Reflexión 26 de Febrero

Buenos días 
El Libro del Eclesiástico del Antiguo Testamento de la Biblia, dice: "No hagas nada sin aconsejarte y no te arrepentirás de tus acciones" (Eclo. 32,19).
Es muy bueno tener bien claro lo que es el CONSEJO, recibido en unos casos, dado en otros.
Hoy vamos a fijarnos en lo que es esencialmente un CONSEJO, así como en la necesidad que se tiene de la luz que se recibe a través de él.
El CONSEJO se ofrece a quien lo pide y en su esencia está el orientar, indicar e iluminar una actuación, un comportamiento o cualquier otro asunto, que la persona necesita ser ayudada y acompañada.
La cuestión nuclear es que el CONSEJO, para que sea efectivo y se cumpla la cita del Libro del Eclesiástico que hemos referido al principio, necesita ser demandado por la persona que lo requiere.
Y aquí sí que se necesita que haya pureza de corazón y rectitud de intención, pues si la persona que a través del Consejo que pide, sólo busca que le digan lo que quiere oír, ya no vale, porque como se dice vulgarmente se está haciendo "trampas en el solitario", pues no busca realmente la VERDAD, sino lo que es su puro interés.
En esto como en todo, está el ejercicio que se haga del propio DON de la LIBERTAD que cada uno hemos recibido, del que dependen tantas y tantas cosas de la propia vida.
Pues si no es buscando la VERDAD, para poco servirá el Consejo recibido, porque tampoco se aceptará fácilmente y, por supuesto, no se le tendrá en cuenta.
Hemos de reflexionar muy seriamente sobre esto de pedir COSEJO o dejarse ACONSEJAR, pues ya sabéis que si no andamos por la vida con rectitud, será porque llenamos la propia vida de trampas que utilizamos según conviene mejor en cada momento.
Te pido que no olvides tu oración por los Hermanos, como ellos no deben olvidar de hacer su oración por ti y tus necesidades. Y todo ello de la nano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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