Reflexión 29 de Mayo

Buenos días.
Celebramos hoy la Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia.
Cuando ayer celebrábamos el comienzo de la Iglesia con la Venida del Espíritu Santo y la salida de los Apóstoles a las calles a predicar el Reino de Dios, María Santísima había hecho la labor de Madre, cumpliendo el deseo de su Hijo en la Cruz, cuando se la dio a San Juan como Madre de todos sus apóstoles y discípulos.
Ella los sostuvo en la Oración y vivió con ellos los acontecimientos de los cincuenta días pascuales transcurridos hasta este momento.
Por eso, la Iglesia, ya en el Tiempo Ordinario que reanudamos hoy, quiere antes que nada que celebremos con gozo esta prerrogativa de la Santísima Virgen como Madre de la Iglesia.
María Santísima vive cada día entregada a la Iglesia, busca ayuda para encontrar nuevos hijos que se incorporen a ella y, particularmente, espera también la ayuda para que vuelvan tantos y tantos que se han apartado del rebaño de su Hijo Jesús.
Hoy es día de oración: de Acción de Gracias por esta Madre que el Señor Jesucristo nos aseguró al pie de la Cruz, y también oración de expiación y reparación, para que todos los que se han ido vuelvan a la Casa del Padre.
Y si todos los días la ponemos de una u otra forma como protectora de esta comunidad, hoy con mayor motivo la encomendamos en la oración personal de cada uno, para que auxilie a todos en sus necesidades y proyectos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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