Reflexión 18 de Noviembre

Buenos días.
El espíritu de oración debe envolver la vida del cristiano, de manera que de una forma asidua mantenga su corazón elevado a su Dios y Señor,
Y esta actitud la procura de muchas formas y maneras, entre ellas con oraciones hechas como pueden ser los himnos litúrgicos.
Hoy viernes puede ayudarte este Himno de la Hora de Vísperas: “Amo, Señor, tus sendas, y me es suave la carga, (la llevaron tus hombros), que en mis hombros pusiste; pero a veces encuentro que la jornada es larga, que el cielo ante mis ojos de tinieblas se viste, que el agua del camino es amarga..., es amarga, que se enfría este ardiente corazón que me diste; y una sombría y honda desolación me embarga, y siento el alma triste hasta la muerte triste...
El espíritu débil y la carne cobarde, lo mismo que el cansado labriego, por la tarde, de la dura fatiga quisiera reposar... Mas entonces me miras..., y se llena de estrellas, Señor, la oscura noche; y detrás de tus huellas, con la cruz que llevaste, me es dulce caminar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén
‘Y detrás de tus huellas, con la cruz que llevaste, me es dulce caminar’; la participación en la Cruz de Cristo es un gran privilegio que tenemos los cristianos, cosa que nos puede parecer sorprendente, pero piensa que fue en la Cruz donde finalmente el Señor Jesús te, nos, liberó y salvó; que mientras peregrinemos por este mundo no habrá otro medio para el camino que cargar con la cruz propia y de cada día, para poder finalmente vencer el pecado y la muerte en Cristo Jesús.
Cuesta trabajo entender el Misterio de la Cruz, pero es en la Cruz donde realmente está nuestra fuerza para hacer frente a los enemigos del alma: mundo, demonio y carne.
Aunque también frente a la cruz de cada día no hay otra alternativa más que amarla, pues de lo contrario se hará cuanto se pueda por rechazarla, y cuanto más se reniega de ella, más dura y pesada de vuelve, pues aunque huyas de la cruz en la circunstancia que sea, aparecerá con otra cara en la nueva situación. Y esto no hace falta mucha explicación porque se ve con frecuencia y también en la experiencia personal.
Como cada día, reza hoy al Sagrado Corazón de Jesús, con gran confianza, por las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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