Reflexión 15 de Octubre

Buenos días en la Fiesta de Santa Teresa de Jesús.
No parece que esta Santa universal necesite mucha presentación, pues su obra religiosa con la Reforma del Carmelo y su aportación espiritual a la cristiandad son credenciales suficientes para ver su grandeza de alma.
Mejor será cederla a ella la palabra para que hable a cada uno en la reflexión y meditación de la poesía que transcribo, que la Iglesia la toma como Himno de la Hora de Laudes de su Fiesta.
“Vuestra soy, para vos nací: ¿Qué mandáis hacer de mí?

Soberana Majestad, eterna Sabiduría, Bondad buena al alma mía; Dios, Alteza, un Ser, Bondad: La gran vileza mirad, que hoy os canta amor así: ¿Qué mandáis hacer de mí?
Vuestra soy, pues me criasteis; vuestra, pues me redimisteis; vuestra, pues que me sufristeis; vuestra, pues que me llamasteis; vuestra, porque me esperasteis; vuestra, pues no me perdí; ¿Qué mandáis hacer de mí?
Veis aquí mi corazón, yo le pongo en vuestra palma: mi cuerpo, mi vida y alma, mis entrañas y afición. Dulce Esposo y Redención, pues por vuestra me ofrecí: ¿Qué mandáis hacer de mí?
Dadme muerte, dadme vida, dad salud o enfermedad, honra o deshonra me dad, dadme guerra o paz crecida, flaqueza o fuerza cumplida, que a todo digo que sí: ¿Qué queréis hacer de mí?
Dadme riqueza o pobreza, dad consuelo o desconsuelo, dadme alegría o tristeza, dadme infierno o dadme cielo, vida dulce, sol sin velo, pues del todo me rendí: ¿Qué mandáis hacer de mí?
Si queréis que esté holgando, quiero por amor holgar; si me mandáis trabajar, morir quiero trabajando: decid dónde, cómo, cuándo, decid, dulce Amor, decid: ¿Qué mandáis hacer de mí?”.
Y ahora reza ya por todas las necesidades de los Hermanos que, hoy sábado, lo vivimos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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