Reflexión 11 de Octubre

Buenos días.
El Santoral de este día es muy amplio en Beatos y Santos. Me gustaría presentaros a uno de ellos: El Beato Juan Nepomuceno Zegrí Moreno (1831-1905), Fundador de la Congregación de las Mercedarias de la Caridad.
Impactado por los problemas sociales y por las necesidades de los más desfavorecidos, se sintió llamado a fundar la Congregación citada para liberar a los seres humanos de sus esclavitudes, bajo la protección e inspiración de María de la Merced.
Como hombre, fue íntegro, equilibrado y coherente, responsable y decidido, abierto a la vida y a las relaciones. Buen comunicador y amigo de sus amigos.
Como cristiano, fiel a la fidelidad que Dios le había revelado en el misterio pascual de su Hijo, con quien le configuró, llegando a sufrir un verdadero martirio del corazón.
Como fundador, fue aquel que supo dar la vida por su obra, en silencio y soledad, en un desierto no deseado pero amado.
El sueño más acariciado por él, que fue también el carisma que recibió como don, para bien de la Iglesia y de la comunidad humana, fue: Curar todas las llagas, remediar todos los males, calmar todos los pesares, desterrar todas las necesidades, enjugar todas las lágrimas, no dejar, si posible fuera en todo el mundo, un solo ser abandonado, afligido, desamparado, sin educación religiosa y sin recursos.
Para su Beatificación realizó un milagro que la Iglesia ha considerado de segundo grado en la persona de Juan de la Cruz Arce, en la ciudad de Mendoza, Argentina, restituyéndole el páncreas, que se le había extirpado totalmente en una intervención quirúrgica.
Ya este hecho dice en sí mismo de la santidad del Padre Zegrí, que Dios Todopoderoso quiso su glorificación mediante este milagro de segundo grado.
Meditemos este pensamiento que dejara a sus Hijas Mercedarias de la Caridad, que también nos puede servir a cualquiera de los demás cristianos: “¡Cómo llenará vuestro corazón, cómo os parecerá hermoso, el día que podáis decir al terminarlo: hoy he curado esta llaga, he dulcificado tal desgracia, he enjugado las lágrimas de alguien que sufre con una palabra de consuelo!”.
Os pido, como cada día, la oración por todas las necesidades de los Hermanos, pero hoy poniendo como intercesor a esta gran figura de la espiritualidad cristiana, cual es el Padre Juan Nepomuceno Zegrí Moreno, amante sin límites de la Virgen María de la Merced. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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