Reflexión 28 de Octubre

Buenos días.
Hoy la Iglesia celebra la Fiesta de los Santos Simón y Judas, apóstoles,  que para identificarlos bien diremos que eran Simón el Zelote y Judas Tadeo.
El Evangelio que hoy se proclama en la Santa Misa es de San Lucas 6,12-19, cuyos primeros versículos se refieren a la elección de los 12 apóstoles entre los discípulos, después de que: “Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios”.
Jesús ‘pasó la noche orando a Dios’ en diferentes momentos que eran especialmente significativos, como este de la elección de los apóstoles, con lo cual nos enseña al menos dos cosas: que es muy importante la oración durante la noche y que lo es particularmente en momentos de gran significación, sea del tipo que sea.
La oración se hace partiendo de la relación que se tenga con Dios en cualquiera de sus Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo que supone que en la medida que se tiene una Fe real así será la oración: fluida, cercana, confiada, sencilla, humilde…
En cambio cuando se aceptan los postulados del mundo que llega hasta prescindir de Dios, incluso de su existencia, no queda la posibilidad de oración alguna, aunque a veces emerjan actitudes devocionales que se aprendieron antaño, pero que se acude a ellas únicamente de una forma supersticiosa o como fórmula mágica, para buscar la solución de problemas que incluso poco pueden tener que ver con la vida en Dios.
La oración que te pido cada día en favor de las necesidades de los Hermanos, se apoya en las mismas palabras del Señor Jesús: “Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielos. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18,19-20). AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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