Reflexión 6 de Octubre

Buenos días.
Hay una poesía de Don Francisco de Quevedo que llama ‘Poderoso caballero es don dinero’, que si allá en el silo XVII era poderoso no digamos en este siglo XXI, donde todo se mercantiliza y se le pone un precio.
Tanto es así que hay un proverbio árabe que dice: “Al perro que tiene dinero se le llama señor perro”, lo que nos viene a decir que el dinero marca las diferencias entre las personas, con estatus distintos y posiciones de poder desiguales.
El dinero, siendo un medio necesario para vivir en nuestra historia contemporánea, y por ello, un bien que se ha de estimar en cuanto lo que es y ayuda a la persona a desarrollar dignamente su vida, puede convertirse en un tirano para la persona cuando ésta se deja esclavizar por él, lo busca con avidez y hasta es capaz de delinquir para conseguirlo, sea en la medida que fuera y con la argucias necesarias.
Pero ya lo dejó claro el Señor Jesucristo, no se puede servir a Dios y al dinero, “porque nadie puede servir a dos señores, despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero”. (Mt 6,24).
Cuántas preguntas se suscitan al hilo de lo que decimos en razón del dinero y la propia persona, que cada uno es de desear que no las esquive y así pueda conocerse un poco más y mejor.
La Oración que puede llegar a tener un valor inestimable no tiene precio, y ofrecerla en bien de los hermanos es una buena obra que te pido hagas hoy también para beneficio de todos los que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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