Reflexión 31 de Marzo

Buenos días.
Enumerábamos ayer los cinco mandamientos de la Santa Madre Iglesia con el ánimo de que reflexionemos sobre ellos: lo que significan, lo que piden y lo que ofrecen.
Los mandamientos son preceptos que obligan a los que están sujetos a quien por su autoridad los ha formulado y emitido; en este caso la Iglesia Católica.
No hace falta decir que obliga a todos y cada uno de los miembros de la Iglesia, a cuantos han sido incorporados a ella mediante el Bautismo.
Pero más allá del aspecto jurídico, hemos de mirar algo tan sencillo como es la actitud de la propia persona.
En cualquier aspecto de la vida que miremos, solo se acepta y se es fiel a aquello que se AMA, porque por unas razones u otras se puede haber aceptado el compromiso que se quiera: matrimonio, ordenación sacerdotal, vida consagrada, etc., que conlleva cada uno las exigencias propias del estado de vida que se trate, con el vínculo jurídico que se corresponda también, pero si la antorcha del AMOR, que se encendió para adoptar el estilo de vida que se trate, no se mantiene vigorosa y ardiendo con fuerza día tras día, el compromiso decaerá y se extinguirá la razón por la que se aceptó el compromiso.
Se podrá mantener la condición de lo que se trate: casado, sacerdote, religioso u otra situación vinculante, pero será pura apariencia porque se ha dejado extinguir el AMOR que le dio razón de ser, sin entrar ahora en razones, causas o justificaciones de todo tipo que se pueden esgrimir con mayor o menor razón.
Pues, concluyendo, si el AMOR que el bautizado tiene a la Iglesia no es auténtico y vigoroso, no se espere que observe ni cumpla sus Mandamientos, y lo que será peor es que los ridiculice porque piensa e incluso expresa que ‘no le dicen nada, que todavía los de la Ley de Dios tienen otra entidad humana y antropológica’.
Por ello, antes de entrar a considerar cada mandamiento de la Iglesia, os planteo esta simple cuestión: ¿Amas a la Iglesia lo suficiente como para que le encuentres sentido observar sus Mandamientos? Ahí lo dejo.
Reza al Señor Jesús Sacramentado, como cada jueves, por todas las necesidades de los Hermanos, entre las que están las tuyas, para encontrar las gracias que necesitan y ver la mejor solución de ellas, sabiendo que María, nuestra Madre y nuestra Guía, también está nuestro lado.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 30 de Marzo

Buenos días.
Durante varios meses fuimos considerando los Mandamientos de la Ley de Dios, que ahora estarán viniendo bien en este camino cuaresmal que tanto nos urge a la conversión de vida.
Pues bien, los católicos tenemos otros Mandamientos que igualmente debemos observar, me refiero a los denominados ‘Mandamientos de la Santa Madre Iglesia’, que son cinco y que, por supuesto, conviene recordarlos:
1º.- Oír Misa entera los Domingos y las Fiestas de guardar
2º.- Confesar los pecados mortales al menos una vez en el año, en peligro de muerte o si se ha de comulgar
3º.- Comulgar por Pascua de Resurrección
4º.- Ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia
5º.- Ayudar a la Iglesia en sus necesidades
Si se ven con detenimiento, podremos darnos cuenta que no parece que los católicos tengamos muy presente lo que son y la importancia que tienen, tanto en el desenvolvimiento de nuestras vidas como en la repercusión que tiene el testimonio que damos, no precisamente de católicos muy observantes de las obligaciones y deberes que exigen los Mandamientos, de la Ley de Dios y de la Santa Madre Iglesia.
Os dejo con ellos para que podáis verlos con detenimiento, pensar y ver la posición que tenéis o que mantenéis, y en los próximos días y semanas iremos reflexionando de su contenido e importancia.
Día miércoles, dedicado a San José, que te pido le reces en favor de las necesidades de los Hermanos, que en torno a su Santísima Esposa aquí volvemos a encontrarnos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 29 de Marzo

Buenos días.
De todas las páginas del evangelio se extraen enseñanzas muy importantes, pues son de gran interés para hacer un camino de vida cristiana.
Hoy, martes de la IV semana de Cuaresma, la Iglesia nos propone la imagen del Señor Jesús en la piscina de Betesda, con muchos enfermos que estaban echados esperando que se removiera el agua para echarse a la piscina y ser curados,
Dice que Jesús vio a un hombre que llevaba 38 años enfermo. Continua el evangelio diciendo: “¿Quieres quedar sano? El enfermo le contestó:
Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado. Jesús le dice:
Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar”.
Los judíos preguntaban al paralítico quién le había curado, él no lo sabía, pero más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: “Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor”.
Hay dos consideraciones que me parecen importantes para reflexionar.
La primera es que este es uno de los poquísimos milagros que Jesús hace por iniciativa propia, siempre es la persona la que ha de arrancar de Dios la gracia de su salvación.
La segunda es la vinculación que el Señor hace de la enfermedad con el pecado, cuando le dice: ‘Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor’. Aquí hemos de pensar que siempre el pecado enferma al alma, espiritualmente, enferma a toda la persona, con mayor o menor intensidad, según sea el pecado. Además el pecado también puede ser causa de enfermedades físicas como bien se sabe, por razones directas o por la desestabilización de la armonía natural en la que debe mantenerse la persona física, psíquica y mentalmente.
Como quiera que sea, el Señor Jesús le habla con claridad a este paralítico, como lo hará con otros enfermos que también ha curado: ‘vete y no peques más’.
¿Cómo podríamos entender esta rotunda verdad para erradicar el pecado de nuestras vidas y de nuestra sociedad?
Reza ya al buen Jesús, para que nos cure de todas nuestras enfermedades y venga en auxilio de las necesidades de los Hermanos que hoy volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 28 de Marzo

Buenos días.
El conocido novelista y ensayista George Orwell, que vivió en el siglo pasado (1903-1950), escribió este pensamiento que hoy traigo aquí para que apreciéis si tenía o no razón. Él dijo: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”.
La verdad es la expresión de las cosas, la manifestación de las personas tal cuales son, sin ningún otro factor que las distorsione o deteriore su realidad.
Jesucristo llegará a decir: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí…” (Jn 14,6).
Jesús muestra la verdad como algo transparente, de forma que no existe la posibilidad de que el engaño la confunda, y Santa Teresa de Jesús dirá que “la verdad padece, pero no perece”.
Cierto que no es fácil en esta ‘época de engaño universal’ vivir en la verdad y gobernase con y desde la verdad, pero es un valor muy necesario para poder llegar a culminar esta vida terrenal, digamos que con éxito, por el que merece la pena hacer todo el esfuerzo que sea necesario, tanto a nivel individual como contribuir para que sea así también a nivel general.
Primero, ordenar la propia vida en la verdad; segundo, trabajar con interés y constancia para que la verdad brille con su propia luz, y así vaya destruyendo ese ‘engaño’ que tanto mal hace en nuestra época, en la sociedad y en las personas individualmente.
Buen trabajo el conseguir que la verdad sea la carta de naturaleza de todo y en todos.
Ya reza hoy a los ángeles custodios, al tuyo propio y al de todos los Hermanos, para que vengan en ayuda de aquellas necesidades de cada uno, que han de superarse y resolverse. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 27 de Marzo

Buenos días en este domingo IV de Cuaresma, domingo Laetare.
Hoy la Iglesia celebra un día de alegría ante la proximidad ya de la Pascua. La Cuaresma ha avanzado ya un tiempo suficiente para tomar buena conciencia de que somos pecadores, necesitados de conversión.
En la segunda lectura de la Misa, San Pablo les dice a los Corintios: “Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”.
Esta exigencia de reconciliarse con Dios es apremiante por todo lo que se está viendo, desde todos los ángulos que se quieran mirar.
El santo evangelio nos presenta la parábola del Hijo pródigo, tan significativa para la vida de los cristianos en general y para cualquiera de ellos en particular.
Tres personas: el padre. El hijo menor y el hijo mayor. En esta parábola hay un sinfín de matices y un gran número de enseñanzas que aquí no podemos desgranar, pero una de las imágenes que más nos puede ayudar a las personas necesitadas del encuentro con Dios, de la reconciliación con Él que habla San Pablo, es aquella en la que el hijo menor arruinado y derrotado por su mal vivir, cuidando cerdos y muerto de hambre se dice: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros".
‘Me levantaré’, esta decisión es rotunda y decidida. ‘Iré a mi padre y le diré…’, reconocimiento de su pecado, de su culpa, con el firme deseo de reconciliarse con su padre y si es preciso ocupar el último lugar de la casa con los jornaleros. ¡Qué importante es el reconocimiento de los pecados, el arrepentimiento y el confesarlos!
Esta parábola está en el evangelio de San Lucas 15,11-32.
Aprovechemos este Domingo Laetare para centrarnos aún más, si cabe, en este camino hacia el encuentro con Cristo Resucitado, sabiendo que hay que pasar por acompañar a Jesús en su Pasión y Muerte.
No olvides rezar a nuestro Padre Dios, lleno de Amor y Misericordia por nosotros, para que venga en auxilio y solución de todos los problemas y necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 26 de Marzo

Buenos días.
Fiel a su cita mensual en Medjugorje, la Santísima Virgen, Reina de la Paz, ha dejado este mensaje a través de Marija Pavlovic: ''¡Queridos hijos! Escucho vuestro clamor y vuestras oraciones por la paz.
Durante años Satanás ha estado luchando a favor de la guerra. Por eso, Dios me ha enviado entre vosotros, para conduciros por el camino de la santidad, porque la humanidad se encuentra en una encrucijada.
Os invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos, para que estéis bien en la tierra y para que salgáis de esta crisis en la que habéis entrado por no escuchar a Dios, que os ama y quiere salvaros y llevaros a una vida nueva. ¡Gracias por haber respondido mi llamada!”.
Este mensaje bien merece ser meditado detenidamente; ahora señalemos alguno de los puntos o claves del mismo.
Lo primero que dice la Santísima Virgen es que escucha el clamor y las oraciones por la paz, pero señala seguidamente que Satanás ‘durante años ha estado luchando a favor de la guerra’, lo cual es muy significativo porque de ello se desprende que finalmente lo ha logrado.
Por otra parte dice que ‘la humanidad se encuentra en una encrucijada’, en la que lógicamente debe decidir el camino que quiere seguir; la Santísima Virgen desea conducirnos ‘por el camino de la santidad’ pues para ello Dios la ha enviado entre nosotros.
Y en el último párrafo es muy clara y directa en lo que debemos hacer cuando nos llama a la conversión con estas palabras: ‘Os invito a regresar a Dios y a sus Mandamientos, para que estéis bien en la tierra y para que salgáis de esta crisis en la que habéis entrado por no escuchar a Dios, que os ama y quiere salvaros y llevaros a una vida nueva’.
Señala con autoridad que estamos en esta crisis, que hay que pensar que va más allá de la guerra, pues abarca ya varias desgracias de repercusión mundial en los últimos años, ‘por no escuchar a Dios’ que nos ama y quiere salvarnos y llevarnos a una vida nueva.
Hoy tenemos una llamada directa desde el Cielo a la conversión de vida por el camino de la santidad, que si no llegamos a escucharla y a hacer cuanto podamos por darle una respuesta satisfactoria, luego no podremos quejarnos, y lo peor es cuando se entra en caminos sin retorno, como se han conocido a lo largo de la Historia.
Ayuda, a cuantas personas puedas, a entender este mensaje de la Santísima Virgen, Reina de la Paz, con su fuerte llamada a la conversión por la escucha a Dios.
Con tu oración que cada día te pido, puedes llegar a conseguir lo que tus Hermanos necesitan de ti, como tú de ellos. Reza con gran confianza a María, nuestra Madre y nuestra Guía, que es en torno a Ella como nos encontramos aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 25 de Marzo

Buenos días en la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
En la Profesión de Fe, después de profesar: ‘Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor’, decimos: “Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen”.
He aquí el resumen de esta Solemnidad que estamos celebrando hoy, que el Señor Jesucristo fue concebido en las entrañas purísimas de la Santísima Virgen, para cumplir la gran misión de la Redención.
Pero esto pudo ser por el FIAT de María, una respuesta de la Virgen que debe ser para cada uno la garantía de estar siempre abiertos a los designios de Dios.
Es verdad que la vida tiene aristas que son fuertes y momentos duros, pero no es menos verdad que todo esto se supera con facilidad cuando, primero, se tienen las cosas claras y, segundo, cuando igualmente se tiene el deseo y la voluntad de vivir al estilo de la Virgen Santa María, que toda su tarea fue y es darnos a Jesús y llevarnos a su encuentro.
Hoy rezamos con la Iglesia: “Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo”. Una oración con todo un sentido espiritual, pues si Cristo se ha hecho de nuestra naturaleza, nosotros deseamos llegar a compartir su naturaleza divina.
Ofrezcamos hoy a la Santísima Virgen alguno de esos regalos que a Ella tanto le agradan, cada uno según sus posibilidades.
Hoy rézala a Ella también, en favor de las necesidades de todos los Hermanos que jubilosos nos encontramos aquí como cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 24 de Marzo

Buenos días.
Mañana celebraremos la Solemnidad de la Anunciación del Señor, momento clave en la Historia de la Salvación.
Llegada la plenitud de los tiempos, el que desde antes de los siglos era el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, por obra del Espíritu Santo se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre. (elog. Del Martirologio Romano).
Este día de la Anunciación, la Santísima Virgen María vivió el momento que quizás sería el más importante de su existencia, pues sin esperarlo se encontró con el plan que Dios tenía para ella, y aunque ni el asombro ni el contenido de la propuesta le permitiera tiempo para dar la respuesta meditada, concluyó con decisión y firmeza diciéndole al Arcángel San Gabriel: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Con este SÍ de María la Historia cambió de una forma radical, que llevó a San Juan Pablo II a decir: “La aventura de la santidad comienza con un sí a Dios”, y que yo agregaría: a imitación de la Santísima Virgen María.
Pues preparemos nuestro corazón y nuestra mente para vivir la Solemnidad de la Anunciación del Señor unidos con María de Nazaret, agradeciéndole con lo mejor que pueda cada uno, su aceptación del Plan de Dios y su respuesta llena de humildad, que la hizo ser la mujer fuerte que anunciara el mismo Dios al comienzo de la humanidad cuando maldijo a la serpiente que había engañado a Eva y a Adán: “…pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón” (Gn 3,15).
Ahora ya te pido que, como día jueves que es, reces al Señor Jesucristo, vivo y presente en la Sagrada Eucaristía, en favor de las necesidades e intenciones de todos los Hermanos que nos congregamos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 23 de Marzo

Buenos días.
El evangelio que se proclama hoy en la Santa Misa es muy iluminador para la vida de los bautizados.
La perícopa es de San Mateo 5,17-19 y dice: “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos”.
La importancia de este texto evangélico lo encontramos en la necesidad de aceptar, creer y enseñar la doctrina católica en toda su integridad, pues todo bautizado debe transmitirla en el espíritu que marca el Señor Jesucristo que acabamos de leer.
Resulta lastimoso que por no tener un poco cuidado con las exigencias de la Fe y los compromisos bautismales, lleguemos a ser ‘el menos importante en el reino de los cielos’. Merece la pena reflexionar y seguir haciendo camino de conversión, pues quizás no se llega a tener claro lo que es el cielo, como lo que en contraposición es el infierno.
Mira de no olvidar pedir al Señor nuestro Dios por las necesidades de todos los Hermanos que nos volvemos a encontrar aquí, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 22 de Marzo

Buenos días.
Hemos repetido por activa y por pasiva que convertirse es cambiar el corazón, algo que a veces no se entiende bien porque las claves no se llegan a tener claras.
Una de estas claves es el perdón, la capacidad de perdonar que se ha de ejercitar con más frecuencia de lo que sería deseable.
El Señor Jesús, cuando San Pedro le pregunta que si su hermano le ofende, cuántas veces le tiene que perdonar, le contesta que no siete veces, como proponía Pedro, sino hasta setenta veces siete, para, a continuación proponer la parábola del rey que ajusta las cuentas con sus criados, Mt 18,21-35, y que termina con esta sentencia: “Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano”.
Perdonar, pero perdonar de corazón, es la exigencia evangélica para estar en el agrado de Dios, para vivir convertidos en este aspecto del perdón.
Siempre es conveniente, más diría, necesario, tener muy claras las cosas, porque sabemos que en el paso del tiempo se ha adoptado una fórmula por la que se dice: ‘yo perdono, pero no olvido’; algo que es falso de toda falsedad, porque el perdón ha de llevar el olvido de la culpa perdonada, pues por mucho que se haya perdonado si la memoria mantiene vivo el recuerdo de la ofensa, se hace muy difícil que no aparezcan los rescoldos del rencor, que es uno de los sentimientos o actitudes que más enferman el corazón y que más apartan de Dios.
Cuando se acude a la Confesión nos gusta saber que Dios no solo nos perdona los pecados confesados, si no que los olvida por completo porque que Él no entiende de ‘guardar rencores’, ¿cómo, pues, no va a rechazar en las personas ese ‘perdono pero no olvido’?
Reza con amor al Señor Jesús, que tanto nos ha dado y enseñado, por las necesidades de todos los Hermanos que aquí estamos con María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 21 de Marzo

Buenos días.
Recordaba estos días en relación con lo que es y supone la conversión, un pensamiento de Don Santiago Ramón y Cajal: “Nada me inspira más veneración y asombro que un anciano que sabe cambiar de opinión”.
Esta frase llena de sabiduría y de un gran humanismo, nos lleva a lo que es la esencia de la conversión del corazón: ‘cambiar de opinión’, pero de una forma decidida, segura e invariable en el tiempo.
Se trata de ‘cambiar de opinión’ en todo aquello que no concuerda con la Divina Revelación, esto es, que no sigue lo que Dios ha revelado a lo largo de la Historia de la Salvación, y más concreto y directo, que no atiende las enseñanzas del Señor Jesucristo en el evangelio, así como el testimonio de toda su vida: infancia, vida oculta y la expresión amplia de lo que fue su vida pública.
Bien sencillo es, lo único necesario será que la disposición ayude a la voluntad a trabajar en la dirección de ‘cambiar de opinión’, en lo que sea necesario.
Y ya te pido que reces, con sencillez y amor, a Dios Padre, Señor de la Vida y de la Historia, por las necesidades de todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 20 de Marzo

Buenos días en el III Domingo de Cuaresma.
Puede parecer que seguir los compromisos bautismales, esto es, seguir al Señor Jesucristo es duro e incluso difícil: nada más lejos.
Lo que ocurre es que las personas quieren seguir el libre albedrio sin ninguna orientación y sin ninguna sujeción, únicamente siguiendo los impulsos de las fuerzas desordenadas del corazón, como son: el egoísmo, la ambición, la vanidad, el orgullo, los placeres de todo tipo que se encuentran a lo largo del camino…
Y así no se puede llegar muy lejos, pues entrados en la espiral del mal y de las tinieblas, no se vivirá si no es al servicio del demonio.
En la Palabra de Dios que se proclama en este Domingo de Cuaresma, San Pablo hace una seria advertencia a los Corintios: “Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga” (1 Cor 10,12), pues cuando se siguen los postulados de las pasiones del corazón y de la carne se tiene la soberbia suficiente para sostenerlos, pero más pronto que tarde se caerá y con cierto estrépito, sea moral, físico, material, etc.
Y el Señor Jesús en el evangelio de San Lucas nos dirá con cierta severidad y por dos veces: “…si no os convertís, todos pereceréis lo mismo…”. El texto es: “¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera” (Lc 13,1-9).
Reflexionemos nuevamente hoy en esa continua llamada de la Cuaresma a la conversión. No debemos resistirnos, y aunque sea dando pasos muy cortos, la jornada cuaresmal nos da espacio suficiente para llegar al Triduo Pascual con el corazón diferente: ‘corazón de carne y no de piedra’ como lo muestran algunos cuando se quieren manifestar insensibles a las necesidades reales de los que las tienen.
Hoy reza, por favor, con más intensidad al Señor Jesucristo Resucitado, por todas las intenciones y carencias que tienen los Hermanos aquí reunidos en torno a la Madre Santísima del Señor Resucitado. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 19 de Marzo

Buenos días en la Solemnidad de San José.
Hoy es un día gozoso porque estamos celebrando a un hombre justo y bueno, que en la Historia de la Salvación ocupa un lugar privilegiado y que supo vivir como Dios nuestro Padre quería y esperaba de Él.
Pero esta realidad no puede evitar recordar los caminos que debió aceptar y recorrer, entre los que sobresale la decisión que tuvo que tomar con relación a María cuando se la encontró embarazada. Pasadas las cosas se ven mucho más sencillas que cuando se está ante ellas, por eso debemos situarnos en aquel escenario para poder entender y sacar el provecho espiritual que tiene.
El evangelio de San Mateo en el capítulo primero dice: “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. (Mt 1,16.18-21.24).
El ser humano es limitado en mucho aspectos de la vida, aunque no se lo crea, lo que hace que en no pocas ocasiones no sea capaz de ver más allá de lo que perciben sus sentidos, por ello conviene imitar a San José en la actitud que mantuvo en la encrucijada de encontrarse con que la mujer con la que estaba desposado, resultaba que estaba encinta antes de vivir juntos.
Su actitud se puede resumir en que quería ser buena persona, quería confiar en María, aunque por los hechos no parecía merecerlo, por lo que había que encontrar algún camino de ‘mal menor’, y así decide ‘repudiarla en secreto’.
Una vez más conviene darse cuenta cómo Dios respeta la libertad del hombre, pues en tanto José no toma una decisión voluntaria, libre y definitiva, Dios no le revela la verdad que hay en aquella situación.
A veces se quieren justificar comportamientos personales con aquello de que no somos libres y estamos condicionados por ‘tales o cuales cosas’, y pudiendo ser verdad de que existan condicionamientos de algún tipo, lo cierto es que las personas son dueñas de sus actos, y también de sus pensamientos y sentimientos, más allá de las tentaciones que surjan, vengan de donde vengan.
Que San José nos ayude a ser personas justas como Él, con gran Amor a la Voluntad de Dios, para que podamos cumplirla con fidelidad a imitación suya.
Y hoy, con más motivo, te pido que reces a San José para pedirle acuda a atender las necesidades de todos los Hermanos que nos encontramos aquí en torno a su Santísima Esposa, María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 18 de Marzo

Buenos días.
En la Víspera de la Solemnidad de San José y habiendo terminado recientemente el Año dedicado a su memoria, es bueno que hoy lo dediquemos a preparar su Celebración de mañana.
Podría ayudarnos el considerar su lugar y papel en la Sagrada Familia, pues además de las consideraciones que se puedan hacer, tenemos su testimonio de vida que nos puede ayudar mucho, por una parte, e interpelar también, por otra.
En el ambiente cuaresmal en el que nos encontramos y buscando la luz que ilumine la propia vida, podemos fijarnos en su fidelidad en todas las direcciones de su vida que podamos considerar.
Nuestra vida en fidelidad, ¿responde a las exigencias del evangelio, que San José vivió en toda su intensidad?
¿Qué puedes o debes hacer para perfeccionar tu fidelidad según el estado de vida propio?
También podemos fijarnos en su faceta de cabeza de la Sagrada Familia; su cuidado hacia su Esposa María y su Hijo Jesús, así como el cumplimento de todas las obligaciones inherentes.
Toda persona, tenga el estado de vida que tenga, siempre tiene a alguien por quien mirar y a quien cuidar, pues en ese aspecto también se podrá revisar la propia actitud y el comportamiento que se derive de esa actitud.
Por supuesto que hay otras muchas facetas en la vida de San José que pueden iluminar la propia vida, pero dejemos aquí para poder encontrar los puntos que podemos necesitar seguir cultivando, potenciando o que exijan un esfuerzo de conversión que no se debería dejar pasar por alto.
Que San José nos alcance cuantas gracias necesite cada uno para proseguir esta Cuaresma en el compromiso serio de vivir vueltos a Dios, pues como anuncia el Profeta Jeremías: “Esto dice el Señor: Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto”.
Y agrega a continuación algo que merece pensar y verlo con reflexión profunda: “Nada hay más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce? Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres para pagar a cada cual su conducta según el fruto de sus acciones”. (Jer 17,5-10).
Aquí lo dejo, sin antes pediros la oración de cada día por las intenciones y necesidades de los Hermanos, aquí congregados en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 17 de Marzo

Buenos días.
La Santa Iglesia nos ofrece hoy en la lectura del Evangelio la parábola del rico y del pobre Lázaro.
Es una parábola con mucho matices para tenerlos en cuenta, que bien merecen hacer un rato de oración con ella, razón por la que la transcribo.
“Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas. Pero Abrahán le dijo: Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros. Él dijo: Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento. Abrahán le dice: Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen. Pero él le dijo: No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán. Abrahán le dijo: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”. (Lc 16,19-30).
Como he apuntado, toda la parábola es muy rica para considerar diferentes aspectos de la misma, pero vamos a fijarnos en la última demanda del rico, después de haber pedido que Lázaro fuera a dar testimonio a sus hermanos, así como la contestación de Abrahán.
Abrahán le dice: ‘Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen. Pero él le dijo: No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán. Abrahán le dijo: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto’.
‘Ni aunque resucite un muerto’; el hombre contemporáneo parece que no quiere reaccionar a cambiar de vida con todos los mensajes que hemos recibido de Cristo en el evangelio y los que recibimos a través de los acontecimientos y de los signos de los tiempos, por lo que no lo haría caso tampoco si resucitase un muerto o una gran cantidad de ellos.
¡Cómo se puede ser tan duro de mente y de corazón!
Los que nos damos cuenta hagamos camino de conversión y ayudemos, con paciencia e insistencia, cuanto podamos a los otros.
Reza con humildad al Señor Jesucristo presente en la Eucaristía, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 16 de Marzo

Buenos días.
En los momentos difíciles y complicados nos recogemos en oración para suplicar al Altísimo su ayuda, su protección y su consuelo.
La oración tiene un medio muy valioso que no siempre se conoce o no se utiliza, me refiero a orar con los Salmos; pues en estos momento que se necesita la seguridad de estar bajo la protección divina, os ofrezco orar con el Salmo 90: “Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti. 
Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su verdad es escudo y armadura. 
No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. 
Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará.  Nada más mirar con tus ojos, verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa. 
No se acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. 
Te llevará en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones.
Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre; me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré, lo saciaré de largos días y le haré ver mi salvación”.
Ahí te dejo con el deseo de que acudas al Señor, nuestro Dios y Padre, para que alcancemos todos su Amor y Paz.
Pero además, reza también hoy por las necesidades de los Hermanos para que encuentren la solución más conveniente, al Patriarca San José en este día miércoles dedicado a él. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 15 de Marzo

Buenos días.
En este tiempo de Cuaresma, que ha de tener mucho de desierto para la persona que hace cuanto pueda, para recorrerla con interés de conseguir todas las gracias que ofrece, este pensamiento de Pitágoras es de una gran luminosidad.
Dice: “Escucha y serás sabio; el comienzo de la sabiduría es el silencio”. Efectivamente en el silencio el alma puede encontrar a Dios, pues el Señor susurra en la quietud de las cosas.
Así la presencia misteriosa del Señor toma forma a través de una suave brisa en el silencio del desierto (cfr. 1 Re 19,11-14).
En el Salmo 4, 5 encontramos: “Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho”.
El silencio es principio de la sabiduría porque en la reflexión interior se encuentra la raíz y la razón de las cosas, lo que conlleva evitar el error que casi siempre se produce en el ruido y la precipitación de las decisiones primero, y luego en las acciones que se derivan de las decisiones tomadas.
Si nos decidimos a hacer silencio, podremos encontrarnos con alguna sorpresa al percatarnos de algo en lo que no habíamos reparado, que lo creíamos superado o que no creíamos que tuviera cabida en los propios planteamientos de la vida.
En el silencio podremos encontrar caminos certeros, que si los seguimos, la conversión será más fácil, porque la Luz del Espíritu Santo hará verlo en toda su dimensión, y con su Fortaleza, será más que posible llevarla a cabo.
Como cada día, te pido que atiendas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos, rezando a la Santísima Virgen por la superación de todas las dificultades o carencias que haya. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 14 de Marzo

Buenos días.
Siguen pasando los días, siguen sucediéndose las noticias de la guerra en Ucrania, y lo cierto es que el conflicto bélico prosigue sin preverse su final, incluso con amenazas y riesgos de que se extienda.
Loable es que se haya extendido rápidamente una corriente de solidaridad hacia tantos damnificados y víctimas de esta guerra, pero los creyentes debemos, además de prestar toda la ayuda humanitaria que se pueda, reflexionar sobre la otra necesidad que llamaría superior e intentar atenderla.
Me refiero a postrarse ante Dios para suplicarle que pare esta barbarie desatada, pues si no se logra con la oración insistente y confiada de quienes están dispuestos de alcanzar la gracia, uniendo a la oración la propia conversión del corazón, la desestabilización mundial, de una u otra forma, continuará, pues ya tenemos la experiencia después de más de dos años de pandemia, ante la que no se reaccionó de esta forma que apuntamos y bien sabemos lo que ha pasado: muchos esfuerzos humanos, científicos para conseguir la medicina adecuada, y ahí sigue la pandemia, sin habérsela dado aún por superada.
Mi llamamiento a la reflexión seria, sencilla y desde el sentido común, con el deseo de que todos, postrados ante Dios, clamemos con Fe y Esperanza reales el final de la locura que siempre es toda guerra, máxime de las dimensiones que la presente está tomando . Y también que ayudemos a otros a comprenderlo para que se unan a la oración intensa y a la conversión sincera de vida.
A nuestro Padre Dios, te pido que le reces, al menos un padrenuestro, para que atienda satisfactoriamente todas las necesidades actuales de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 13 de Marzo

Buenos días en este II Domingo de Cuaresma.
Creo que para la mayoría es ya familiar la figura del Beato Carlo Acutis, el joven italiano que murió con 15 años en este siglo nuestro, en el año 2006, y que fue beatificado el pasado 10 de octubre de 2020.
A pesar de su vida corta en edad, plasmó el camino de la santidad con pensamientos de gran riqueza espiritual.
Traigo en este día del Señor un par de ellos:
“La santificación no es un proceso de suma, sino de resta. Menos yo para dejar espacio a Dios”.
“¿De qué le sirve al hombre ganar una batalla, si no es capaz de vencer sus pasiones?”.
Cualquiera de ellas muestra un gran atractivo para este tiempo de Cuaresma que estamos recorriendo.
Dice en la primera, ‘menos yo para dejar espacio a Dios’, bonita forma de expresar lo que debe ser la muerte del hombre viejo para que sea Dios mismo el que conforme al hombre nuevo: “Despojaos del hombre viejo y de su anterior modo de vida, corrompido por sus apetencias seductoras; renovaos en la mente y en el espíritu y revestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas” (Ef 4,22-24). Y también: “¡No os mintáis unos a otros!: os habéis despojado del hombre viejo, con sus obras, y os habéis revestido de la nueva condición que, mediante el conocimiento, se va renovando a imagen de su Creador…” (Col 3,9-10).
En el segundo pensamiento plantea algo muy cierto en la vida de las personas como es el tema de las pasiones humanas y así plantea algo tan sencillo como que sirve para poco ‘ganar una batalla’, cuando no se le planta cara con toda seriedad a las pasiones que lleve cada uno consigo mismo.
Aquí está uno de los embelecos de nuestra sociedad, el engaño con el que se consiente la pasión, sea cual sea, mientras se muestra que se vive en una preocupación por el otro, en el ejercicio de cualquiera de las obras de misericordia de forma aislada. 
Cuánto cuesta seguir al que es “el Camino, las Verdad y la Vida”, lo que sin vida veraz y transparente, es imposible.
Te pido hoy la oración de cada día en favor de las necesidades de todos los Hermanos; ¿Qué te parece si la hacemos al Beato Carlo Acutis poniéndole por intercesor ante Dios nuestro Padre? Él también fue un gran amante de la Santísima Virgen. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 12 de Marzo

Buenos días.
Volvemos hoy a fijarnos en la Palabra de Dios que la Iglesia nos pone en este sábado de la primera semana de Cuaresma.
El evangelio sigue siendo parte del Sermón del Monte y aunque es un texto conocido, siempre conviene volver a encontrarse con él ya que las personas somos muy olvidadizas y necesitamos mantener viva la memoria.
Dice: “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 6,43-48).
Este texto tiene varios puntos para la reflexión y el examen de conciencia que no deberíamos desaprovechar, pues siempre se suele pensar que son los otros los que necesitan vencer sus malos quereres o desamores, rectificar sus comportamientos, y, por supuesto, escuchar la sugerencia del Señor, que más bien es un mandato: ‘sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto’.
No pocas veces pienso que somos poco serios, pues, en el mejor de los casos, conocemos las Sagradas Escrituras y la Doctrina católica, pero en cambio preferimos los caminos de los egoísmos, las ambiciones y todo aquello que al final son banalidades; por ello conviene no desperdiciar este Tiempo de gracia que es la Cuaresma, para poner un poco en orden la propia vida mirando al Señor y dejándonos iluminar por su Espíritu Santo.
Hoy, sábado, te pido que reces a la Santísima Virgen en favor de los Hermanos y sus necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 11 de Marzo

Buenos días.
Todos los días son propicios para sentir tristeza y pena por tantas desgracias y males que hay alrededor, pero este día, viernes, memoria de aquel viernes santo en el que Cristo entregó su vida, se nos presenta el mismo Señor herido, muy herido, en su Sagrado Corazón.
Conocemos todas las quejas que dio a Santa Margarita María de Alacoque, cuando le mostró su Sagrado Corazón herido por tantos pecados e injurias de los hombres, que después de los siglos que han pasado continúan igual o peor.
En el siglo pasado viene a Santa Faustina Kowalska para mostrarle su Divina Misericordia, con la que llama a todos los pecadores de una forma insistente y ofreciendo todas las gracias que fueren necesario. Pero la respuesta no parece que haya sido mucho mejor. ¡Cuánto desvarío el de esta sociedad y sus moradores!
No hace falta explicar que en el mundo, los momentos actuales son graves, difíciles, inciertos y con grandes peligros en muchos sentidos de la vida humana, pero no lo son menos en la sociedad de la que formamos parte cada uno de nosotros, por ello se hace urgente mirar en este día al Sagrado Corazón de Jesús, recurrir a Él implorando su Misericordia, para que nos saque de tanto desorden moral que asfixia y lleva a la perdición a tantas y tantas almas.
Ante un desastre como el de la guerra actual, somos capaces de movilizarnos para ayudar y auxiliar a los damnificados en lo material y en lo humano, lo cual es muy loable, pero como avisa Cristo, eso también lo hacen 'los publicanos y los gentiles' (cfr. Mt 5,46-48), por ello cada uno ha de preguntarse si en su vida personal ha corregido alguno de sus vicios personales para mover el Corazón de Jesús, pues sólo volviendo a Dios y haciendo camino de conversión se logrará que la asfixia que sufrimos, ya apuntada más arriba, se abra a la Luz y a la Paz.
Mira hoy al Sagrado Corazón de Jesús, desagráviale como mejor puedas y contribuye a que su Misericordia pueda escuchar ‘los gritos de su pueblo’, porque Él “no olvida los gritos de los humildes” (Sal 9, 13).
Con esta sugerencia, que desearía fuera un compromiso real y auténtico, lo dejo pidiéndote que ya reces, al menos un padrenuestro, a este Señor Misericordioso, en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 10 de Marzo

Buenos días.
Un estímulo para este duro y complicado tiempo cuaresmal a nivel del propio corazón, que necesita conversión, es este pensamiento del actor Peter Marshall: “La medida de una vida bien empleada no es su duración, sino su donación”.
Murió muy joven, a los 29 años, en un accidente de tráfico cuando había adoptado una vida muy discreta fuera del mundo del espectáculo.
No es fácil vivir en una actitud de entrega y donación a todos y en todo lo que puedan necesitar los demás, pero mirando al que nos llamó por el Bautismo, Nuestro Señor Jesucristo, todo es posible y gozoso. Recordar las palabras de San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que me conforta” (Flp 4,13).
He aquí una nueva actitud del corazón y de la voluntad que se debe tener viva y activa. Merecerá la pena reflexionar por si fuera motivo para el camino dinámico, alegre y jubiloso de la propia conversión. Adelante con ella.
Hoy día jueves, te pido que reces al Señor Jesús en el Santísimo Sacramento, por todas las necesidades de los Hermanos, que en adoración nos postramos ante Él y le decimos: ‘Jesús, en Ti confío’. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 9 de Marzo

Buenos días.
Parece oportuno, quizás necesario, avanzar en el tema del Sexto Mandamiento de la Ley de Dios que planteamos ayer.
Lo verdaderamente importante que se logra cuando se evitan los pecados contra el Sexto Mandamiento, es el acceso al amor, al verdadero amor. El Papa San Juan Pablo II lo expresa bellamente a los jóvenes el 30.01.1990: “Cada vez que vosotros, los jóvenes y las jóvenes, os conserváis vírgenes para quien será vuestro cónyuge, testimoniáis el irremplazable valor de un amor que debe construirse día a día”.
Y en la homilía del 18.05.1988 dice: “Cuando no se respetan los principios de la ley natural sobre la sexualidad, se convierte a las personas en objetos, y todo el gran contenido del amor viene a reducirse a un mero intercambio egoísta”. Agrega el 27.09.1986: “El pecado de impureza es ofensa a la dignidad humana, es insulto a la vida, es falsificación del amor”.
Por ello el Papa no duda en suplicar que se tenga en gran estima el ideal de la castidad (13.5.1990); que se realicen todos los esfuerzos posibles en la educación a la castidad (14.03.1988), afirmando que “la recupe­ración de la virtud de la castidad es una de las necesidades más urgentes de la sociedad contemporánea” (16.09.1987).
Si esto lo decía en el año 1987, qué no diría hoy en una sociedad que ha evolucionado a peor, y mucho peor.
No es difícil cumplir el Sexto Manda­miento de la Ley de Dios, si se es capaz de poner en práctica los medios necesarios para enfrentarse a la impureza.
San Juan Bosco, uno de los más grandes expertos en la educación de la juventud de toda la historia, en su obra ‘El joven cristiano’ habla de estos medios, al exaltar el valor de la pureza como “La más bella de todas las virtudes”.
Dice Don Bosco: “Toda virtud en los jóvenes es un precioso adorno que los hace amables a Dios y a los hombres. Pero la virtud reina, la virtud angélica, la santa pureza, es un tesoro de tal precio, que los jóvenes que la poseen se hacen semejantes a los ángeles de Dios, aunque sean hombres mortales en la tierra. ‘Serán como los ángeles’… Esta virtud es como el centro a cuyo alrededor se reúnen y conservan todos los bienes y, si por desgracia se pierde, todas las demás virtudes están perdidas. Con ella me llegaron todos los bienes”.
“Pero esta virtud que os convierte, queridos jóvenes, en otros tantos ángeles del cielo, virtud que tanto agrada a Jesús y a María, es sumamente envidiada por el enemigo de las almas; por esto suele daros terribles asaltos, para hacérosla perder, o al menos para que la manchéis”.
Sin duda lo que a continuación les indica a los jóvenes para procurar la virtud, es igualmente válido para los adultos e incluso los que han de recuperar la pureza en sus almas y en sus cuerpos.
“Por este motivo yo os sugiero algunas normas o armas con las que conseguiréis ciertamente conservarla y rechazar al enemigo tentador. El arma principal es alejarse de los peligros. La pureza es un diamante de gran valor. Si, llevando un gran tesoro, lo exponéis a la vista de un ladrón, corréis grave riesgo de ser asesinados”.
Don Bosco continua: “Además de la fuga de los peligros, practicad la frecuencia de la confesión, sinceramente hecha, y de la comunión devota, evitando a todas aquellas personas que con obras o palabras menosprecien esta virtud. Y para prevenir los asaltos del demonio, acordaros del aviso de Jesús: Esta clase de demonios, es decir, la tentación contra la pureza, no se vence sino con el ayuno y la oración. Con el ayuno, o sea, con la mortificación de los sentidos, poniendo freno a los ojos y a la gula; huyendo del ocio desordenado; dando al cuerpo el reposo estrictamente necesario”.
“Jesucristo nos recomienda que acudamos a la oración, pero se trata de una oración hecha con fe y fervor, en la que no se ha de cesar hasta que la tentación sea vencida. Tenéis además un arma formidable en las jaculatorias, o la medalla o el escapulario de la Santísima Virgen. Pero, si todas estas armas no bastaran para dejar esta maligna tentación, entonces recurrid al arma invencible de manteneros en la presencia de Dios...”
Hasta aquí las recomendaciones de Don Bosco que las encontramos, expresadas de una u otra forma, en otros santos tan prestigiosos como San Felipe Neri o San Alfonso María de Ligorio.
Lo importante será amar la virtud de la pureza, pues ya hemos indicado otras veces las palabras del Señor: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”, para poder trabajar con ilusión por ser personas consecuentes con las promesas bautismales.
Como día miércoles que es y a diez días de su Solemnidad, reza, por favor, a San José para que interceda en favor de las necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a su Santísima Esposa. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 8 de Marzo

Buenos días.
Nos quedaba el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios para culminar el repaso que hemos dado a los Mandamientos.
El Sexto Mandamiento de la Ley de Dios es: “No cometerás actos impuros”, por lo tanto este Mandamiento obliga a la pureza y a la castidad en palabras y en obras.
Por ello no se debe olvidar lo que dice San Pablo a los Corintios: ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu Santo habita en vosotros...? (1 Cor 3,16-17).
Son pecados contra este Mandamiento: el adulterio, las relaciones prematrimoniales, la homosexualidad consumada, la masturbación, las conversaciones obscenas, así como la pornografía, que como indica el Catecismo de la Iglesia Católica en su número 2354, “consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados”, como falta grave, pues “atenta gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella, actores, comerciantes, público”.
La gravedad de estos pecados la manifiesta San Pablo en 1 Cor 6,9-10 y en Gal 5,19-21. San Pedro, también dirá: “El Señor guarda a los impíos para castigarlos el día del juicio, sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras” (2 Ped 2,9-10).
De la gran facilidad que tienen las personas para faltar contra este Mandamiento, habla duramente el Patrono de Moralistas de la Iglesia, San Alfonso María de Ligorio, que dice: “La carne es el arma más poderosa que tiene el demonio para esclavizar al hombre... Por eso, el infierno está lleno de ángeles, a causa del orgullo, y lleno de hombres, a causa de la impu­reza...”
Comentando este texto, Santa Isabel de la Trinidad manifiesta: “Invirtiendo la frase, se puede afirmar que, poseyendo la virtud de la pureza, existe el noventa y nueve por ciento de posibilidades de ir al cielo. Jesucristo no puede condenar eternamente a un alma pura que ha estado siempre vigilante sobre sí misma. Él prefirió las almas virginales. ¡Su madre es una virgen!”.
Vamos a dejarlo aquí, para completar todo lo relativo a este Mandamiento en otro momento y que sabemos que nos llama a evitar todo tipo de lujuria, uno de los siete pecados capitales, que, sin duda, lleva a una de las mayores esclavitudes que puede sufrir la persona en diferentes aspectos.
Hoy, Fiesta de San Juan de Dios, pidamos su intercesión en favor de todos los enfermos, particularmente por los que comparten este encuentro diario en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 7 de Marzo

Buenos días.
El escritor italiano del siglo XIX Nicolás Tommaseo, expresó una verdad que explica la raíz de la inmadurez que acompaña a tantas personas adultas; él dijo: “El hombre a quien el dolor no educó, siempre será un niño”.
Es propio de la naturaleza humana huir del dolor, del sufrimiento, siendo por otra parte algo común en el individuo y en el entorno social que lo rodea, pero el dolor madura a la persona cuando lo encara, lo acepta y lo asume.
Uno se pregunta cuál es el origen del dolor, del sufrimiento; encontrará diferentes respuestas, desde el mal sentir, pensar y hacer de las personas, desde el inadecuado cuidado que se le presta a la salud, así como otros tantos pecados personales, hasta los pecados que denominamos sociales, que llevan a las personas a prácticas nocivas y esclavizantes, aunque conlleven las lisonjas del placer y del aparente bienestar.
Habrá otros sufrimientos morales o físicos que se le escapa a la persona poder identificarlos o relacionarlos con algún origen o motivo concreto, pero siempre la llevará a esa madurez apuntada si es capaz de aceptarlo y asumirlo, para hacer de él instrumento de purificación y de salvación, que si se une a lo que el Señor Jesucristo vivió en su Pasión y Muerte, los méritos obtenidos para sí y para los demás serán inimaginables.
No sé cuál habrá sido tu actitud ante el dolor y el sufrimiento hasta aquí, pero siempre estaremos todos en condiciones de aprovechar esta oportunidad de reflexionar sobre esta cuestión y rectificar si ello fuera necesario.
En la vida de Fe no cabe nunca el sinsentido de las cosas, todo lo que acompaña a la persona tiene un origen, una razón, una solución y un camino a seguir, que para ser óptima pasará por el encuentro con el Señor Jesucristo y la fidelidad a su magisterio.
Sin duda, podemos concluir que el sufrimiento, el dolor, son medios y caminos de conversión, cuando se les aprovecha en esa madurez que en sí mismo procuran.
Recuerda que la oración es un medio para hacer el camino cuaresmal, por eso te pido que reces, al menos un Padrenuestro a nuestro Padre Dios, en favor de las intenciones y necesidades de todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos hoy en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 6 de Marzo

Buenos días en el Primer Domingo de Cuaresma.
Alguno recordará que el pasado año ya me referí a la oración con la que hoy reza la Iglesia: “Dios todopoderoso, por medio de las prácticas anuales del sacramento cuaresmal concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo, y conseguir sus frutos con una conducta digna. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Y lo vuelvo a hacer porque esta petición que hacemos: ‘…concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo…’, es una de las claves de la vida cristiana, conocer el misterio de Cristo, conocer a Dios engendrado en nuestra naturaleza humana para darnos VIDA, para que ya no vivamos en la antigua servidumbre del pecado y podamos compartir con Él la gloria de su Resurrección por toda la eternidad.
Hoy también, en el evangelio se cuentan las tentaciones del demonio al Señor en el desierto, que podéis leer, además de que escuchéis en la Misa el evangelio, en Lc 4,1-13; será una seria y buena meditación.
Y en el Prefacio de la Misa, que es propio del día, pedimos: “…El (Jesucristo) cual, al abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, inauguró la práctica de nuestra penitencia cuaresmal, y al rechazar las tentaciones de la antigua serpiente, nos enseñó a sofocar la fuerza del pecado; de este modo, celebrando con sinceridad el Misterio pascual, podremos pasar un día a la Pascua que no acaba”.
La Iglesia proclama que el Señor nos enseñó, nos enseña hoy ‘a sofocar la fuerza del pecado’ que ha llevado siempre al hombre a alguna ‘dependencia o cautividad’, bien sea moral, espiritual, incluso material o física, alcanzando la verdadera libertad de los hijos de Dios, de los que tenemos infinidad de testimonios en la historia de la espiritualidad, más, por supuesto, de los que nos muestra el santoral.
Vamos a seguir este camino cuaresmal con mucha ilusión, trabajando por conseguir avanzar seriamente en la propia conversión.
Hos hemos de rezar todos al Señor Resucitado por las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 5 de Marzo

Buenos días.
En este sábado después de la ceniza el evangelio nos dice: “En aquel tiempo, Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme». El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? Les respondió Jesús: No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores”. (Lc 5,27-32).
Interesante el relato del evangelista San Lucas con la llamada de Jesús a Levi, contundente llamada a la conversión que Leví atendió sin demora. ¡Qué fuerte resulta el encuentro con Jesús, cuando se tiene el corazón dispuesto!
Hemos leído la respuesta que Jesús da a los publicanos y a los fariseos: ‘No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores’.
Este texto es muy consolador para los que se sienten pecadores y un gran estímulo para responder a su llamada a conversión.
Pues, ánimo, y a dejarse iluminar un día más por el Señor Jesús para afianzar la conversión, que aún puede que la hayamos propuesto tímidamente.
Sin que olvides una oración, hoy sábado, a María Santísima, en favor de las necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos en Ella.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 4 de Marzo

Buenos días.
Si todos los días cuaresmales son días penitenciales, en razón de la conversión que se está intentando conseguir, los viernes de este Tiempo de Cuaresma son particularmente ‘días de penitencia’.
Por ello, hoy es un día que aunque la Iglesia Católica solo pida a sus miembros la abstinencia de comer carne, sí deben tener éstos la conciencia de que es un día propicio para avanzar en el camino de la conversión.
Puede haber personas que piensen que mucho se habla de conversión, pero realmente ¿Qué es la conversión, qué es convertirse?
El concepto de la conversión, lo que se entiende por conversión en el ámbito de la Fe es muy sencillo: simplemente se trata de volverse a Dios, abandonar todo aquello que separa a la persona de Dios, por lo que su vida tiene cosas, aspectos, en mayor o menor grado, que no están en consonancia con la Ley de Dios, con la Doctrina revelada en la Biblia o con la doctrina de la Iglesia, que no son, en definitiva, del agrado de Dios.
Por ello, el primer paso para hacer camino de conversión es saber en qué cosas, en qué aspectos está uno mismo distante, apartado o incluso completamente a espaldas de Dios.
Pues, ¿cómo te puedes convertir a Dios, si no sabes lo que te separa de Él? ¿Cómo vas a saber lo que te separa de Él, si no dejas que su Palabra ilumine tu conciencia, para que ésta te pueda indicar los errores, pecados o defectos que debes abandonar, que debes cambiar?
Si no se comienza por aquí, la palabra conversión, la invitación a convertirse, por muy apremiante que se presente, no será posible.
Aquí lo dejo, con la ilusión y la esperanza que tu penitencia en este primer viernes de Cuaresma, que lo es también de mes, día como sabes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, lo dediques seriamente a saber de qué has de convertirte, para que así sea más fácil hacer el camino de conversión, pues de esta forma se sabrán los caminos que se han de recorrer.
El Espíritu Santo está dispuesto a iluminarte si se lo pides, y tu ángel custodio también está dispuesto a ayudarte. No te eches para atrás y busca ganar tu vida para la Salvación eterna.
Pero también hoy necesitamos que reces al Divino Corazón de Jesús, por las intenciones y necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 3 de Marzo

Buenos días.
La Palabra de Dios nos ofrece hoy un testimonio de Jesús que ilumina y ayuda a darse cuenta lo que supone ser cristiano.
El Señor no impone nada, pero sí indica lo que se necesita hacer.
“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Entonces decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?” (Lc 9,22-25).
A veces en la vida se carece de seriedad en los comportamientos, porque se llegan a relativizar tanto las cosas que se consigue perder su sentido verdadero, con lo que viene a resultar que, como se dice, da lo mismo una cosa que otra, siendo esto el origen de tanto desorden que encontramos en sí mismo y alrededor de uno.
Cristo nos enseña que las situaciones, los comportamientos, las cosas, son las que son y como son, que no hay ‘medias tintas’ que admitan cualquier cosa en los diferentes momentos de la vida, ni en las decisiones que se tengan que ir tomando.
La autenticidad es no vivir conforme según el propio parecer, deseo o capricho, sino conforme a las leyes establecidas que han de emanar de la Ley de Dios.
La conciencia de la persona sabe bien lo que es admisible o no. Por ejemplo: diga quien diga lo que quiera, matar es malo, por lo que el aborto o la eutanasia, que son muerte, serán siempre condenables.
Vamos a mirar al horizonte del Triduo Pascual y reflexionemos sobre esa primera condición que pone el Señor Jesús para seguirle: ‘negarse a sí mismo’.
¿Has aprendido a negarte a ti mismo? Porque lo que es cierto, es que no nada fácil.
Las intenciones y necesidades de los Hermanos necesitan tu oración; de ella esperan la Gracia de Dios, en tanto nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 2 de Marzo

Buenos días en el Miércoles de Ceniza.
Comencemos rezando con la Iglesia que hoy ora así: “Señor, fortalécenos con tu auxilio al empezar la Cuaresma, para que nos mantengamos en espíritu de conversión; que la austeridad penitencial de estos días nos ayude en el combate cristiano contra las fuerzas del mal. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Con esta oración somos conscientes que necesitamos la fortaleza del Espíritu Santo para el combate espiritual, que se ha de mantener a lo largo de este tiempo cuaresmal, al tiempo que nos disponemos, nos comprometemos, a mantener la austeridad penitencial, pues tenemos conciencia de que hemos de luchar ‘contra las fuerzas del mal’.
En la liturgia de la Palabra, encontramos en la lectura de la segunda carta de San Pablo a los Corintios, estos dos consejos: “En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios”, y más adelante nos dice: “Os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé. Pues mirad: ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación”.
Poco comentario cabe, pues la reflexión personal ya nos ayudará a dejarnos empapar de la Gracia de Dios, y con ilusión podremos comenzar este camino cuaresmal, que será duro, pues el entorno social está siendo muy doloroso, pero a la vez ha de ser también un camino gozoso.
No olvides de rezar, que menos que un padrenuestro al Señor Jesucristo, en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que, unidos en María, nuestra Madre y nuestra Guía, aquí nos encontramos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 1 de Marzo

Buenos días.
En la víspera del Miércoles de Ceniza, bueno es que aprovechemos hoy para preparar nuestro corazón y beneficiarnos de este tiempo de gracia que la Santa Iglesia nos ofrece.
Un punto de apoyo para toda la Cuaresma, es acudir a la Palabra de Dios y dejarse interpelar e iluminar, con el objetivo de ir conformando la propia conversión.
Cada día la Iglesia nos ofrecerá los textos que se proclamarán en la Santa Misa, con lo cual si los seguimos ya tendremos material y medios para avanzar con decisión y firmeza, pues como nos dice el Profeta Joel en la primera lectura del Miércoles de Ceniza: “Ahora -oráculo del Señor-, convertíos a mí de todo corazón, con ayunos, llantos y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor…”.
Sería un buen propósito para esta jornada cuaresmal, el ‘escuchar’ cada día la Palabra de Dios, meditarla y guardarla en el corazón, para que vaya marcando el ritmo de los cuarenta días de conversión y preparación para la Celebración del Triduo Pascual.
Y, por favor, no olvides rezar ahora en favor de las necesidades de todos los Hermanos que aquí no encontramos cada día, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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