Reflexión 17 de Junio

Buenos días en el XI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Conviene recordar con frecuencia el significado del DÍA DEL SEÑOR y  la respuesta que estamos llamados a dar los fieles católicos.
Si bien es verdad que el TERCER MANDAMIENTO nos pide SANTIFICAR LAS FIESTAS, no es menos cierto que a los fieles nos ha de motivar el AMOR A DIOS para dedicar el Domingo a la ADORACIÓN al Señor y a la ORACIÓN, teniendo el lugar central la participación en la CELEBRACIÓN de la SANTA MISA.
En este tiempo tan secularizado que nos está tocando vivir, nuestra sociedad nos ofrece infinidad de SUGERENCIAS para llevarnos por caminos del mundo, tan alejados, la mayoría de ellos, de lo que son los verdaderos caminos de la FE, los auténticos caminos del Evangelio.
Por ello hemos de tomar una DECISION RADICAL a la hora de planificar o plantear qué hacer el DOMINGO.
Lo primero, el tiempo que hay que DEDICAR AL SEÑOR, con la asistencia a la Santa Misa, y los espacios de Adoración y de Oración.
Y a partir de aquí la atención a las cosas más convenientes, dentro de las exigencias del AMOR A DIOS que evita toda participación en actividades propias del muy denunciado por el Papa Francisco, "ESPÍRITU de MUNDANIDAD".
Siempre conviene REVISAR cómo se están haciendo las cosas, para darle el punto de VIRTUD que sea preciso, y poder conseguir avanzar por el camino en el que todos nos hemos de encontrar: la SENDA de la SANTIDAD.
Que, María, nuestra Madre y nuestra Guía, nos ayude a VIVIR este DIA DEL SEÑOR al agrado de la SANTÍSIMA TRINIDAD.
Como cada día, nos queda rezar por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. Hagámoslo con Fe y Esperanza. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
MADRID - ESPAÑA