesaria para seguir el camino de la Esperanza, tan necesaria en la vida de las personas.
El verano también es un tiempo muy propicio para que surjan situaciones difíciles, en el recuerdo o en los momentos presentes, que llevan a las personas a realidades de desánimo, de desaliento o de decepciones y desesperanza.
Y ahí está el Señor Jesucristo, en medio de su Pasión, del dolor infinito por el pecado de los hombres, para consolar, alentar, animar y dar fuerza a todos los que lo necesitan.
Ya antes nos dijo a cada uno: “Venid –ven- todos os que estáis cansados y agobiados…” (Mt 11, 28); por tanto, será conveniente abrirse al Amor del Señor Jesús, acudir a Él para que pueda cumplir su Palabra de aliviarnos de todos los sufrimientos y cansancios que puedan aflorar o surgir en estas semanas, tan sugestivas, como, a veces, tan duras y difíciles.
Por eso, siempre se ha de encontrar momentos para la oración, que hoy jueves dirigimos al Señor vivo y presente en la Sagrada Eucaristía, para encomendarle también la necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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