Reflexión 9 de Octubre

Buenos días en el Día del Señor.
Una virtud que adorna a la persona que la práctica de forma sobresaliente es la gratitud.
En el Cielo hay verdadero gozo cuando la creatura humana sabe mostrar su gratitud al momento de recibir gracias; valora sobremanera cuando la persona es agradecida.
El Señor Jesús lo realza hoy en el evangelio de San Lucas 17,11-19, con motivo de la curación de 10 leprosos.
Dice el evangelio: “vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.
Al verlos, les dijo: Id a presentaros a los sacerdotes. Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo: ¿No han quedado limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.
Bien sabemos todos que es muy importante cuidar la propia vida en la virtud, que resulta conveniente darse cuenta las virtudes que se tienen, para desarrollarlas practicándolas, al tiempo de prestar atención para darse cuenta igualmente de aquellas otras virtudes, que estando al alcance de las propias posibilidades, no se tienen y sí conviene beneficiarse de ellas.
La gratitud es una de las Virtudes que todas las personas la tienen a su alcance, que bien harían en desarrollarla y practicarla, considerando que aunque la posean ya, deberían revisar si tiene el alcance de pureza en la rectitud de intención al practicarla, pues se ha de ser agradecido siempre, en todas las circunstancias, y mostrarse así a toda persona de la que se haya recibido algún beneficio, el Cielo incluido en cualquiera de sus moradores.
Este asunto de la gratitud no es algo de segundo orden y, por ello, se debe atender con verdadero celo espiritual para bien de la propia alma.

Hoy, Día del Señor, en el que deberías encontrar algún tiempo mayor que de ordinario para la oración, no olvides de rezar por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos aquí reunidos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
¡Qué grande y qué bonito es vivir el Misterio del Cuerpo Místico de Cristo!
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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