Reflexión 2 de Agosto

Buenos días en el DÍA DEL SEÑOR.
En el Santo Evangelio el Señor Jesucristo insiste muchas veces y en muy diferentes momentos con la expresión “NO TENGÁIS MIEDO”.
Efectivamente no debemos tener miedo y sí mucha CONFIANZA EN DIOS: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
No es el momento de tener miedo a lo que pueda pasar, aun sabiendo que los peligros que están presionando son grandes y graves.
Pero esto no quiere decir que no se sea consciente de que estamos en medio de una pandemia, que al parecer no está dando tregua y que, por tanto, sus consecuencias últimas no se saben bien cómo serán. El sentir generalizado es ESPERAR que aparezca la vacuna y todo ‘estará resuelto’.
Este planteamiento puede tener algún viso de esperanza, pero ¿quién asegura, primero la vacuna en el momento que aún sea propicio, y más tarde, la detención del virus que está, de una u otra forma, a nivel mundial ‘descontrolado’?
Qué poco se escucha que deberíamos contar con Dios para que su Misericordia nos salve; porque no sólo deberemos ser ‘salvados’ de la pandemia, también de las tragedias anexas: laborales, sociales, económicas…
¿Quién puede asegurar que si no llega pronto la estabilización sanitaria y la apertura financiera, no existirá verdadera pobreza antes de final del presente año, según los datos económicos y financieros conocidos recientemente?
Hoy, 2 de agosto, es la Fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, día muy bonito y propicio para pedir a la Santísima Virgen, que nos alcance de Dios Todopoderoso la Gracia de que los Santos Ángeles nos protejan y nos ayuden a seguir los caminos de CONVERSIÓN, que nos son necesarios recorrer.
Que los Santos Ángeles no ayuden igualmente a hablar a cuantos podamos, llamándoles con todo el cariño que sea posible a esta CONVERSIÓN imprescindible, para ser ESCUCHADOS por el Dios Altísimo.
El hombre no puede desvincular su vida en todos los órdenes, del AMOR DE DIOS, por ello, no puede dejar a Dios a un lado de lo que está pasando, no puede afirmar que Dios no tiene nada que ver con el coronavirus, porque SENCILLAMENTE nada de lo que le pasa al hombre le es ajeno a Dios.
Por tanto, vamos a ver si somos un poco más humildes, abandonamos la ‘vida impropia’ que cada uno pueda haber o estar viviendo, y nos VOLVEMOS al Señor pidiéndole que nos LIBERE y que nos SALVE.
Es cierto que nos ha dado muchos medios, entre ellos la inteligencia y la memoria, pero a veces no parece que se sepan utilizar convenientemente, pues más allá de lo que cada uno pueda hacer en el orden humano, cuando se está ‘sobrepasado’ se debe estar en una actitud de POBREZA, para acudir a quien verdaderamente puede SALVAR.
A Nuestra Señora de los Ángeles rézala con FE y ESPERANZA, para que las necesidades de los Hermanos se vean hoy aliviadas y, a ser posible, resueltas. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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