Reflexión 10 de Mayo

Buenos días.
La decimotercera Estación del Vía Lucis es: “La espera del Espíritu Santo”.
Los Hechos de los Apóstoles dicen en 1,14: “Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos”.
Esto ocurría después de regresar de la Ascensión del Señor porque tenía que cumplirse la promesa del Señor de enviar el Espíritu Santo:
“Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad” (Jn 14,16-17).
“Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho” (Jn 14,25-26).
“Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo” (Jn 15,26-27).
Esta Estación del Vía Lucis también es para nosotros muy propicia, pues estamos a algo más de dos semanas para celebrar la Solemnidad de Pentecostés, y bueno es que nos mantengamos también en oración para poder vivir con intensidad nuestra renovación personal en el Espíritu Santo, y digo ‘renovación personal’ porque ya lo recibimos en la plenitud de los Sacramentos del Bautismo y de la Confirmación.
Hasta hace unos años se decía que el Espíritu Santo era el gran desconocido, pero aunque ahora ya no sea así, porque los creyentes ya sabemos bien quién es, en cambio quizás no le dejemos que cumpla la misión que el Señor nos dijo de que “será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”, tanto para el gobierno de la propia vida, como para el comportamiento con el resto de lo que estamos implicados en la sociedad.
Reflexionemos, oremos y busquemos imitar a aquellos apóstoles y discípulos de Jesús, que junto con María, la Madre de Jesús, oraban y aguardaban con gozo el cumplimiento de la Promesa.
Y reza al Señor Resucitado para que con su Luz nos envuelva a todos los Hermanos que aquí nos encontramos en su Santísima Madre, para que nos sostenga y nos ayude en todas las necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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