Reflexión 12 de Octubre

Buenos días en la Fiesta de la Bienaventurada Virgen del Pilar.
En este día, Fiesta Nacional de España, también celebramos el Día de la Hispanidad, el hermanamiento de los Pueblos Hispanohablantes en torno a la Virgen del Pilar.
Ella, en cuerpo mortal, vino a Zaragoza para alentar al Apóstol Santiago en su evangelización de Hispania, pues habría de llegar la Fe cristiana hasta Finisterre, para luego alcanzar el Nuevo Mundo.
El santo evangelio, que se proclamará en la Santa Misa de esta Fiesta de la Virgen del Pilar, es un elogio sin medida a la Santísima Virgen por parte de su Hijo, pues ¿quién más que María escuchó la Palabra de Dios y la cumplió?
Dice el evangelio: “Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. Pero él dijo: Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,27-28).
Orgullosos de ser hijos de tal Madre, porque el Señor Jesucristo quiso compartirla con nosotros, vamos a interiorizar hoy en la oración la predilección de María Santísima de tener esta tierra nuestra como protegida suya. Suenen en los odios y en el corazón las palabras de San Juan Pablo II al despedirse en su último viaje a España, mayo de 2003: “Adiós España, adiós tierra de María”.
Y reza ya con gran Fe y Esperanza a Santa María del Pilar, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí no encontramos hoy también en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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