Reflexión 21 de Noviembre

Buenos días.
Hoy celebra la Iglesia, por tanto cada uno de nosotros, la entrañable Fiesta de la Niña Santa María presentada en el Templo.
En una antigua y piadosa tradición encontramos los orígenes de esta fiesta mariana, que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña, sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén, para ser instruida respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios, junto con otro grupo de niñas.
Este episodio en la vida de la Santísima Virgen María fue muy importante para comenzar una relación con Dios Padre muy íntima y personal, de forma que quedara, humanamente hablando, perfectamente preparada para luego aceptar el plan de Dios que le presentó el Arcángel San Gabriel en la Anunciación.
Os transcribo el Himno que hoy reza la Iglesia en el Oficio de esta Fiesta en sus Horas Mayores, Laudes y Vísperas: “La Niña María -¡qué gracia en su vuelo!-, paloma del cielo, al templo subía y a Dios ofrecía el más puro don: sagrario y mansión por Él consagrada y a Él reservada es su corazón.
¡Oh blanca azucena!, la Sabiduría su trono te hacía, dorada patena, de la gracia llena, llena de hermosura.
Tu luz, Virgen pura, niña inmaculada, rasgue en alborada nuestra noche oscura.
Tu presentación, princesa María, de paz y alegría llena el corazón.
De Dios posesión y casa habitada, eres la morada de la Trinidad.
A su Majestad la gloria sea dada. Amén”.
Te pido que reces a esta Virgen Niña, entregada a su Dios y Señor desde su más tierna infancia, para que ayude y consuele a todos los Hermanos que aquí nos encontramos, en todas las necesidades que cada uno tenga. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid – España
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