Reflexión 17 de Mayo

Buenos días.
Hay cosas que son tan sencillas como simples, que encierran una gran sabiduría, como, por ejemplo, es la sucesión de las horas y de los días, como pueden ser las tareas cotidianas de cada día que aparentemente se repiten una y otra vez.
Pero lo cierto es que cada paso que das es una consecuencia del anterior, y a su vez es una preparación para el siguiente.
Así son las cosas y así se llegan a cubrir etapas y alcanzar objetivos: paso a paso; uno consecuencia del otro y, en la medida que se ha dado correctamente, encaminará perfectamente hacia el otro, hasta alcanzar el objetivo propuesto.
Es lamentable que no se le dé la importancia que tiene a la cotidianidad, al aparente sin importancia del día a día, pues transitando por ella es por la que se alcanzan los objetivos más altos y también los más bajos o vergonzosos.
No estaría mal convencerse que cualquier día puede ser el más importante de la vida o viceversa, pero para ello habrá que caminar con responsabilidad y prestando atención.
Dicho de otra manera, siguiendo el consejo del Señor Jesús que dice: “Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora” (Mt 25,13).
Si olvidar hoy, día miércoles, a San José, te pido que reces pidiéndole su auxilio y su intercesión en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en torno a su Santísima Esposa. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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