Reflexión 19 de Mayo

MES DE MARÍA 
Buenos días
Ya estamos en la Víspera de la gran SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS.
Todos sabemos lo que significó este GRAN DÍA para los Apóstoles, que aguardaban en Jerusalén el cumplimiento de la PROMESA DEL SEÑOR.
Con la VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO, la Iglesia comenzó su andadura con la decisión y determinación de unos Apóstoles que se habían visto absolutamente transformados por el DIVINO ESPÍRITU.
Nosotros también poseemos la plenitud del ESPÍRITU SANTO, porque en el BAUTISMO se nos fue dado, y por el Sacramento de la CONFIRMACIÓN, fuimos definitivamente envueltos en sus DONES.
Hoy, os INVITO a acogernos a  NUESTRA SEÑORA DEL SILENCIO, para poder, con su maternal ayuda, guardar en nuestro CORAZÓN y en nuestros SENTIDOS el SILENCIO EXPECTANTE que nos mantenga ABIERTOS a VIVIR, en la máxima disponibilidad con toda la Iglesia, la PRESENCIA ESPECIAL DEL ESPÍRITU SANTO en esta SOLEMNIDAD LITÚRGICA, que nos lleva a CELEBRAR tan significativo acontecimiento, tanto en los comienzos de la Iglesia, como en los comienzos de cada una de nuestras vidas cristianas.
Al ESPÍRITU SANTO hay que ESCUCHARLE.
Al ESPÍRITU SANTO hay que DEJARLE que marque los CAMINOS de nuestras vidas, y OBEDECERLE.
Al ESPÍRITU SANTO hay que dejarle ACTUAR en nuestras vidas, y en todo el ámbito en el que se mueve toda nuestra HISTORIA.
Para que todo esto pueda ser posible y cuente con nuestra IMPRESCINDIBLE COLABORACIÓN, es también CONDICIÓN INEXCUSABLE vivir con íntima profundidad el SILENCIO INTERIOR, que más arriba he definido como el SILENCIO DEL CORAZÓN Y DE LOS SENTIDOS.
En la PAZ DE DIOS, esperemos la LLEGADA DEL ESPÍRITU SANTO.
Y con su FORTALEZA, volvamos hoy a UNIRNOS para rezar por todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI