Reflexión 31 de Diciembre

Buenos días.
Aquí estamos por última vez en este año de gracia de 2022 para alabar, bendecir y dar gracias a Dios por este año de vida que nos ha dado, así como también para hacer balance de él.
No es bueno simplemente ‘pasar página’, que se dice, para encarar el nuevo año sin intentar reconocer los aciertos y los errores que se cometieron a lo largo de esta etapa anual, pues no hacerlo es desaprovechar las gracias que supone reconocer los beneficios que se obtuvieron y los errores que enseñan a no volver a cometerlos.
Por otra parte, interesa llegar a la nueva etapa de 2023 con la conciencia limpia y clara, y poder afrontar las cosas con el talante más positivo y optimista que se pueda, pues se habrá de hacer frente a nuevos desafíos, problemas o situaciones inesperadas, que exigirán echar mano de la experiencia, que da sabiduría y buen gobierno personal.
Vamos, pues, a cerrar este año con el mejor espíritu evangélico leyendo el capítulo 1º del evangelio de San Juan, que hoy la Iglesia Católica lo proclama en la Santa Misa: “El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció. Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. (Jn 1,9-14).
Te pido, por favor, que no dejes hoy de rezar a Dios Todopoderoso para que conceda su Gracia a todos los Hermanos, que día a día nos encontramos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 30 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de la Sagrada Familia.
Este día es tan importante como los que la protagonizan: Jesús, María y José, y si cabe, en estos momentos de la historia, en los que se ataca y denigra la familia hasta límites insospechados, es más necesario pararnos en esta Fiesta para celebrarla con la máxima atención y dedicación personal.
Toda la Liturgia de este día es muy bella y sugerente; veamos la Oración colecta de la Misa: “Dios, Padre nuestro, que has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo a los ojos de tu pueblo, concédenos, te rogamos, que imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Efectivamente, Dios nos ha propuesto a la Sagrada Familia como ejemplo, ¿cómo lo está asumiendo nuestra sociedad en este tiempo que nos está tocando vivir?
En la segunda parte de la oración se pide llegar ‘a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo’, con el compromiso de imitar a la Sagrada Familia en sus virtudes domésticas y en su unidad en el amor. Y uno se pregunta: ¿El hombre de hoy piensa en que algún día está llamado a vivir en el hogar del Cielo por toda la eternidad? O por el contrario, ¿no lo piensa porque no lo cree, o porque no lo necesita ahora mismo?
En la oración del Ofertorio de la Santa Misa, se dice: “Al ofrecerte, Señor, este sacrificio de expiación, te suplicamos, por intercesión de la Virgen, Madre de Dios, y de san José, que guardes a nuestras familias, en tu gracia y en tu paz verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor”.
En medio del ambiente que vivimos, en el que el término ‘familia’ está tan diluido como degradado, qué difícil se hace entender el pedir a Dios que guarde a las familias en su gracia y en su paz, pues aunque para Dios no hay nada imposible, somos nosotros los que le presentamos unas familias en muchos casos muy desnaturalizadas, tanto que no es fácil identificarlas como tal.
Trabajemos todos, en la medida que a cada uno le sea posible, por iluminar los caminos para conseguir mantener la familia en lo que fueron, desde la creación del mundo, los designios de Dios sobre ella.
Y recemos a la Sagrada familia por todos los Hermanos, sus intenciones, sus necesidades y sus familias. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 29 de Diciembre

Buenos días.
Estamos a tres días de concluir este año 2022, al que le sigue de inmediato el año 2023 que habrá que encarar con el mejor espíritu posible.
El tiempo de Navidad con sus días de descanso del ritmo ordinario de cada día, produce como una ruptura que en un principio es beneficiosa pero que se ha de saber encarar para no perder el camino que se traía de atrás.
Estos días que suelen ser muy ajetreados, deben encontrar los momentos de intimidad para meditar y contemplar todo lo que ocurrió en Belén, pero al mismo se han de estrechar los lazos de parentesco o de amistad que se tienen, pues en la relación fraternal con los otros se puede encontrar lo que uno mismo necesita.
Santo Tomás de Aquino decía: “La amistad disminuye el dolor y la tristeza”, de aquí que como buen tesoro que es un amigo, se ha de guardar y cultivar con gran esmero, pues en el dolor y la tristeza, que siempre acompañan la vida personal, el buen amigo es el apoyo necesario que dará fortaleza y constancia.
Bien estará que nos vayamos preparándonos para el final de año, procurando dejar todo en el orden y agrado de Dios, para lo que se necesitará un buen examen de todo lo que ha sido este año que se acaba, aprendiendo de los errores cometidos durante él para no volver a tropezar en la misma piedra, algo tan común en el ser humano.
El 1 de enero nos pondrá ante un año que será completamente nuevo y que como tal, hay que encararlo con actitudes, deseos y comportamientos nuevos. Pues dedica estos últimos días para vivirlo así.
Reza nuevamente hoy, por favor, a la Sagrada Familia en favor de las intenciones y necesidades, físicas y espirituales de los Hermanos que aquí nos encontramos en Ellos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 28 de Diciembre

Buenos días.
Parece que nuestra sociedad se ha empeñado en distorsionar la realidad de las cosas, hasta el punto de estar consiguiendo subvertir el sentido real de los actos y comportamientos de las personas.
Hoy es la Fiesta de los Santos Inocentes, y no se puede por menos que, al evocar la memoria de todos aquellos niños que murieron por orden de Herodes, para así matar con ellos también al Niño Jesús, pensar en los inocentes que mueren por el aborto buscado y consentido desde hace décadas. Los últimos datos oficiales que se disponen son del año 2021, en el que se practicaron 90.189 abortos en España.
Con el aborto ya pasa con otro tipo de comportamientos humanos, que a fuerza de mostrarlos como algo natural y lógico, aunque estén fuera de la moral y de las costumbres, se llegan a justificar y a aceptar como algo normal, natural y asumible, para llegar a la conclusión que ante tanto desorden aceptado y asumido con ese aire de normalidad, la decadencia de la sociedad está resultando de unas consecuencias que no se sabe hasta dónde nos llevaran.
Es por ello que en este día de los Santos Inocentes debemos reflexionar seriamente para buscar y encontrar la VERDAD, que nos haga reaccionar hacia la ya muy repetida conversión de vida, que cada uno necesita, así como ayudar a los otros para que hagan el mismo camino de cambio de mentalidad, de cambio de corazón.
Hoy te pido que reces a esa legión de niños mártires: los Santos Inocentes, para que clamen ante Dios por este gran cáncer de nuestra sociedad: la cultura de la muerte.
Y rezar también a la Sagrada Familia por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 27 de Diciembre

Buenos días
Como meses anteriores la Virgen María Reina de la Paz dio su mensaje, que os transcribo y comento.
“Queridos hijos: hoy os traigo a mi Hijo Jesús para que vosotros seáis Su paz y el reflejo de la serenidad y del gozo del cielo.
Orad, hijos míos, para que estéis abiertos a recibir la paz, porque muchos corazones están cerrados a la llamada de la luz que cambia los corazones.
Estoy con vosotros y oro por vosotros para que os abráis a recibir al Rey de la Paz, que colma vuestros corazones de calor y bendición.
Gracias por haber respondido a mi llamada”.
Comienza la Virgen diciéndonos que nos trae a su Hijo, ‘para que vosotros seáis Su paz y el reflejo de la serenidad y del gozo del cielo’. Qué importante es ser, con la Paz de Cristo, reflejo de la serenidad y del gozo del Cielo.
La serenidad es una cualidad del ser humano que mantiene a la persona en un estado apacible, sosegado, sin ningún tipo de turbación, bien sea moral o física, lo cual ayuda a ser reflejo de lo que es el Cielo, tal como la Virgen lo indica.
La Virgen también insiste en pedirnos que oremos para estar abiertos a recibir la Paz, algo extraordinariamente importante porque sin la Paz de Dios es imposible la Luz del Espíritu, que es el que nos llama a ‘cambiar los corazones’, esto es la Conversión de vida. Ella advierte: ‘porque muchos corazones están cerrados a la llamada de la luz que cambia los corazones’.
En el cuidado maternal de la Virgen María, dice que está con nosotros: ‘y oro por vosotros para que os abráis a recibir al Rey de la Paz, que colma vuestros corazones de calor y bendición’.
Para concluir con ese gesto de gratitud que repite cada mes: ‘Gracias por haber respondido a mi llamada’.
Pues aquí os dejo para que meditéis y oréis, pues en definitiva hemos de saber priorizar en nuestras vidas lo que verdaderamente tiene valor de eternidad.
Orad, por favor, en beneficio de todas las necesidades de los Hermanos que aquí no volvemos a encontrar en la Sagrada Familia, en esta Octava de la Natividad del Señor. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 26 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de San Esteban Protomártir.
Dice el Martirologio Romano de él: “Fiesta de san Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor de pie a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores”.
En los Hechos de los Apóstoles encontramos en los capítulos 6 y 7 el testimonio de Esteban y sus consecuencias, que no fueron otras que la lapidación. Veamos brevemente: “Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces indujeron a unos que asegurasen: Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios” (Hch 6,8-11).
Después de la acusación y de un gran discurso de Esteban, dicen los Hechos de loa Apóstoles: “Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: Veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios. Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Luego, cayendo de rodillas y clamando con voz potente, dijo: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y, con estas palabras, murió. Saulo aprobaba su ejecución. (Hch 7,54-60; 8,1).
El relato bíblico ya es suficientemente expresivo para no tener que agregar ni comentar nada más. Procuremos tomar nota del testimonio de Esteban y acojámonos a su intercesión y ayuda, para que cada uno de nosotros seamos capaces de dar el testimonio cristiano que se nos demande en cualquier situación y momento.
Hoy te pido que reces con la misma Fe de San Esteban a Jesús, María y José, para que todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos, obtengan las gracias necesarias. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 25 de Diciembre

25.12.2022
En la Celebración del Nacimiento del Niño Dios, os invito a rezar con la mayor ilusión y confianza posible al Príncipe de la PAZ, para que nos traiga la Paz a los corazones de los hombres, tantos de ellos endurecidos y alejados de Él por el pecado. Y que también traiga la Paz a todos los Pueblos de la tierra, pues mientras las guerras imperen, sean al nivel que sea, el poder de las Tinieblas estará reinando de la mano de los hombres orgullosos y soberbios.
Sólo este Niño puede mover los corazones y alcanzarnos la PAZ a todos los niveles deseados y necesitados.
Acudamos, con estos sentimientos de búsqueda de la Paz, a María y a José para que nos colmen de sus bendiciones y nos ayuden a vivir como el Padre Dios espera, desea y necesita de nosotros.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 24 de Diciembre

Buenos días.
Ya estamos en el denominado Día de Nochebuena, en el que la expectación es máxima a juzgar de lo que hubieron de vivir María y José.
Esta misma espera tensa debíamos mantener nosotros hoy, esperando revivir aquel acontecimiento que sucedió en Belén de Judá, porque la Sagrada Liturgia nos actualiza todo lo ocurrido allí.
Y nos dice el evangelio que “Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”. (Lc 2,18-19)
Esta actitud de la Virgen es en la que quiero detenerme hoy, por ser tan provechosa para nuestra propia vida espiritual y de gran experiencia personal.
Tanto para la Santísima Virgen como para San José, todo lo que acontecía alrededor del nacimiento de su Hijo era nuevo; su certeza únicamente estaba en que les nacía el hijo que esperaban y que este hijo era el Hijo de Dios, pero toda la revelación de Dios Padre a través de los ángeles, el testimonio de los Pastores y la admiración de las gentes, era para ellos inédito, sorpresivo y asombroso, como tantas cosas hay en nuestras vidas que son así.
Pero ahí está la actitud de la Virgen María, que ‘conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón’. No se enorgullece, no presume, no se muestra engreída o satisfecha, solamente ‘guarda’ lo que ve, lo que oye de la Gloria de Dios, y lo va meditando en su corazón.
Cuánto necesitamos también nosotros aprender a vivir en la misma actitud de María, manteniendo la serenidad, la prudencia, observando bien todo lo que pasa a nuestro alrededor, lo que dicen unos y otros, para luego meditarlo en el corazón y saber bien los comportamientos que hemos de tener, tanto de pensamiento como de palabra o de obra, evitando las omisiones que puedan ser moralmente punibles y que vayan contra la Caridad.
Cuenta el evangelio que hubo otro momento en la vida del Señor que María reaccionó igualmente así; fue en el Templo cuando Jesús a los doce años se quedó allí con los Doctores de la Ley y sus padres le buscaron, volviendo angustiados a Jerusalén hasta que lo encontraron en el Templo. El relato evangélico de Lucas 2,51 dice: “Su madre conservaba todo esto en su corazón”.
Veamos nuestras vidas a la luz de este gran ejemplo de la Santísima Virgen, pues bien sabemos que a todos nos ataca el gran mal de nuestro tiempo como es la superficialidad, la apariencia y la presunción, y ajustemos todo nuestro ser a lo que María nos enseña en Belén.
Feliz noche y no dejéis de rezar ante el Niño Dios por todas las necesidades de los Hermanos, que también hoy llegamos a encontrarnos en torno a la Sagrada Familia. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 23 de Diciembre

Buenos días.
Hoy fijémonos en la imagen tradicional de la mula y el buey en el Portal de Belén.
Cuando San Francisco de Asís decidió crear una representación del nacimiento de Jesús en la Navidad de 1223. Francisco se encontraba en el pueblo de Greccio, Italia; estaba muy enfermo y pensando que tal vez aquella sería su última Navidad en la tierra, quiso celebrarla de una manera distinta y muy especial. Por ello en la misa por la festividad realizó un nacimiento con la participación de los pobladores y de los animales.
Thomas de Celano, el primer biógrafo de San Francisco de Asís, cuenta que el santo dijo en aquella oportunidad: "Desearía provocar el recuerdo del niño Jesús con toda la realidad posible, tal como nació en Belén y expresar todas las penas y molestias que tuvo que sufrir en su niñez. Desearía contemplar con mis ojos corporales cómo era aquello de estar recostado en un pesebre y dormir sobre las pajas entre un buey y la mula".
Desde entonces, un buey y un asno forman parte de la representación del pesebre o nacimiento. De acuerdo con la costumbre, la mula en el pesebre representa el animal más humilde de la creación, y el buey mantiene la misión de tener caliente con su aliento la cuna del niño Jesús.
Y aunque los relatos de la Navidad del Nuevo Testamento no nos narran nada acerca de esto, el buey y la mula no son simples productos de la fantasía; se han convertido, por la fe de la iglesia, en la unidad del antiguo y nuevo testamento, en los acompañantes de las celebraciones navideñas. En el Antiguo Testamento el Profeta Isaías nos habla de estos dos animales: “Conoce el buey a su dueño, y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento” (Isaías 1,3).
El Papa Benedicto XVI en su libro La Infancia de Jesús dirá: “El pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna”, remitiéndose a Isaías 1,3 cuyo texto está citado más arriba.
Por todo ello, contemplemos igualmente estos dos animales, mansos y humildes, como testimonio de que los animales están cerca del hombre para su ayuda, pues vemos en el relato de la Creación, en el capítulo 1 del Génesis, cómo justo antes de la creación del Hombre: “Dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies. Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno” (Gen 1,24-25).
En la contemplación de la mula y el buey en el Pesebre de Belén, sintamos en calor de la Sagrada Familia, que en la humildad de esa noche nos quiere llevar al convencimiento de que una vida sin pobreza y humildad, de corazón al menos, pierde todo su sentido.
Volvemos a rezar hoy con fe y esperanza a la Sagrada Familia, en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que en su gozo y alegría nos encontramos aquí. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 22 de Diciembre

Buenos días.
Sigamos contemplando las escenas en torno a la Natividad del Señor.
Hoy nos fijaremos en los Pastores que recibieron el anuncio del nacimiento del Mesías por parte del Ángel del Señor.
San Lucas continua diciendo: “Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado. Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho” (Lc 2,15-20).
He aquí el testimonio de aquellos Pastores que ante la evidencia de la experiencia vivida, no dudan en ir a ver lo que les habían anunciado y cuentan con sencillez y naturalidad lo que les habían dicho los ángeles.
Quizás lo que a nosotros nos puede hacer reflexionar es, por un lado, la sencillez de los Pastores, y por otro, la importancia que tienen las experiencias de Dios, que de una u otra forma, las personas tenemos.
Cuando éstas ocurren no siempre se las da la importancia que tienen, o por el contrario se las magnifica, por lo que es muy primordial la vida de oración que lleva a la persona a tener la sencillez, la prudencia y el equilibrio, siempre necesario, para valorar convenientemente las cosas y sentimientos espirituales.
Aprovechemos estos encuentros con todo lo que ocurrió en Belén de Judá, para que nos prepare a vivir lo más intensamente posible el encuentro con la Palabra de Dios hecha carne, que “vino a su casa, y los suyos no le recibieron” (Jn 1,11). Que no ocurra esto con nosotros porque el corazón lo tengamos lejos de Él, sin hacer aún el camino de conversión que necesitemos.
Seguro que aquellos Pastores gozan ahora en el Cielo de la presencia de aquel Niño, que encontraron y adoraron en Belén y que les supuso después, también a ellos, la persecución de Herodes cuando buscó al Niño y mandó matar a todos los menores de dos años, los Santos Inocentes (Mt 2,16).
A los Pastores que fueron los escogidos por Dios en su Providencia Divina para ser los primeros en conocer y dar testimonio del Mesías, pidámosles hoy con gran ilusión y confianza, por todas las necesidades e intenciones de los Hermanos, que se vean ayudadas por la Gracia del Señor Jesús y de sus santos Padres, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 21 de Diciembre

Buenos días:
Veamos lo que ocurrió en la Nochebuena cuando el Niño Dios, nacido en un portal, fue envuelto en pañales por su Madre y acostado en un pesebre, como ayer vimos.
Dice San Lucas que: “En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo: No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”. (Lc 2,8-14).
Fijémonos en los Ángeles dedicados exclusivamente al Servicio Divino. Primero ‘un ángel del Señor se les presentó’ para anunciarles la buena noticia del nacimiento del Mesías, dándoles la explicación de cuál era esa buena noticia y cómo la podrían comprobar, para luego, enseguida, aparecer ‘una legión del ejército celestial’ cantando y alabando: ‘Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad’.
Al Servicio Divino estamos llamados todos los que hemos recibido ser hijos de Dios (Jn 1,12), no solamente cuando lleguemos a vivir en el Cielo, sino mientras ya peregrinamos a la Casa del Padre haciendo el bien, a imitación de Cristo (Hch 10, 38), asi como en la conformidad con la Voluntad de Dios.
Necesitamos ser ‘hombres de buena voluntad’ para poder participar de la Paz de Dios, que tanto necesita la persona a nivel individual como el conjunto de toda la sociedad.
Os invito a que, contemplando las escenas del Belén, consideréis si vuestras vidas están al servicio divino, y en qué medida y grado, pues ya queda indicado más arriba que servir a Dios lo puede y debe hacer cualquier persona de Fe, desde cualquier estado de vida que se tenga.
Los Ángeles también escuchan nuestras oraciones, comenzando por los propios Ángeles Custodios; recémosles hoy a ellos pidiendo su ayuda e intercesión para todas las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en la que es, para los Ángeles, su Reina y Señora. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 20 de Diciembre

Buenos días.
En la proximidad de la Navidad bien estará preparar los corazones y las mentes para llegar hasta a Belén, con la disposición de poder ofrecer al Niño Dios y a sus Padres los mejor se sí mismo.
Una forma de así lograrlo podría ser ir meditando en cada uno de los que intervinieron en aquel acontecimiento, ir comprendiendo el lugar que ocuparon y el papel que jugaron.
Y así podríamos fijarnos hoy en aquel momento que vivieron María y José, que nos cuenta San Lucas 2,6-7: “Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada”.
‘Porque no había sitio para ellos en la posada’, circunstancia que vivieron en aquella conformidad con la Voluntad de Dios que siempre y en todo momento tuvieron.
Las circunstancias, los momentos, las situaciones van marcadas por los designios de Dios y también por las decisiones de las personas directa o indirectamente, que hacen que se deba tomar una actitud y un comportamiento concretos, que resultarán estar en lo acertado o equivocarse, con sus correspondientes consecuencias.
José y María habían de cumplir con lo dispuesto de ir a empadronarse a la ciudad de Belén (Lc 2,1-7), y por el cumplimiento de este mandato se encontraron con los días del parto.
Cuánto hay que aprender de la Sagrada Familia, en este caso del sufrimiento que por unas razones u otras les acompañó siempre, y al que Ellos siempre respondieron desde la conformidad con la Voluntad de Dios.
Aprovechemos estos días a contemplar todo lo que realmente aconteció en la Ciudad de David (cfr. Lc 2-4).
Estos días recemos a los Santísimos Esposos, María y José, por las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos, ahora en la Navidad para cantar los Glorias del Señor en el Nacimiento de su Hijo. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 19 de Diciembre

Buenos días.
Todos lo saben, pero tú, ¿lo has pensado en alguna ocasión, que siempre ‘hay una última vez’?
No basta saber las cosas, porque cuando no se interiorizan y no se las asume, quedan en la pura teoría cuyo recorrido suele ser más bien corto o escaso.
Y algo así pasa con esta rotunda realidad de que siempre ‘hay una última vez’, de forma que no pocas veces sorprende a las personas que pensaban, creían que aún quedaba mucho recorrido en la vida y se encuentran que no vuelve a haber ninguna oportunidad más en tal o cual cuestión, en tal o en cual encuentro.
Hay muchas cosas que se saben que van a ocurrir por última vez, se pueden prever, lo que exige encararlas como corresponda y según su importancia, pero hay otras muchas que no se sabe si serán la última vez, como pueden ser las inminentes Fiestas de la Natividad del Señor.
Claro es que a las personas no les interesa mucho estar en esta clave de afrontar la vida con la altura de miras, que exige aspirar a vivir la vida eterna en el Reino de los Cielos, y que por ello hay que obedecer, entre otros, el consejo evangélico de ‘velar y orar’, o lo que es lo mismo, estar atentos a todo lo que sucede y dándole su importancia y su valor.
Es muy bueno acostumbrarse a tener presente esta máxima: “Siempre hay una última vez”, y sin ningún tipo de pesimismo, antes al contrario, con mucho sentido de la realidad y esperanza, atender a la exigencia de: ¿cómo haría yo esto, cómo trataría a esta persona, si supiera que esta es la última vez que tengo de realizar tal cosa o de ver, estar o hablar con esta persona?
De aquí que cada día sea muy actual y nuevo, por lo que habrá que hacer las mismas o parecidas cosas que el día anterior, pero con la fuerza de la novedad y la alegría que da hacer las cosas bien, entre otras cosas, por si es la última vez.
Y en este espíritu te pido que reces con toda tu fe y esperanza, al Señor Jesús Resucitado, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 18 de Diciembre

Buenos días en el Día del Señor.
Coincide este Domingo IV de Adviento con la Fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza.
Esta advocación de la Santísima Virgen celebra la espera de María en los días previos al nacimiento de su Hijo Jesús.
Por ello también se la ha denominado ‘La Expectación del Parto de la Virgen’.
Hasta el siglo VII la iglesia de España no celebraba más que una festividad mariana que abarcaba a todas las demás: la Maternidad Divina o la "Fiesta de Santa María" como se la llamaba sencillamente. Así lo podemos ver en los antiguos calendarios mozárabes.
El año 656 se celebraba el célebre Concilio X de Toledo y allí trataron los Padres esta cuestión con toda solemnidad. Este Concilio dictaminó un decreto por el que se establecía que para dar mayor solemnidad a esta fiesta mariana de la Maternidad Divina "se celebre el día octavo antes de Navidad del Señor y se tenga dicho día como celebérrimo y preclaro en honor de su Santísima Madre". Toman parte en este asunto tres grandes santos: san Eugenio, san Fructuoso de Braga y san Ildefonso.
Por nuestra parte mantengamos la Esperanza expectante de que el Mesías nos va a nacer y con Él nuestra liberación y salvación. Ojalá que así lo sepamos vivir y aprovechar preparando los corazones llenos de Amor que sepan dar calor al Niño Dios en tantos Hermanos que viven lejos de las Gracias que se derraman en Belén de Judá.
Con la oración sencilla y humilde, como vivió la Sagrada Familia estos acontecimientos, seamos capaces de interceder para que el Niño Jesús traiga la Paz para nuestra tierra tan sofocada por guerras y conflictos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 17 de Diciembre

Buenos días.
Ahora sí. El Adviento torna su mirada a la Natividad del Niño Dios y todo en la liturgia está mirando a Él.
Pero para celebrar la Navidad con dignidad hemos de procurar vestir el ‘traje de bodas’ del que nos habla el evangelio.
Esto quiere decir que hemos de llegar con el corazón limpio y sin el equipaje que las personas suelen cargar sobre su corazón y sus hombres: resistencias, celos, desamores, envidias, rencores o ambiciones ilícitas.
Toda la ilusión que se pone para hacer felices a los otros con obsequios, con decoraciones navideñas: belenes, árboles de Navidad, etc., hemos también ponerla en poder estar al lado del Niño Dios haciéndole feliz, lo cual es fácil conseguir: un corazón limpio, una conciencia recta, libre de toda acción mala sea en la dimensión que fuera: pensamiento, palabra, obra y omisión.
Y ahora ya te invito a rezar, con música o sin ella.
"Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes, ven pronto, Señor.
El mundo muere de frío, el alma perdió el calor, los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.l
Envuelto en sombría noche, el mundo, sin paz, no ve; buscando va una esperanza, buscando, Señor, tu fe.
Al mundo le falta vida, al mundo le falta luz, al mundo le falta el cielo, al mundo le faltas tú".
Y mientras nos adentramos en el calor de la Navidad, reza hoy a María, nuestra Madre y nuestra Guía, en favor de las necesidades de todos los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 16 de Diciembre

Buenos días.
Es llamativo ver cómo las personas tienen muy claro las deficiencias que se dan en los comportamientos de los otros, tanto, que aseveran con firmeza su juicio sin reparar que las apariencias engañan mucho, y que todas las motivaciones que provocan los comportamientos ajenos no se llegan a conocer bien.
Ya lo expresaba así el novelista francés André Malraus cuando dijo que: "Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar", pues la comprensión es esa capacidad de la persona para entender las cosas en su dimensión más profunda, por lo que, lógicamente, cuando se entiende la cosa ampliamente no se encuentra razón para emitir juicios superficiales y ligeros, que suelen hacerse sin ningún tipo de reparo.
Juzgar el pensamiento o el comportamiento del otro, no solo es arriesgado por la posible equivocación en la que se puede caer, sino que también puede ser un mal moral que daña al prójimo y a quien lo hace.
El juicio puede ser interior, que conlleva normalmente un ejercicio personal de murmuración previa, así como exterior, en el que se transmite a otros lo que se ha decidido afirmar del comportamiento, de las actitudes, de las palabras, etc., de la persona juzgada y de la que, quizás, no se haya hecho nada previamente por comprender todo lo que ocurre.
Por todo ello, sirva esta reflexión para ver el grado de comprensión personal que se tiene, sabiendo que es una virtud humana muy necesaria de adquirir si no se tiene, o de acrecentarla si ya se tuviera.
Llegamos al final de la primera parte del Adviento, que nos ha abierto a la Parusía, con la fuerte llamada de vivir en vigilante espera al Señor que vendrá en poder y gloria, para dar paso, a partir de mañana, para prepararnos a Celebrar el Nacimiento del Niño Jesús.
Y ya te pido que reces como cada viernes al Sagrado Corazón de Jesús, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 15 de Diciembre

Buenos días.
Con frecuencia se habla de ‘hacer la voluntad de Dios’ o de aceptar tal o cual cosa porque es ‘la voluntad de Dios’, ya que es cierto que a imagen del Señor Jesucristo, lo más importante es hacer la voluntad de Dios: “Porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6,38).
Pero se debe tener en cuenta que no únicamente se ha de estar presto para hacer la voluntad de Dios en tal o en cual momento, en tal o en cual circunstancia, sino que se ha de aceptar la misma voluntad de Dios cunado se manifiesta en momentos difíciles e incluso se alarga en el tiempo, para lo que se precisa no solo ‘aceptar’, sino dar un paso más hasta ‘tener conformidad’ con esa voluntad de Dios.
Se ha de entender bien la diferencia entre ‘aceptar’ y ‘tener conformidad’, pues si la primera es recibir voluntariamente, asumir sin oposición la realidad que se presenta, en la conformidad se encuentra la persona en una adhesión íntima y total con lo que se le muestra como voluntad de Dios, sin entrar en si es más o menos, poco o mucho lo que se exige.
Esto es lo que hizo la Santísima Virgen María cuando escuchó el Anuncio del Ángel y dio su conformidad con el Fiat: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38); dio su conformidad para toda su vida. No fue aceptar la voluntad de Dios para el momento puntual, sino conformarse ella misma, su existencia, a esa voluntad de Dios que marcaría toda su vida y todas las situaciones que se sucederían.
Es esta una cuestión francamente muy interesante que bien merece reflexionarla, pues la racanería humana es aceptar según y cómo y cuándo…, y para nada acomodar la propia vida a las exigencias del Amor de Dios, lo que cambia mucho la forma de vivir.
Con fe y esperanza reza hoy al Señor Jesucristo presente en la Santa Eucaristía, por todas las necesidades de los Hermanos. Pero, hazlo, por favor, pues en ello estarán también tus necesidades al amparo de la Gracia por la oración que hagan también el resto de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 14 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de San Juan de la Cruz.
San Juan de la Cruz, cuyo nombre de nacimiento era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile Juan de San Matías; nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542.
Fue un religioso y poeta místico del renacimiento español de la Orden de los Carmelitas, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales. A instancias de santa Teresa de Ávila fue el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, el Carmelo Descalzo, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría.
En su abundantísima obra poética y literaria encontramos esta sustanciosa frase: “A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición”.
Esta sentencia es muy seductora, nos lleva a dar a la Caridad su justo valor para vivir en ella, con ella y por ella, pero la segunda parte es muy clarificadora, pues el amor en que nos examinarán es ‘amar como Dios quiere ser amado’ por lo que será necesario: ‘dejar tu condición’, lo que es lo mismo que la conversión de vida, que se nos está pidiendo en este Adviento.
San Juan de la Cruz es desde 1952 el patrono de los poetas en lengua española.
Merecerá el esfuerzo que sea necesario para aprender a AMAR los que aún no saben hacerlo al estilo de Dios, y/o perfeccionarlo los que ya lo encontraron anteriormente, sabiendo cómo han de hacerlo mediante la reflexión y abiertos a la oración.
Reza ya ‘al Amado’, como le gustaba decir a San Juan de la Cruz, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 13 de Diciembre

Buenos días.
Los defectos es algo que generalmente cuesta reconocer que se tienen, siendo algo muy natural en el ser humano pues nadie es perfecto; el problema, como decía Roque Schneider, no está en “tener defectos, sino que el mayor defecto es no tratar de corregir lo que puede ser corregido y enmendado”.
Esta clave es muy importante, pues las personas han de aprender a corregir los mismos defectos como los errores que propician esos defectos.
Pero cuando el orgullo está presente y se hace fuerte en la persona, no la deja ver la realidad negativa que tiene en sí misma. Resulta triste que se llegue a tener tanta ignorancia de sí misma, que hace que los defectos y errores están siempre en el otro.
Creo que merece la pena revisar esta cuestión, máxime en las fechas que estamos, pues siempre por las fiestas navideñas surgen encuentros y reuniones entre personas que no se ven con frecuencia, y cuando se está en las actitudes señaladas más arriba, se pueden causar situaciones incómodas cuando menos o hasta de ruptura cuando más. Y estamos para unir, no para dividir.
Ya te pido que reces con verdadera caridad a Dios nuestro Padre, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 12 de Diciembre

Buenos días.
Como ya indicamos días pasados, celebramos hoy la Virgen de Guadalupe. El día 9, Fiesta de San Juan Diego, expusimos el encuentro que tuvo de madrugada con una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".
De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que fuese al día siguiente nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo le dijo a Juan Diego que dijera a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.
De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para buscar un sacerdote a su tío que se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba.
El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde encontró rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.
Una vez ante Monseñor Zumárraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las "Américas", Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".
Múltiples son los milagros obrados por la Santísima Virgen de Guadalupe y numerosísimas las personas que viven la devoción a la Señora.
Recemos hoy a tan buena Madre y pidámosla por todas las necesidades de los Hermanos, que en torno a Ella nos encontramos aquí cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 11 de Diciembre

Buenos días en el Día del Señor.
Ya en el Tercer Domingo de Adviento, Domingo Gaudete, nos acercamos a la Celebración de la Natividad del Señor, mientras seguimos en vigilante espera de la Segunda Venida del Señor Jesucristo en su Parusía.
Esta vigilante espera nos invita de forma constante a hacer camino de conversión para poder estar preparados en la actitud necesaria, pero si además miramos a nuestro mundo, tan alejado de Dios, no hay otro recurso mejor ni más acertado que hacer el camino de vivir vueltos a Dios, a su Amor y a su Misericordia, pues de lo contrario hacia dónde caminaremos…
En la segunda Lectura de la Santa Misa de este ciclo A, el Apóstol Santiago dice en su carta,5,7-10: “Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor”.
Nos exhorta a tener paciencia: ‘hasta la venida del Señor…, porque la venida del Señor está cerca’, aunque nos cueste creerlo en este mundo tan dislocado y presionado por el consumismo entre otras cosas.
‘Mirad que el juez está ya a la puerta’, lo cual tampoco lo tenemos ni presente,  ni tan siquiera asumido, pienso yo. Tú sabrás cómo lo crees y cómo lo vives.
Mientras revisas tu actitud personal ante la Parusía, reza ya hoy al Señor Jesús Resucitado por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, Nuestra Señora del Adviento. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 10 de Diciembre

Buenos días.
Como anunciamos días pasados, hoy la Iglesia celebra a la Virgen María de Loreto.
La Santa Casa de Loreto es la misma casa de Nazaret que visitó el Arcángel Gabriel en la Anunciación a la Santísima Virgen María. Es allí donde el Verbo se hizo Carne y habitó entre nosotros. También allí vivió la Sagrada Familia a su regreso de Egipto y donde Jesús pasó 30 de sus 33 años junto a La Virgen y San José.
Pronto La Santa Casa se convirtió en lugar de reunión para la celebración de la Santa Misa de los primeros Cristianos.
Actualmente la Santa Casa está situada dentro de la Basílica que para ella se construyó en Loreto, Italia. Dentro de la casa de Loreto se venera la pequeña imagen de La Virgen de Loreto.
La casa de Loreto es sagrada en virtud de quienes en ella habitaron. Muchos consideran la Santa Casa de Loreto como uno de los lugares más sagrados del mundo y Dios no quiso que esta casa fuese profanada o destruida, sino preservada para siempre.
El demonio, los hombres, y el mundo usualmente van contra todo lo que Dios quiere y con esta bendita casa no fue diferente. En 1291, los Sarracenos conquistaban Tierra Santa. Quisieron acabar con toda la historia del cristianismo y la mejor forma para ellos era destruyendo todos los lugares sagrados.
Según la tradición del traslado angelical, en 1291, cuando los cruzados perdían control sobre Tierra Santa, Nuestro Señor decidió enviar a los ángeles a proteger su Santa Casa y les dio el mandato de que movieran la casa a un lugar seguro: 'Llévense la Santa Casa a un lugar seguro, lejos del odio de mis enemigos de esta tierra donde nací. Elévenla sobre los aires, donde no la puedan alcanzar. Que no la vean'.
El 12 de mayo de 1291 los ángeles trasladaron la casa hasta un pequeño poblado llamado Tersatto, en Croacia. Unos días más tarde, la Virgen María se le apareció a un sacerdote de ese lugar y le explicó de dónde venía la casa. Ella dijo: "Debes saber que la casa que recientemente fue traída a tu tierra es la misma casa en la cual yo nací y crecí. Aquí, en la Anunciación del Arcángel Gabriel, yo concebí al Creador de todas las cosas. Aquí, el Verbo se hizo carne. El altar que fue trasladado con la casa fue consagrado por Pedro, el Príncipe de los Apóstoles. Esta casa ha venido de Nazaret a tu tierra por el poder de Dios, para el cual nada es imposible.
Ahora, para que tú puedas dar testimonio de todo esto, sé sanado. Tu curación inesperada y repentina confirmará la verdad que yo te he declarado hoy”. El sacerdote, que había estado enfermo por mucho tiempo, se sanó inmediatamente y anunció al pueblo el milagro que había ocurrido.  Comenzaron las peregrinaciones a la Santa Casa.
Pero la alegría de los croatas duró poco tiempo. Después de tres años y cinco meses de estar la casa en este poblado, en la noche del 10 de diciembre, de 1294, la casa desapareció de Tersatto para nunca más volver.
El 10 de diciembre de 1294, unos pastores de la región de Loreto en Italia contaron que habían visto una casa volando sobre la mar, sostenida por ángeles. Había un ángel vestido con una capa roja (San Miguel) que dirigía a los otros y la Virgen María con el Niño Jesús estaban sentados sobre la casa. Los ángeles bajaron la casa en un lugar llamado Banderuola.
Los habitantes de Recanati y Loreto verdaderamente no sabían la historia de la Santa Casa, solo sabían de los milagros que se acontecían ahí. Dos años más tarde, la Virgen María se le apareció a un ermitaño llamado Pablo y le contó el origen y la historia de la Santa Casa: “Se mantuvo en la ciudad de Nazaret hasta que por el permiso de Dios, aquellos que honraban esta casa fueron expulsados por los enemigos. Ya que no se le honraba y estaba en peligro de ser profanada, mi Hijo quiso trasladarla de Nazaret a Yugoslavia y de ahí hasta tu tierra”. Pablo entonces se lo contó a las personas del pueblo y comenzaron a hacer gestiones para verificar la autenticidad de la casa.
Hoy te pido que reces a la Virgen de Loreto en favor de las ne

Reflexión 9 de Diciembre

Buenos días.
Hoy merece la pena detenernos en la Fiesta de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, que nació en 1474 en México.
Juan Diego perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca; según el Nican Mopohua, era un "macehualli", o "pobre indio", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio, como funcionarios, sacerdotes, guerreros, mercaderes, etc., ni tampoco formaba parte de la clase de los esclavos. Hablándole a Nuestra Señora él se describe como "un hombrecillo" o un don nadie, y atribuye a esto su falta de credibilidad ante el Obispo.
El Sábado 9 de Diciembre de 1531, muy de mañana, durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, recorridos que solían tomar unas tres horas y media a través de montañas y poblados, Juan Diego se dirigía a la Misa Sabatina de la Virgen María y al catecismo, a la "doctrina" en Tlatelolco, atendida por los franciscanos del primer convento que entonces se había erigido en la Ciudad de México.
Cuando el humilde indio llegó a las faldas del cerro llamado Tepeyac, en donde actualmente se le conoce como "Capilla del Cerrito", de repente escuchó cantos preciosos, armoniosos y dulces que venían de lo alto del cerro, le pareció que eran coros de distintas aves que se respondían unos a otros en un concierto de extraordinaria belleza, observó una nube blanca y resplandeciente, y que se alcanzaba a distinguir un maravilloso arco iris de diversos colores.
Juan Diego quedó absorto y fuera de sí por el asombro y “se dijo ¿Por ventura soy digno, soy merecedor de lo que oigo? ¿Quizá nomás lo estoy soñando? ¿Quizá solamente lo veo como entre sueños? ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo?... Hacia allá estaba viendo, arriba del cerrillo, del lado de donde sale el sol, de donde procedía el precioso canto celestial.
Estando en este arrobamiento, de pronto, cesó el canto, y oyó que una voz como de mujer, dulce y delicada, le llamaba, de arriba del cerrillo, le decía por su nombre, de manera muy cariñosa: "Juanito, Juan Dieguito". Sin ninguna turbación, el indio decidió ir a donde lo llamaban, alegre y contento comenzó a subir el cerrillo y cuando llegó a la cumbre se encontró con una bellísima Doncella que allí lo aguardaba de pie y lo llamó para que se acercara.
Cuando llegó frente a Ella se dio cuenta, con gran asombro, de la hermosura de su rostro, su perfecta belleza, su vestido relucía como el sol, como que reverberaba, y la piedra, el risco en el que estaba de pie, como que lanzaba rayos; el resplandor de Ella como preciosas piedras, como ajorca (todo lo más bello) parecía: la tierra como que relumbraba con los resplandores del arco iris en la niebla. Y los mezquites y nopales y las demás hierbecillas que allá se suelen dar, parecían como esmeraldas.
Ante Ella, Juan Diego se postró, y escuchó la voz de la dulce y afable Señora del Cielo, en idioma Mexicano, le dijo: Escucha, hijo mío el menor, Juanito. ¿A dónde te diriges? Y él le contestó: Mi Señora, Reina, Muchachita mía, allá llegaré, a tu casita de México Tlatilolco, a seguir las cosas de Dios que nos dan, que nos enseñan quienes son las imágenes de Nuestro Señor, nuestros Sacerdotes...
El próximo día 12 de diciembre celebraremos la Fiesta de la Virgen de Guadalupe, y podremos ver el resto de los encuentros de la Virgen con Juan Diego.
Hoy ya podemos pedir la intercesión de este humilde santo, que supo fiarse de la Santísima Virgen en todo lo que Ella le pidiera y le mandara, rogándole por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 8 de Diciembre

Buenos días en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
Este es un día de júbilo por el designio divino de conceder a la Santísima Virgen el privilegio de ser concebida sin pecado original, inmaculada en su alma y en su cuerpo.
Al contemplar este gran hecho del que fuimos todos beneficiados, pues todos hemos gozado de su vida, de su sí al plan de Dios y de su maternidad divina, que nos envuelve al haberla recibido también nosotros como Madre al Pie de la Cruz.
Este es un día también de silencio y de oración, pues contemplar este gran Misterio de Amor y de Misericordia de nuestro buen Padre Dios, es algo que se necesita para vivir más serenos, humildes y pobres, a imitación de Ella.
Las palabras hoy sobran, por ello, más que ningún día, te pido que reces a la Virgen Inmaculada por todas las necesidades espirituales y materiales de los Hermanos, que en torno a Ella aquí nos encontramos hoy también en su Solemnidad. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 7 de Diciembre

Buenos días.
Celebramos la Fiesta de San Ambrosio, Obispo de Milán. Nació en Tréveris hacia el año 340.
Su padre, que se llamaba también Ambrosio, era entonces prefecto de la Galia.  El prefecto murió cuando su hijo era todavía joven, y su esposa volvió con la familia a Roma.  La madre de San Ambrosio dio a sus hijos una educación esmerada, y puede decirse que el futuro santo debió mucho a su madre y a su hermana Santa Marcelina.
San Ambrosio cuyo nombre significa "Inmortal" es uno de los más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad. Cuando apenas tenía 30 años fue nombrado gobernador de todo el norte de Italia, con residencia en Milán, y posteriormente, fue elegido Obispo de esta ciudad por clamor popular. San Ambrosio se negó a aceptar el cargo pues no era sacerdote, pero se hicieron memoriales y el Emperador mandó un decreto señalando que el santo debía aceptar ese cargo.
Consciente de que ya no pertenecía al mundo, el santo decidió romper todos los lazos que le unían a él.  En efecto, repartió entre los pobres sus bienes muebles y cedió a la Iglesia todas sus tierras y posesiones;  lo único que conservó fue una renta para su hermana Santa Marcelina.
San Ambrosio, que se creía muy ignorante en las cuestiones teológicas, se entregó al estudio de la Sagrada Escritura y de las obras de los autores eclesiásticos, particularmente de Orígenes y San Basilio.
En sus estudios le dirigió San Simpliciano, un sabio sacerdote romano, a quien amaba como amigo, honraba como padre y reverenciaba como maestro.San Ambrosio combatió con tanto éxito el arrianismo que la erradicó casi por completo de Milán.
El santo vivía con gran sencillez y trabajaba infatigablemente. Sólo cenaba los domingos, los días de la fiesta de algunos mártires famosos y los sábados. El santo no asistía jamás a los banquetes y recibía en su casa con suma frugalidad.  Todos los días celebraba la misa por su pueblo y vivía consagrado enteramente al servicio de su grey;  todos los fieles podían hablar con él siempre que lo deseaban, y le amaban y admiraban enormemente.  San Agustín fue a verle varias veces, pues en su conversión tuvo una parte muy importante San Ambrosio.
La vida de este Santo es muy intensa y cargada de mucha luz para la vida cristiana; sus enseñanzas son igualmente importantes en todas las dimensiones de la vida, pero de una forma especial en sus comentarios de la Sagrada Escritura.
San Ambrosio es el Padre de la Mariología latina. Desde su sede milanesa, se convierte en el ardiente defensor de María como Virgen Inmaculada, siendo igualmente defensor entusiasta de la perpetua virginidad de María.
De su sabiduría se desprenden grandes enseñanzas, como por ejemplo ésta: “El que pregunta con mala intención no merece conocer la verdad”.
Hoy bien podremos rezar por las necesidades de los Hermanos, poniendo por intercesor a San Ambrosio de Milán.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 6 de Diciembre

Buenos días.
En el mes de diciembre hay varias Fiestas de la Santísima Virgen María. La primera será la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el día 8; seguidamente el día 10 será la Virgen de Loreto, el día 12 la Virgen de Guadalupe de México y el día 18 la Virgen de la Esperanza; para pasar luego a las celebraciones propias de la Natividad del Señor, en las que la Virgen tiene un papel tan notable como significativo.
Sería, pues, muy importante estar atentos a estas celebraciones para poder honrar a la Virgen Santa María, además de poder conocerla más y más e imitar todo el tesoro de virtudes que encontramos en su vida terrenal, así como el lugar que ocupa en la Historia de la Salvación.
Mirando hacia la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, nos damos cuenta del gran privilegio con que  el Dios Creador adorno a esta creatura suya, liberándola del pecado original con el que había quedado marcada toda la humanidad, pues con ello María estaba dispuesta a ser la humilde esclava del Señor, como Ella misma manifestó en la Anunciación al Arcángel San Gabriel.
Vamos a prepararnos para vivir estas Fiestas de la Virgen María, y ahora más particularmente la Solemnidad de su Inmaculada Concepción.
Vamos a intentar conocerla más y más a través de la historia de estas advocaciones, en las que se manifiesta realmente su vida y su entrega a la Voluntad de Dios y a la maternidad divina de su Hijo Jesús, y su entrega también a la maternidad de todo el género humano.
Le mostraremos nuestro amor dejándola que nos guíe con su celo maternal, así como con nuestras oraciones y actos de amor, que desagravien su muy ultrajado Corazón Inmaculado.
A Ella te pido le reces hoy por todas las inquietudes y necesidades de los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 5 de Diciembre

Buenos días.
Existe un proverbio alemán que dice: ¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada? Ciertamente, ¿qué sentido tiene?
Avanzar por la carretera equivocada únicamente puede llevar a destinos equivocados, e incluso, con resultado negativo cuando menos.
Si se tiene claro cuál es el destino que se debe y se quiere alcanzar, se buscará el camino correcto, el más directo si cabe, sin aceptar otras alternativas que se quieran ofrecer, aunque sean sugerentes, tentadoras o provocativas.
En este camino del Adviento, en su primera parte, que nos prepara para estar atentos a la Parusía del Señor, ¿qué sentido tiene no avanzar por el camino de la conversión, que es el que nos prepara para la espera del Señor?
Seguir las sendas que nos sugiere el mundo y sus afanes, los que sean contrarios al Amor de Dios, no nos pueden llevar a un encuentro con el Señor en su Parusía, ni tan siquiera en su nacimiento, al que no se debe llegar con vestiduras inapropiadas como son las del pecado en cualquiera de sus manifestaciones.
Mientras escrutas tu corazón para saber bien por qué carretera avanza tu vida, si la equivocada o la acertada, reza al Padre de las Misericordias por las necesidades espirituales y materiales de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 4 de Diciembre

Buenos días en el Día del Señor.
La Santa Iglesia nos presenta en este segundo domingo de Adviento la figura de Juan el Bautista, mostrándonos la llamada que él hacía a los judíos: “Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos”.
Esto que aconteció hace dos mil años a nosotros nos parece un mensaje caduco y pasado, no reparando que muchos están en la misma actitud de aquellos judíos.
Y agrega el Bautista: “Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga”.
He aquí el resumen de nuestra historia: ‘bautizados con Espíritu Santo y fuego’, ¿seremos trigo o paja? Y de ahí dependerá nuestro destino de eternidad.
Y hoy la Iglesia reza diciendo: “Señor todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo”.
Efectivamente, cuántas veces ‘los afanes de este mundo’ nos impiden llegar a vivir según la santa Ley de Dios y todos los preceptos y consejos que se desprenden de ella.
Parece que bien merece la pena ser conscientes del momento en el que estamos y responder a sus expectativas y exigencias.
Como cada día te pido que reces al Señor Jesús Resucitado en favor de todas las necesidades espirituales y materiales de los Hermanos, que hoy volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 3 de Diciembre

Buenos días.
En este Primer Sábado de mes en el que no podemos apartar la vista del Corazón Inmaculado de María, que tanta oración y sacrificios necesita para desagraviarle de las ofensas y ultrajes que recibe.
Pero hoy la Iglesia Celebra a San Francisco Javier, uno de los grandes santos de la historia de la espiritualidad.
Nació en el castillo de Javier (Navarra) el año 1506. Cuando estudiaba en París, se unió al grupo de san Ignacio de Loyola. Fue ordenado sacerdote en Roma el año 1537, y se dedicó a obras de caridad. El año 1541 marchó al Oriente. Evangelizó incansablemente la India y el Japón durante diez años, y convirtió muchos a la fe. Murió el año 1552 en la isla de Sanchón Sancián, a las puertas de China.
Este gran misionero nos dejó escrito: “Para la salvación de mi alma me es tan necesario desacostumbrarme a pecar, por cuanto a los pecados de costumbre son los que llevan a los hombres al infierno”.
Es un pensamiento muy valioso para considerar la situación de la propia alma, pues las personas tienen esos ‘pecados de costumbre’ que a San Francisco Javier le parece urgente desasirse de ellos.
Sintamos la llamada a la conversión personal de la mano de este Santo que a tantos llevó a la Fe hasta consolidarlos como discípulos de Jesucristo.
Como anexo os dejo la ‘Novena de la Gracia’ para quien no la conozcáis, es muy interesante su origen y su eficacia.
Y ya te pido tu oración para todas las necesidades, espirituales y materiales, de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 2 de Diciembre

Buenos días.
Primer viernes de mes y primer viernes de Adviento, día, por tanto, para una oración personal e íntima que centre la propia vida y la oriente cada vez más hacia el horizonte que la corresponde: el Reino de Dios.
Navegamos contra corriente en los más diferentes aspectos de la vida, la sociedad se empeña en buscar los placeres del mundo, aunque tantas veces terminen siendo amargos, muy amargos; nos confundimos en marcar realmente lo que corresponde en cada momento y en cada situación, prueba de ello es que cuesta trabajo aceptar una verdad de nuestra FE en este momento presente, como es la Parusía, la Venida del Señor en Poder y Gloria, para juzgar a los vivos y a los muertos.
Para esta Parusía del Señor, la Iglesia nos invita a preparar el corazón, a hacer camino de cambio, de conversión, en la espera del Señor que llega.
Al hombre moderno, mejor se diría al cristiano moderno, le cuesta creer que ‘el Señor viene’, que hay que estar ‘en vigilante espera’ y que, además, merece la pena estar desasido del cosas temporales, aunque haya que seguir atendiendo todo aquello que a cada uno corresponda, según su estado de vida y las responsabilidades que tenga.
Es este tiempo propicio para tener la conciencia muy libre de todo aquello que reprocha: pecados, imperfecciones, malos quereres, rencores, etc., etc.
Ya te pido que reces al Sagrado Corazón de Jesús, para que ayude a todos los Hermanos en sus necesidades, a todos los que aquí nos reunimos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 1 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de San Carlos de Foucauld.
Carlos de Foucauld (Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana María, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.
Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante, una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los musulmanes le despierta un cuestionamiento sobre Dios: “Dios mío, si existes, haz que te conozca”.
Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, encuentra a Dios en octubre 1886. Dirá: “Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para El”.
Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir a Jesús en su vida de Nazareth. Pasa siete años en la Trapa. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.
Ordenado sacerdote a los 43 años parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, “los más olvidados y abandonados”. Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, ‘el hermano universal’.
En el atardecer del 1° de Diciembre 1916, fue matado por una banda que rodeó la casa.
Siempre soñó compartir su vocación con otros, pensó que esta ‘vida de Nazareth’ podía ser vivida en todas partes y por todos.
Finalizo esta reflexión de un verdadero Hermano universal con esta frase suya cuando dejó el mundo: “Estas miserables vergüenzas quedaron atrás, y estoy feliz de tirarlas por la ventana”.
Cuánto podemos aprender de este santo y cuánto debemos rezar para pedirle su intercesión en favor de nuestra propia conversión, así como la de otras personas de estos tiempos en los que se vive tan desordenadamente.
Hoy, jueves, reza a Jesús Sacramentado para que derrame sus gracias y puedan ser atendidas las necesidades de los Hermanos, que nos encontramos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 30 de Noviembre

Buenos días.
Legados al final de este mes de los Difuntos, cabe preguntarse hasta dónde ha llegado la generosidad propia por los sufragios que hayamos podido ofrecer en beneficio de los fieles difuntos…
Que no falte, en este último día del mes, una oración, un sacrifico, la 
Santa Misa, si pudiera ser, para que las almas que viven la purificación final en el Purgatorio se vean aliviadas, incluso liberadas ya de este tránsito.
Y si tomaras la costumbre de rezar cada día un padrenuestro, al menos, por ellas, llenarías de gloria tu alma porque con el paso del tiempo habrías ayudado a muchos hermanos en su tránsito penoso y purificador del Purgatorio.
Y todo ello sin dejar de lado la Fiesta que hoy celebra la Iglesia: San Andrés Apóstol, hermano de San Pedro, pescador, al que llamó el Señor Jesús para hacerle ‘pescador de hombres’ junto a su Hermano.
Fue el primero de los discípulos de Juan el Bautista, el Señor Jesús le llamó junto al Jordán, y le siguió, trayendo consigo a su hermano. La tradición dice que, después de Pentecostés, predicó el Evangelio en la región de Acaya, en Grecia, y que fue crucificado en Patrás. La Iglesia de Constantinopla lo venera como muy insigne patrono.
Resulta curioso ver cómo Jesús dio la preferencia a los pescadores, como lo demuestran las profesiones que ejercían los doce apóstoles, aunque dentro del colegio apostólico están representados también los agricultores, con Santiago el Menor y su hermano Judas Tadeo, y los comerciantes con la presencia de Mateo.
Relata el evangelio de San Mateo que Jesús: “Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores. Les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron” (Mt 4,18-22).
Encomendemos a este gran apóstol San Andrés todos nuestros afanes, para que la Gracia de Dios Altísimo los transforme en tarea fructífera para el Reino de los Cielos.
Sin olvidar a los fieles difuntos, reza hoy como cada día por todas las necesidades que tiene cada uno de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 29 de Noviembre

Buenos días.
No habíamos podido comentar el mensaje de nuestra Señora la Virgen de la Paz, del pasado día 25 de noviembre de 2022.
En primer lugar veamos el mensaje de la Santísima Virgen: “¡Queridos hijos! El Altísimo me ha enviado a vosotros para enseñaros a orar. La oración abre los corazones y da esperanza; y la fe nace y se fortalece. Hijos míos, yo os invito con amor: regresad a Dios porque Dios es vuestro amor y vuestra esperanza. Si no os decidís por Dios no tenéis futuro, y por eso estoy con vosotros, para guiaros con el fin de que os decidáis por la conversión y la vida, y no por la muerte. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
La primera nota que se ha de resaltar es que la propia Virgen María dice no venir por cuenta o deseo suyo, sino que ‘El Altísimo me ha enviado a vosotros’, lo cual tiene una importancia muy grande, primero porque la Virgen está cumpliendo un deseo de Dios, está obedeciendo, y segundo que lo hace con su Amor de Madre como se ve más adelante.
Dice que Dios la ha enviado para enseñarnos a orar, y agrega: ‘La oración abre los corazones y da esperanza’, lo cual todos deberíamos tener experiencia de ello si es que cada día dedicamos un tiempo, aunque sea corto, 10, 15 minutos al menos, a la oración.
Sigue con una invitación que nos hace con amor, pero que es sumamente seria: ‘regresad a Dios porque Dios es vuestro amor y vuestra esperanza; si no os decidís por Dios no tenéis futuro’. Dura aseveración que es tan cierta como contundente, pues el Señor Jesús lo dice con absoluta claridad: “El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama” (Mt 12,30).
La Virgen María, Reina de la Paz concluye: ‘por eso estoy con vosotros, para guiaros con el fin de que os decidáis por la conversión y la vida, y no por la muerte’.
Ahí tienes la mano tendida de la Virgen que te la ofrece para guiarte en la grave y no fácil decisión por la vida, y no por la muerte; por la vida de Dios y de su Gracia, y no por la muerte que causa el pecado y que lleva a las tinieblas eternas en cuanto la muerte física te sorprenda en él.
Parece que bien merece la pena plantearse en serio la propia conversión de vida, que todos, en una u otra medida, necesitamos.
Miremos con humildad a María, nuestra Madre y nuestra Guía, y aceptemos su amorosa invitación; seguro que merecerá la pena.
Y a Ella deseo que le reces pidiéndole su ayuda para todos los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos, en sus necesidades e intenciones materiales y espirituales. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 28 de Noviembre

Buenos días
En estos primeros días del Año Cristiano hemos de vivir con alegría la espera de la llegada del Señor, centrando bien la atención en La Parusía, la segunda venida del Señor Jesucristo en poder y gloria.
Esta alegría que propongo vendrá de la preparación que cada uno haga para esperar al Señor.
El Señor sabemos que sondea el corazón, busca siempre que la criatura humana viva con pureza de corazón y rectitud de intención; he aquí nuestro esfuerzo y nuestro trabajo para estar aptos a recibir al Señor en su Parusía.
Aquí os dejo el grito que surge en todo nuestro ser, anhelantes de la venida del Señor: “¡Marana tha! ¡Ven, Señor Jesús!
Yo soy la Raíz y el Hijo de David, la Estrella radiante de la mañana.
El Espíritu y la Esposa dicen: “¡Ven, Señor!” Quien lo oiga, diga: “¡Ven, Señor!”.
Quien tenga sed, que venga; quien lo desee,  que tome el don del agua de la vida.
Sí, yo vengo pronto. ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!”.
Con este Himno de la Liturgia de Adviento, te pido que reces a la Virgen, Santa María del Adviento, por todas las necesidades de los Hermanos, que en Ella y con Ella nos encontramos aquí, como cada día. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 27 de Noviembre

Buenos días en el Día del Señor.
Primer Domingo de Adviento, comienzo del Nuevo Año Litúrgico, en que nos disponemos a recorrer de mano de la Santa Liturgia los diferentes momentos de la Historia de la Salvación.
Para las lecturas de la Santa Misa comenzamos el Ciclo A, que lo recorreremos de la mano del Evangelio de San Mateo, pero hoy quisiera fijarme en la segunda lectura de San Pablo a los Romanos, 13,11-14, que dice: “Hermanos: Comportaos reconociendo el momento en que vivís, pues ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.
La noche está avanzada, el día está cerca: dejemos, pues, las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz.
Andemos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias. Revestíos más bien del Señor Jesucristo”.
‘Comportaos reconociendo el momento en que vivís’; he aquí una clave muy importante para la propia vida en cualquiera de los momentos en que se encuentre, reconocer el momento en que se vive y la importancia, diría más, la transcendencia, que ello comporta.
Otra necesidad que plantea el Apóstol: ‘ya es hora de despertaros del sueño’, es hora de dejar de vivir distraídos con las muchas cosas seductoras que ofrece el ‘mundo’ y la ‘carne’, que junto con el demonio, sabemos son los tres enemigos del alma.
Por ello, ‘andemos como en pleno día, con dignidad’, y para ello han de evitarse los vicios entre los que San Pablo destaca: ‘nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias’.
Todo un programa de vida cara al momento más fuerte de este comienzo del Adviento cual es la espera de la Parusía, la llegada del Señor Jesucristo en Poder y Gloria, para juzgar a los vivos y los muertos.
En esta primera parte del Adviento, hasta el 16 de diciembre, deberemos mantener la espera de la Parusía y vivir preparados para la llegada del Señor, lo cual nos llama una vez más a la conversión del corazón, esto es, abandonar ‘las obras de las tinieblas y pongámonos las armas de la luz’.
Con este espíritu reza ya con la mejor disposición posible, al Señor Jesús Resucitado en favor de todas las necesidades de los Hermanos que nos volvemos a encontrar hoy en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 26 de Noviembre

Buenos días.
En el horizonte más inmediato de la vida personal hay objetivos que se tiene interés grande de conseguirlos, pero no siempre son fácilmente accesibles, por lo cual se hace necesaria la virtud del sacrificio, entre otras.
Pero es que la abnegación necesaria, la renuncia a deseos e intereses, no es cosa del agrado personal, ni fácil de seguir y practicar.
Con sacrificio puede ser que se logre poco, pero sin sacrificio es seguro que no se logrará nada, porque el esfuerzo es la constante que está a la base de todo y cuando se quiere obviar nada sale adelante; queda claro desde el comienzo de la historia humana: “comerás con fatiga mientras vivas...; comerás el pan con sudor de tu frente…” (cfr. Gn 3,18-19).
Está más que comprobado, la persona que no ama el sacrificio y lo mantiene como elemento esencial en su vida, no encontrará el camino del acierto y del éxito.
Abiertos a comenzar el nuevo Año Cristiano que tenemos a la puerta, ya te pido que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, por todas las necesidades, materiales y espirituales, de los Hermanos que aquí nos encontramos en Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 25 de Noviembre

Buenos días.
Último viernes del Año Litúrgico en el que está presente la Cruz, en la que Nuestro Señor Jesucristo murió por nuestra salvación el Viernes Santo.
El Misterio de la Cruz que siempre hemos de contemplar, para profundizar, comprender y conocerlo más y más, ya que en él está la mucha Luz que necesitamos para vivir en la paz de Dios en “este valle de lágrimas”, que decimos en la oración de La Salve.
Aquí os dejo este Himno de la Liturgia de las Horas para que os ayude a esta reflexión y contemplación.
“Se cubrieron de luto los montes a la hora de nona.
El Señor rasgó el velo del templo a la hora de nona.
Dieron gritos las piedras en duelo a la hora de nona.
Y Jesús inclinó la cabeza a la hora de nona.
Hora de gracia, en que Dios da su paz a la tierra por la sangre de Cristo.
Levantaron sus ojos los pueblos a la hora de nona.
Contemplaron al que traspasaron a la hora de nona.
Del costado manó sangre y agua a la hora de nona.
Quien lo vio es el que da testimonio a la hora de nona.
Hora de gracia, en que Dios da su paz a la tierra por la sangre de Cristo. Amén”.
Reza a este Sagrado Corazón de Jesús, que sangra por los ultrajes de los hombres, para que en su Misericordia venga en auxilio de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 24 de Noviembre

Buenos días.
Cuando estamos consumiendo los últimos días del año cristiano, nos vendrá bien reflexionar en este pensamiento del poeta romano Ovidio: “El tiempo corre, y silenciosamente envejecemos, mientras los días huyen sin que ningún freno los detenga”.
Es bueno pararse a pensar en las verdades que se expresan en este pensamiento, pues cuando no se toma conciencia de las cosas más naturales y los acontecimientos sorprenden, la persona queda desconcertada sin tener la respuesta adecuada en el momento oportuno.
Resulta evidente que los días llegan y pasan, que ‘silenciosamente’ traen lo nuevo que acontece y se llevan lo que ya no es, hasta que aparezca el ‘nuevo amanecer’ más allá de esta jornada terrenal.
Quizás uno de los inconvenientes que tenemos es que estas evidencias son silenciosas, de forma que acostumbrados a tal sigilo con el que se desarrolla el devenir de la vida, no se le presta la atención necesaria que nos mantenga en la actitud de vigilancia y de oración, tantas veces advertida por el Señor Jesucristo: “Velad, velad y orad, porque no sabéis ni el día ni la hora”.
Prestaremos, pues, atención al fiel cumplimiento de los deberes según el estado de vida de cada uno, sabiendo que tenemos que dar lo mejor de sí mismos para contribuir a un mundo mejor, en el que la justicia y la paz abarque a toda la humanidad.
Y expresaremos también esta bondad imitando al Señor Jesucristo, que como dice el apóstol Pedro: “Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hch 10,38).
Que tu oración no les falte a los Hermanos, para que el Señor en su presencia eucarística les fortalezca y alivie en sus necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 23 de Noviembre

Buenos días.
Permitirme que vuelva a incidir en recordar que aún estamos en el Mes de los Difuntos, por lo que conviene acordarse del deber que tenemos, como cristianos, de ayudar a los fieles difuntos que todavía están purificando sus faltas y pecados en el Purgatorio.
Siempre hemos dicho que es un gran acto de caridad el auxiliar a estos hermanos nuestros, que nos han precedido en la Fe, diríamos que el mayor acto de caridad al no poder ellos ‘merecer’ para poder abreviar su purificación.
Lo que cada uno de nosotros puede hacer para atender las necesidades de los Fieles Difuntos es muy sencillo: ofrecer cualquier sufragio, esto es, oraciones, sacrificios, velas que se encienden en la Luz de Cristo Resucitado…, y el más importante, celebrar la Santa Misa por ellos.
Nosotros, tan atentos a cualquier llamamiento que se nos hace para acudir en ayuda a necesidades que surgen por desgracias o catástrofes humanas, nos mostramos reacios a atender las necesidades de los Difuntos, quizás porque ya no se les ve, ni se les escucha, llegándoles a ignorar, porque si bien podamos recordar particularmente a los más próximos y allegados, en cambio no reparamos de la posible necesidad que aún pueden tener en ese estadio del Purgatorio.
Nuestra Madre la Iglesia Católica nos enseña las Obras de Misericordia, que en el grupo de las correspondientes a las ‘espirituales’ dice: “Rogar a Dios por vivos y difuntos”; conviene no olvidar, pues, este deber de misericordia y actuar en consecuencia.
Y ya también te hago la petición de cada día para que reces en este día miércoles a San José para que venga en auxilio de todos los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. Al tiempo que te recuerdo el final de la oración a San José que hizo el Papa León XIII: “…y a cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.”
Emilio Castrillón
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Reflexión 22 de Noviembre

Buenos días.
En la historia humana hay muchas cosas buenas que engrandecen a las personas que las fomentan y que las viven, lo que es justo reconocerlo y ponerlo en valor.
Pero desgraciadamente hay también otras muchas cosas que no son buenas, y para las que hay personas que las hacen suyas desde actitudes y comportamientos reprobables.
Con la arrogancia y la vanidad llevan la estimación propia a un sentimiento de superioridad, que a la larga les hacen infelices pues llegarán a crearse un muro en su relación interpersonal.
El orgullo es enemigo de la sencillez y de la humildad, virtudes muy necesarias en la convivencia humana y, sobre todo, en el servicio a los otros. Y no digamos nada lo importantes que son para el servicio divino.
Nadie se ha indigestado nunca por tragarse su orgullo, pero cuando se está sobrado de él parece que lo domina y somete de forma que la persona llega a vivir herida hasta la ceguera absoluta en su sensibilidad.
El orgullo le impide a la persona reconocer equivocaciones, errores o cualquier otro defecto o pecado que pueda tener, y cuando no se le ha puesto freno a tiempo, se puede llegar a otros males morales mayores que desembocarán en verdaderas desgracias personales.
Hagamos el esfuerzo de escrutar en la propia realidad personal, hasta qué punto existen estos defectos que alientan y alimentan el orgullo, para poder trabajar en erradicarlos todos, comenzando por su cabeza que puede ser el orgullo o hasta la soberbia.
Y ya te pido que reces con confianza al que es la mansedumbre y la humildad, nuestro Señor Jesucristo (Mt 11,29), para que ayude y resuelva las necesidades materiales, espirituales y morales de todos los Hermanos que nos encontramos hoy nuevamente en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 21 de Noviembre

Buenos días.
Hoy celebra la Iglesia, por tanto cada uno de nosotros, la entrañable Fiesta de la Niña Santa María presentada en el Templo.
En una antigua y piadosa tradición encontramos los orígenes de esta fiesta mariana, que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña, sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén, para ser instruida respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios, junto con otro grupo de niñas.
Este episodio en la vida de la Santísima Virgen María fue muy importante para comenzar una relación con Dios Padre muy íntima y personal, de forma que quedara, humanamente hablando, perfectamente preparada para luego aceptar el plan de Dios que le presentó el Arcángel San Gabriel en la Anunciación.
Os transcribo el Himno que hoy reza la Iglesia en el Oficio de esta Fiesta en sus Horas Mayores, Laudes y Vísperas: “La Niña María -¡qué gracia en su vuelo!-, paloma del cielo, al templo subía y a Dios ofrecía el más puro don: sagrario y mansión por Él consagrada y a Él reservada es su corazón.
¡Oh blanca azucena!, la Sabiduría su trono te hacía, dorada patena, de la gracia llena, llena de hermosura.
Tu luz, Virgen pura, niña inmaculada, rasgue en alborada nuestra noche oscura.
Tu presentación, princesa María, de paz y alegría llena el corazón.
De Dios posesión y casa habitada, eres la morada de la Trinidad.
A su Majestad la gloria sea dada. Amén”.
Te pido que reces a esta Virgen Niña, entregada a su Dios y Señor desde su más tierna infancia, para que ayude y consuele a todos los Hermanos que aquí nos encontramos, en todas las necesidades que cada uno tenga. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 20 de Noviembre

Buenos días en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Cuando llegan estos días, como hoy, último domingo del Año Cristiano, o el próximo 31 de diciembre, último día del año civil, aparece la nostalgia del tiempo que se nos ha ido, un año más, pero sin reparar que como ha llegado este final del Año Cristiano llegará el final de la jornada terrenal.
Se dice que soy muy machacón con el tema del tránsito, de la muerte personal, pero es que es la única verdad, la única certeza que tenemos, porque nacimos para morir.
Lo más grande es que nacimos de la mano de Dios Padre Todopoderoso, que creó nuestra alma a imagen y semejanza suya, y deberíamos morir en su Amor y en su Misericordia, cosa que no ocurrirá si no hacemos el camino de conversión que nos corresponda y que permita escuchar las palabras del Señor: “Venid benditos de mi Padre y heredad el Reino preparado para vosotros” (Mt 25,34ss).
Te deseo que sepas aprovechar esta semana que tenemos por delante, antes de comenzar el nuevo Año Litúrgico, el próximo domingo I de Adviento, que, sin duda, la mejor forma será con un buen examen de conciencia, que reconozca todos los errores y pecados, y, con firme arrepentimiento, hacer una buena confesión, manifestando así que Cristo es Rey del Universo y de tu vida, lo cual sin tu libre voluntad no lo podrá ser.
En este día que Cristo Resucitado nos ilumina con su triunfo sobre el pecado y la muerte, pídele con fe y esperanza por las necesidades de cada uno de los Hermanos que aquí nos encontramos en su Madre Amantísima. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 19 de Noviembre

Buenos días.
Qué interesante resulta meditar en las distintas invocaciones de la Letanía Lauretana, por ejemplo la que exclama: “Madre de la misericordia”.
En ella podemos ver una doble vertiente, una, como Madre que es del Divino Hijo, Señor de la Misericordia, del perdón, de la liberación y de la salvación, por lo que está en la mejor de las situaciones para interceder ante su Hijo por sus otros hijos los hombres.
Y en este sentido es igualmente Madre de la misericordia, porque Ella nos acoge así, con compasión y clemencia, para ayudarnos en los sufrimientos y miserias humanas.
Precisamente por ello, su Corazón Inmaculado sufre profundamente al ver a sus hijos que se desvían por los caminos del pecado: orgullo, soberbia, ira, lujuria, envidia…, sin que reaccionen a sus llamadas constantes a la conversión del corazón, tan necesaria siempre, pero no solo necesaria sino urgente, en los graves momentos que vive la humanidad.
¡Qué locura la de los hombres que no sabemos acogernos a la Misericordia de Dios! ¡Tan fácil que lo tendríamos si acudiéramos a la que es la Madre de la Misericordia!
Hoy te pido que reces a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que acuda en ayuda de las necesidades de los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar . AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 18 de Noviembre

Buenos días.
El espíritu de oración debe envolver la vida del cristiano, de manera que de una forma asidua mantenga su corazón elevado a su Dios y Señor,
Y esta actitud la procura de muchas formas y maneras, entre ellas con oraciones hechas como pueden ser los himnos litúrgicos.
Hoy viernes puede ayudarte este Himno de la Hora de Vísperas: “Amo, Señor, tus sendas, y me es suave la carga, (la llevaron tus hombros), que en mis hombros pusiste; pero a veces encuentro que la jornada es larga, que el cielo ante mis ojos de tinieblas se viste, que el agua del camino es amarga..., es amarga, que se enfría este ardiente corazón que me diste; y una sombría y honda desolación me embarga, y siento el alma triste hasta la muerte triste...
El espíritu débil y la carne cobarde, lo mismo que el cansado labriego, por la tarde, de la dura fatiga quisiera reposar... Mas entonces me miras..., y se llena de estrellas, Señor, la oscura noche; y detrás de tus huellas, con la cruz que llevaste, me es dulce caminar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén
‘Y detrás de tus huellas, con la cruz que llevaste, me es dulce caminar’; la participación en la Cruz de Cristo es un gran privilegio que tenemos los cristianos, cosa que nos puede parecer sorprendente, pero piensa que fue en la Cruz donde finalmente el Señor Jesús te, nos, liberó y salvó; que mientras peregrinemos por este mundo no habrá otro medio para el camino que cargar con la cruz propia y de cada día, para poder finalmente vencer el pecado y la muerte en Cristo Jesús.
Cuesta trabajo entender el Misterio de la Cruz, pero es en la Cruz donde realmente está nuestra fuerza para hacer frente a los enemigos del alma: mundo, demonio y carne.
Aunque también frente a la cruz de cada día no hay otra alternativa más que amarla, pues de lo contrario se hará cuanto se pueda por rechazarla, y cuanto más se reniega de ella, más dura y pesada de vuelve, pues aunque huyas de la cruz en la circunstancia que sea, aparecerá con otra cara en la nueva situación. Y esto no hace falta mucha explicación porque se ve con frecuencia y también en la experiencia personal.
Como cada día, reza hoy al Sagrado Corazón de Jesús, con gran confianza, por las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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Reflexión 17 de Noviembre

Buenos días.
Nos acercamos a la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, y con ella al último domingo del Año Litúrgico.
En la vida, cuando se está ante hechos importantes por suceder o en ellos, se toman actitudes de expectación y de preparación para estar a la altura de las circunstancias.
Nuestras generaciones van acostumbradas a llamarlas poco la atención las cosas más esenciales, dejándose llevar por lo que les van marcando la publicidad, los anuncios y las costumbres del mundo.
Es una lástima que así sea, porque no se repara en las cosas que son realmente importantes, como con las que puedan ser de interés personal, que sí se las atiende.
Llegados hasta aquí, ¿a quién le interesa la Solemnidad de Cristo Rey? Se contestará con verdad que a los católicos, pero, ¿será un domingo más al que asistir a la Misa y poco más?
Las personas nos empeñamos en vivir mirando a cualquier sitio menos al horizonte de la propia vida personal, que es hacia donde cada uno se encamina.
Y en el horizonte personal precisamente está Cristo, Rey del Universo, origen y meta de nuestras vidas, que como confesamos en nuestra Fe, ‘vendrá en poder y gloria a juzgar a los vivos y a los muertos’.
La Liturgia nos pone su Solemnidad en el último domingo del Año, como para decirnos que en el final de nuestra vida estará Él, esperando nuestra vida entregada en la Luz de su Resurrección que se ha apresurado a vivir según sus enseñanzas.
No pierdas de vista el camino de conversión que has de hacer, porque ya ves cómo corre el tiempo, cómo van cayendo los años y la meta está ahí. Mira lo que dice el Señor: “Yo, a cuantos amo, reprendo y corrijo; ten, pues, celo y conviértete. Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le concederé sentarse conmigo en mi trono, como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono” (Ap 3,19-21).
Hoy, jueves, reza a Jesús Sacramentado pata que alivie o resuelva, a poder ser, todas las dificultades y problemas que tengan los Hermanos, que aquí estamos, como cada día, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
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