Reflexión 31 de Diciembre

Buenos días.
Se dice: “Todo llega y todo pasa”; una de esas verdades contundentes en la que no cabe respuesta contradictoria.
Hoy recorremos la última etapa diaria de este año 2021, en el que muchos se han quedado en el camino al haberles llegado la hora de su tránsito, mientras que otros han llegado a este mundo porque no los eliminaron como a tantos niños concebidos que fueron vilmente asesinados.
Hoy será un día de fiesta, particularmente en el ocaso de este día 31 de diciembre, dando paso al nuevo año. Por ello debería ser un día de esperanza ilusionada, porque se afronte este nuevo año con un talante positivo, pero la situación no acompaña ni propicia demasiado la confianza de que las cosas caminarán en la medida que se necesita.
Pero hagamos el esfuerzo de vivir este tránsito al Año Nuevo en el agrado de Dios; con corazón noble y sincero pidamos su misericordia y su ayuda para transitar por el 2022 en su Verdad y en su Justicia.
De la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, ofrezcamos a los demás el esfuerzo por disculpar y perdonar todo aquello que tengamos contra ellos, entrando en el Nuevo Año con la mochila vacía de resistencias y rencores, porque esté llena de Caridad, que es el Amor de Dios a todos y para todos.
Al Señor de la Historia, que es el Señor de la Vida y de todo lo que habita y conforma nuestro mundo, recemos con humildad para pedir por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí nos hemos encontrado cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 30 de Diciembre

Buenos días.
Penúltimo día de este año 2021, en el que por más que se nos ha dicho que ya llegaba la “normalidad” ya vemos que no ha llegado, y lo más grave es que, sin ánimo de ser pesimistas, no sabemos si llegará esa ‘normalidad’ que tanto se ansía.
Ya dijimos lo necesario que era una reflexión acerca de lo acontecido en este casi finiquitado 2021, pues globalmente, y cada uno sabrá si individualmente también, la respuesta que se puede esperar desde la FE es bastante deficiente, pues toda la atención ha estado puesta en los contagios, en las vacunas, en los antígenos, en los PCR…, y el Señor Jesucristo, que es el verdadero libertador del hombre, ni está en los corazones de las personas, ni, al parecer, se le espera, pues poco se ha manifestado el buscar en Él su ayuda y salvación.
Vamos por la sexta ola, y ¿cuántas faltan? Vamos por la tercera vacuna inoculada, y ¿cuántas faltan? Y no sigo haciendo preguntas porque ya cada cual es suficientemente adulto para reflexionar, si quiere, desde la Verdad que es Cristo el Señor.
En todo caso, sería triste abandonar este año encarando el nuevo sin ningún propósito de volvernos a Dios con sincero corazón, para acogernos a su Misericordia que será la única que nos puede salvar y acabar esta racha de pandemia, que no pocas veces es un largo ‘sinsentido’, porque cuanto más se piensa menos se entiende.
Mi deseo ferviente es que todos escuchemos la voz del Señor que encontramos en el Libro de Isaías, 55,6-8: “Buscad al Señor mientras se deja encontrar, invocadlo mientras está cerca. Que el malvado abandone su camino, y el malhechor sus planes; que se convierta al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Porque mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos, oráculo del Señor”.
La oración por los miembros de la Comunidad aquí reunida, que cada día te pido, hoy lo hago con más intensidad, si cabe, para alcanzar del Señor Jesucristo, por intercesión de su Santísima Madre, las gracias que cada uno necesite, para poder encontrar la LUZ que le permita afrontar el nuevo año, en la mejor disposición para encontrar la Paz y la Felicidad. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 29 de Diciembre

Buenos días.
Antes de concluir este año que Dios Nuestro Señor nos ha permitido vivir, concluyamos la consideración del Quinto Mandamiento de la Ley de Dios.
Únicamente nos queda por repasar, de los pecados contra la vida espiritual en relación a este Quinto Mandamiento, la Maldición y el Insulto.
La maldición es una palabra o expresión injuriosa hacia el prójimo, en la que se manifiesta el deseo de que le sobrevenga algún mal.
La maldición se dirige a veces contra sí mismo, y entonces es mayor todavía su grave­dad.
Jesucristo prohibió personalmente la maldición, incluso como respuesta a otra maldición que se pueda recibir: “Bendecid a los que os maldigan, orad por los que os calumnian” (Lc 6,28).
En cuanto al insulto es la ampliación del Quinto Mandamiento que hace expresamente Jesucristo en el Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No matarás”; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pero yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será igualmente reo ante el tribunal; y el que llame a su hermano “imbécil”, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado”, será reo del infierno. Si al presentar tu ofrenda ante el altar te acuerdas entonces de que un herma­no tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda” Mt 5,21-24.
“Vosotros sed compasivos como vuestro Padre es compasivo.., no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados... porque con la medida con que midáis se os medirá” (Lc 6,36-38).
Concluida la reflexión sobre el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios, vayamos haciendo la revisión del año 2021 que va concluyendo, para que podamos abordar el nuevo año 2022 con el corazón lo más limpio posible, que será también lo más posible del agrado de Dios, sin dejar de considerar acercarnos al Sacramento de la Confesión en el que somos restaurados en la gracia bautismal. Ánimo y sin resistencia alguna vayamos al encuentro íntimo del Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ahora, sigue rezando a la Sagrada Familia en favor de todas las necesidades de las familias de todos los que nos encontramos aquí en torno a Ellos: Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 28 de Diciembre

Buenos días en la Fiesta de los Santos Inocentes.
Celebramos la Fiesta de los niños mártires, que fueron ejecutados en Belén de Judea por el rey Herodes, para que pereciera con ellos el niño Jesús.
Estos niños fueron honrados como mártires desde los primeros siglos de la Iglesia, siendo primicia de todos los que habían de derramar su sangre por Dios y por el Cordero a lo largo de los siglos.
En estos días entrañables de la Navidad, la Sagrada Liturgia nos va llevando por aquellos hechos que acaecieron en torno al Nacimiento del Mesías, que desde el primer momento ya tuvo enfrente a todos los enemigos del bien, los enemigos de Dios y de su Santa Ley.
Es curioso, por una parte, y triste, por otra, que sigamos las mismas sendas de aquellos, matando inocentes y arrasando con todo cuanto se pueda de la moral y de las buenas costumbres, que, por supuesto, se opongan a los dictados del Misterio de Iniquidad, de Satanás en definitiva.
Resulta muy llamativo que se siga ignorando el destino de eternidad que tiene toda persona y en el que seremos juzgados según las obras, sabiendo claramente cuál será la consecuencia de este ‘juicio personal o particular’, como se quiera decir.
Dejo dos textos del Nuevo Testamento que nos ayuden a la reflexión.
“El cual (Dios) pagará a cada uno según sus obras: vida eterna a quienes, perseverando en el bien, buscan gloria, honor e incorrupción; ira y cólera a los porfiados que se rebelan contra la verdad y se rinden a la injusticia. Tribulación y angustia sobre todo ser humano que haga el mal” (Rom 2,6-9).
“Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros” (Ap 20,12).
Y finalmente, otro texto del Libro de los Salmos: “Dios ha dicho una cosa, y dos cosas he escuchado: Que Dios tiene el poder y el Señor tiene la gracia; que tú pagas a cada uno según sus obras” (Salmo 62,12).
Aprovechemos este día para AMAR más y más la vida, comenzando por la propia, pues no somos capaces de darnos cuenta de todo el valor que tiene para Dios nuestro Padre la vida de cada persona.
Hoy te pido tu oración a la Sagrada Familia, por todos los niños que a través de sus mayores nos encontramos con ellos también aquí. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 27 de Diciembre

Buenos días.
Celebra hoy la Iglesia al discípulo amado del Señor, el que al pie de la Cruz recibió a la Virgen como Madre, para él y para todo el género humano y en él fuimos dados todos como hijos a María Santísima.
Me estoy refiriendo a San Juan, que además de Apóstol, recibió el encargo de escribir el libro que culmina la Sagrada Escritura, el Apocalipsis, además del cuarto evangelio y tres cartas.
Es muy significativo el prólogo de su evangelio en el que dice: “El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo. En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron. Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios” (Jn 1, 9-13).
Esta perícopa que nos introduce en la encarnación del Verbo que nos acaba de nacer, de las entrañas purísimas de la Santísima Virgen, muestra la realidad de lo que sucedió en el tiempo hace más de 2000 años, pero que desgraciadamente se está repitiendo en estos días: “vino a su casa, y los suyos no le recibieron”, triste realidad que sigue sufriendo el Señor Jesús al ser rechazado por los hombres y, lo que es más triste, por muchos cristianos.
A Jesús se le ha de recibir en el corazón, pues de él han de nacer los buenos sentimientos y las buenas obras, teniendo la certeza de que “a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios”, el don más valioso que puede tener el hombre: “ser hijo de Dios”.
En este día de la Fiesta de San Juan Apóstol y Evangelista, recibimos la invitación de leer, de repasar, su evangelio, las tres cartas y, de una forma muy concreta, el libro del Apocalipsis, en el que se encuentran páginas muy iluminadoras para los tiempos que estamos viviendo.
Al discípulo amado del Señor encomienda todas las necesidades de los Hermanos, que hoy nos encontramos aquí en torno a la Sagrada Familia: Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 26 de Diciembre

Buenos días en la Solemnidad de la Sagrada Familia.
En este Año Litúrgico se celebra esta Solemnidad al día siguiente del Nacimiento del Niño Jesús, lo cual hace que contemplemos de forma inmediata a toda la Familia: Jesús, María y José.
Sin duda que esta estampa de la Sagrada Familia, es como una gran Luz en medio de tanta confusión y oscuridad en la que está inmersa nuestra sociedad.
La obra diabólica viene trabajando desde hace ya varias décadas para no solo destruir, sino aniquilar y erradicar la familia, en lo que desgraciadamente las personas estamos colaborando de una forma muy activa.
Ante este panorama, uno se queda anonadado, porque todo esfuerzo parece baldío y toda palabra que se pueda dar resulta como ‘clamar en el desierto’.
Por eso, este día no deberíamos dejarlo ir sin anclarnos fuertemente en él, para acoger a la Sagrada Familia en el corazón y recibir la fortaleza que nos permita seguir el camino de esta vida en la Verdad, con el que es también, el Camino y la Vida.
Cada uno sabe su realidad, pero ojalá que fuéramos capaces de ver al amparo de la Sagrada Familia la realidad que nos circunda, para que cada uno contribuya, en la medida de sus posibilidades, a rectificar estos caminos tan erróneos y destructivos que se están siguiendo.
Siempre es momento de rectificar y reconducir las cosas, antes de que el camino llegue a su horizonte y toda la suerte esté echada, como suele decirse.
Este es un día de Esperanza, pero también de júbilo en el Amor y en la Armonía que se palpa en la Sagrada Familia, modelo y ejemplo a seguir por todos.
Haz un apartado en tus ocupaciones, para reflexionar de tu actitud ante la familia, propia, y como lo que es, célula de la sociedad.
Hoy tendrás que rezar a Jesús, María y José, en favor de todas las familias: estables, divididas, quebradas o rotas, para que encuentren la Gracia de Dios según las necesidades de cada una. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 25 de Diciembre

Bajo el eco del cántico de los ángeles, “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad” (Lc 2,14), os envío, desde el corazón, los mejores sentimientos para cada uno.
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
“El ángel les dijo a los pastores: No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2, 10-12).
Que el encuentro con Jesús sea con el corazón contrito, en la profunda adoración que merece y en la renovación del camino de conversión personal que cada uno necesite.
Y cundo estés ante el Niño Dios, no olvides de rezar por todos los Hermanos y sus necesidades, que cada día nos venimos encontrando aquí, hoy, en torno a su Santísima Madre María y a su Padre San José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 24 de Diciembre

Buenos días.
Hemos llegado al tradicionalmente llamado ‘Día de Nochebuena’, con los grandes sinsabores e inquietudes que viene produciendo la situación pandémica.
Cabría preguntarse, ¿cómo voy a llegar a la Cueva de Belén y con qué actitud de ánimo me voy a postrar ante el Niño Dios para adorarle?
En Él solo hay ternura, paz y alegría, que es lo que quiere que haya en todos los hombres de buena voluntad.
Ojalá que sepamos vivir la Nochebuena con este sencillo espíritu, dejando en su Amor y en su Misericordia todos los agobios y dificultades que son necesarios superar.
¡Feliz día y feliz noche!
Y hoy se necesita más, si cabe, que reces en favor de las necesidades de todos los Hermanos, que nos reunimos aquí en torno a la Virgen Madre de este Niño que nos va a nacer. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 23 de Diciembre

Buenos días.
En cierta ocasión leí que “La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de ánimo”, lo que me hizo pararme a pensar un poco para ver el alcance de la frase, y ciertamente creo que es verdad.
Sabemos que el estado de ánimo es cambiante según la situación o el momento que se está viviendo, pero cuando hay un motivo fuerte que origina ese estado de ánimo, como es el caso de la Navidad, no parece que éste tenga que ser ni triste, ni pesimista, ni mucho menos catastrofista.
Ahora bien, ya el año pasado y particularmente éste, parece que las circunstancias originadas por la pandemia no ayudan para nada a la serenidad y la paz que también han de envolver estas fiestas navideñas.
Y una vez más habrá que volver a reflexionar sobre qué es realmente este azote del Covid19, que lejos de erradicarse vuelve y vuelve, una y otra vez, mientras la sociedad se marea con tantas contradicciones que se le marcan para vivir con tales o cuales obligaciones, restricciones, etc., pero sin que haya un verdadero movimiento de conversión general para arrancar de Dios la solución.
¿Cuándo se enterará el ser humano que no todo el poder está en sus manos?
¿Cuándo comprenderá que lo que él no puede lo ha de pedir y esperar de Dios Padre Todopoderoso?
¿Y cuándo entenderá que el poder de las tinieblas lo único que quiere es romper toda armonía, unidad y paz, como es lo que necesita la persona, la familia, en estas Fiestas en torno al Niño que nace en Belén?
Busquemos y demos todas las explicaciones que se quieran, pero al final: ¿Luz o tinieblas? ¿Unidad o división? ¿Paz o disensiones?
Trabajemos en la medida que cada cual pueda para sobreponernos a esta tiranía del Covid19 y de los que parece que no lo administran adecuadamente y como sería de desear, pero sobre todo intentemos alcanzar del Niño Jesús, que se nos muestra pobre en la cueva de Belén, pero que es ‘grande y poderoso’, ‘clemente y misericordioso’, que nos libere finalmente de esta gran pesadilla que tanto daño está haciendo en la salud física, pero también en la salud mental y demás variables necesarias para llevar una vida digna y sin sobresaltos.
Pero también hoy urge que reces a la Señora de la Esperanza, en favor de todas las necesidades materiales y espirituales de los Hermanos que aquí no encontramos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 22 de Diciembre

Buenos días.
Seguimos aproximándonos a la gran noche de la Natividad del Señor y, como venimos diciendo, es muy importante que vayamos caldeando nuestros corazones, por eso os ofrezco este bello cántico a la Virgen María, Madre del Redentor.
Saboréalo, medítalo, hazlo oración.  
“Dios te salve, anunciación, morena de maravilla, tendrás un Hijo más bello que los tallos de la brisa.
Mensaje de Dios te traigo. Él te saluda, María, pues Dios se prendó de ti, y Dios es Dios de alegría.
Llena de gracia te llamo porque la gracia te llena; si más te pudiera dar, mucha más gracia te diera.
El Señor está contigo aún más que tú estás con Dios; tu carne ya no es tu carne, tu sangre ya es para dos.
Y bendita vas a ser entre todas las mujeres, pues, si eres madre de todos, ¿quién podría no quererte?”.
Pero no dejes de rezar, con gran confianza a la Santísima Virgen en la espera de su alumbramiento, para que cuide a todos los Hermanos que en Ella no encontramos aquí nuevamente, y alcance del Todopoderoso las Gracias que cada uno necesite. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 21 de Diciembre

Buenos días.
Hoy os traigo un Himno litúrgico de este tiempo de Adviento, ya en los días previos a la Natividad del Señor, para reflexionar e ir preparando el corazón y la mente a celebraciones tan importantes para nuestra Fe.
Dios quiera que nos sirvan para renovarnos en la Fe, Esperanza y Caridad, de forma que enfilemos el nuevo año 2022 con un espíritu más cristiano, si cabe.
“¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra! ¡Haz germinar al Salvador!
Oh Señor, Pastor de la casa de Israel, que conduces a tu pueblo, ven a rescatarnos por el poder de tu brazo. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre, anunciada por profetas, ven a enseñarnos el camino de la salvación. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes, a quien clama el mundo entero, ven a libertarnos, Señor, no tardes ya. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Llave de David y Cetro de la casa de Israel, tú que reinas sobre el mundo, ven a libertar a los que en tinieblas te esperan. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Sol naciente, esplendor de la luz eterna y sol de justicia, ven a iluminar a los que yacen de sombras de muerte. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia, tú que unes a los pueblos, ven a libertar a los hombres que has creado. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
Oh Emmanuel, nuestro rey, salvador de las naciones, esperanza de los pueblos, ven a libertarnos, Señor, no tardes ya. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!”.
No me queda más que pedirte, hoy también, que reces por las necesidades de todos los Hermanos, que seguro que en estos días se agudizan un poco más. Reza con Fe y Amor a María, nuestra Madre y nuestra Guía, Madre de la Esperanza. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 20 de Diciembre

Buenos días.
En estos días prenavideños viene bien la consideración de los pecados contra la vida espiritual en relación al Quinto Mandamiento de la Ley de Dios: No matarás. En primer lugar nos vamos a referir al escándalo.
Escándalo es todo dicho o hecho considerados inmorales, condenables y que causan indignación.
Aunque sea involuntario, el escándalo incita al prójimo al pecado, porque es causa de que alguien obre o piense mal de otros.
Por ello, el escándalo es para el alma del prójimo lo que el homicidio es para el cuerpo. Es un pecado gravísimo tanto por el daño inmediato que causa al prójimo, como por las tristes consecuencias a que da origen. Por eso, el Señor Jesucristo dice: “Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!” (Mt 18,6-7)  
Dice el Catecismo nº 2286: El escándalo puede ser provocado por la ley o por las institucio­nes, por la moda o por la opinión. Así se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la corrupción de la vida religiosa... Lo mismo ha de decirse de los empresarios que imponen procedimientos que incitan al fraude, de los educadores que exasperan a sus alumnos, o de los que, manipulando la opinión pública, la desvían de los valores morales”.
San Alfonso María de Ligorio se atrevió a censu­rar con firmeza “que hace más daño un compañero escandaloso que cien demonios”, y que “peca más quien induce a pecar que el que peca”.
San Juan Crisóstomo va más allá: “Dios es paciente con ciertos pecados aun gravísimos, pero nunca con el escándalo, por lo horrible que es a sus ojos”.
El comportamiento que debemos mantener con los escandalosos según San Pablo es: “Os ruego, hermanos, que tengáis cuidado con los que crean disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; alejaos de ellos. Pues estos tales no sirven a Cristo nuestro Señor sino a su vientre, y a través de palabras suaves y de lisonjas seducen los corazones de los ingenuos (Rom 16,17-18).
Intentemos ahora responder a la pregunta: ¿Cómo se peca de escándalo?
La responsabili­dad adicional de este pecado gravísimo se centra en que no depende de la conciencia del escandalizador, sino de la del escandalizado.
Por ello, un vestido poco decente, una palabra obscena o inoportuna, un acto inmoral, una enseñanza o consejo amoral, una provocación, una comida, una omisión, etc., pueden ser motivos de escán­dalo para otros, aunque puedan parecer puros para uno mismo e incluso, aunque objetivamente lo fueran.
Por eso no duda en afirmar San Pablo: “No vayas a destruir la obra de Dios por un alimento. Todo es puro, ciertamente, pero es malo comer dando escándalo. Lo bueno es no hacer cosa que sea para tu hermano ocasión de caída, tropiezo o debilidad” (cfr. Rom 14,20).
Los medios de comunicación social (prensa, radio, televisión, etc.), espectáculos, legisladores, gobernantes, responsables de la moral pública, educadores…, deberán meditar con frecuencia sobre este pecado del Quinto Mandamiento. Y sobre este pensamiento que les deja el Patrono de Moralistas, San Alfonso María de Ligorio: “El infierno fue creado para castigar el pecado de escándalo”.
Hasta aquí la exposición resumida de este, ya dicho, gravísimo pecado al que no se le quiere dar la trascendencia que tiene, pero solo hay que asomarse a la calle o a cualquier medio y comprobarlo.
Ciertamente se necesita rezar mucho, pero ahora solo te pido que lo hagas por las necesidades de todos los Hermanos que aquí nos volvemos a encontrar en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 19 de Diciembre

Buenos días en el Día del Señor.
Sería muy importante que cada uno, según su situación familiar, social, etc., se dispusiera a tener en cuenta lo que se prevea que va a ir pasando en los próximos días festivos, en torno al Nacimiento del Niño Jesús.
Me refiero, no a las situaciones externas en las que se manifiestan jubilosamente los buenos deseos y las felicitaciones de todo tipo, sino a los verdaderos sentimientos que se llevan en el corazón, que no siempre responden a la efusión que se muestra en esas felicitaciones.
En este orden habría que reconsiderar dos situaciones: la propia y la de los otros.
En ambas situaciones habría que actuar desde la virtud de la comprensión, pues es muy difícil superar las dificultades que se tienen para poder aceptar tanto al otro como a uno mismo, sino se entra por la puerta de la comprensión.
Sabemos que comprender es la capacidad de entender las cosas, de penetrar hasta el fondo donde se encuentra el origen de esa situación de resistencia o rechazo que se tiene, o la que se ve que tiene el otro.
La comprensión genera una segunda virtud: la tolerancia, que en sí misma lleva al respeto de las personas y sus situaciones, para luego actuar de la mejor manera posible.
Creo que es sencillo entender este planteamiento para ponerlo en práctica, y, al menos, intentar conseguir que estas inminentes fiestas navideñas no sean de ruptura, intolerancia, incomprensión…, como ocurre más de lo deseado, de forma que cada cual se mete en ‘su castillo’, se llena de ‘sus’ razones, para pretender someter a todo el mundo a sus criterios y, en muchos casos, a sus caprichos.
Bueno sería que en estos días inmediatos se repasaran también otro tipo de defectos que se puedan dar, así como las virtudes que serían necesarias desarrollar, pues lo que se ha de buscar es la unidad de las personas en todos los ámbitos en los que se desarrolla la propia vida, para que de esa unidad emane el Amor de Dios: “…para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21).
Progresemos un día más en nuestra unidad con los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía, pidiendo hoy al Señor Resucitado por todas sus necesidades e intenciones. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 18 de Diciembre

Buen os días.
Hoy se proclama del evangelio de San Mateo, capítulo 1,18-24, esta perícopa tan sencilla como entrañable: “La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en Ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados»... Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer”.
Me limitaré a señalar algún punto que me parece importante considerar.
‘Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto’. Nos invita a reflexionar realmente lo que es ser una persona ‘justa’ a imitación de San José.
Cuando libremente José tomó la decisión, ‘el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo…’; no se olvide esto nunca: el respeto de Dios a las libres decisiones del hombre sin interferirlas.
Y finalmente, ‘Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer’. El sometimiento al designio divino y la obediencia a la revelación recibida de parte de Dios.
Sin duda que es una lección que por sabida no es menos luminosa para ayudarnos a mantener el corazón en la escucha de lo que Dios va sugiriendo, pidiendo o mandando.
Ojalá que sepamos seguir el ejemplo de José, como el de su Esposa María y su Hijo, Jesús de Nazaret.
A la Sagrada Familia reza hoy en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar para la Gloria de Dios. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 17 de Diciembre

Buenos días.
San Pablo le dice a los Filipenses: “Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca”. (Flp. 4,5).
Resulta interesante y preciso recordarlo nuevamente en estos días, en los que la proximidad ya de las Fiestas navideñas nos propician encuentros con grupos del ámbito laboral, amistades u otros círculos, para ir celebrando las llamadas ‘comidas o cenas de Navidad’.
No es mayor fiesta porque haya un jolgorio desmedido que lleve al desorden, con muestras externas de excesos vergonzosos que luego pesará en haberlos provocado o, al menos, participado activamente en ellos.
Por tanto, es muy importante tener presente esta llamada de San Pablo a la ‘mesura’, lo que es lo mismo, tener un comportamiento moderado, de respeto, cortesía, en una actitud comedida. Todo esto no está reñido con la sana y alegre convivencia.
Merece la pena intentar que los ambientes festivos, que se pueden volver, con alguna facilidad, desordenados y perturbadores, no arrastren a comportamientos impropios para los cristianos.
Estas situaciones que desembocan en toda pérdida de la razón, entristecen los Sagrado Corazones de Jesús y de María, porque de la mano de excesos totalmente innecesarios, se acaba perdiendo la virtud y abriendo la puerta al pecado.
A Ellos encomendemos la propia respuesta que ha de dar cada uno a la convivencia con los otros, en estos días tan señalados en el calendario cristiano, que con cierta facilidad se emplean no para adorar al Niño Dios, sino para ultrajarle y ofenderle.
Con humildad y mirando ya a la Cueva de Belén, reza por todas las necesidades de los Hermanos aquí reunidos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 16 de Diciembre

Buenos días.
Siguiendo con el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios: No matarás; en el aspecto de los pecados contra la vida corporal de las personas nos quedan tres pecados, que vamos a intentar hoy verlos.
El desafío o duelo, que es un combate entre dos o más personas que vienen a las manos, de forma premeditada.
El duelo es un crimen que comprende toda la malicia del suicidio y la del homicidio; es una transgresión cínica y grave de la moral, de los deberes para con Dios, con el prójimo, con la sociedad, y para con nosotros mismos, por lo que jamás tiene, ni puede tener, justifica­ción cristiana, ni humana siquiera.
En cuanto al tema de las drogas, su consumo habitual sin prescripción médica es un gravísimo atentado contra la vida corporal, y en consecuencia contra el Quinto Mandamiento.
Asimismo, el tráfico o distribución ilegal de drogas (de traficantes, comerciantes, camellos, etc.), es una gravísima contribución a fomentar este delito contra la salud y la vida de las personas, estando, por tanto, comprendido y expresamente prohibido por este Quinto Mandamiento de la Ley de Dios.
Finalmente, en cuanto al alcoholismo, digamos que el abuso del alcohol daña la salud corporal y espiritual y es materia grave incluida en la Ley de Dios, en este Quinto Mandamiento.
La Palabra de Dios lo enseña de modo claro: “Quienes hacen tales cosas (embriaguez) no heredarán el Reino de Dios” (Gál 5,19-21).
San Juan Crisóstomo lo ratifica: “Donde está la embriaguez, está el diablo, porque el vino se nos da para alegrarnos, no para perder el decoro; para conservar la salud, no para dañarla; para reír, no para que se rían de nosotros; para templar la flaqueza del cuerpo, no para perder el vigor del alma”.
Como siempre digo, bueno es tomar un tiempo de reflexión para asegurar la propia adhesión a la doctrina católica, así como para ajustar los propios comportamientos o sentimientos.
Con fe y esperanza, reza al Señor Jesús, presente de forma continua y hasta el final de los Tiempos, la Parusía, en el Santísimo Sacramento del Altar, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos aquí congregados en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 15 de Diciembre

Buenos días.
A diez días de la Navidad es seguro que se está pensando ya en las celebraciones festivas de estos días, en sus preparativos y en las personas con las que hay que encontrarse o reunirse.
La experiencia dice que en muchos casos son días agridulces, pues las vinculaciones, bien familiares o sociales que en esos días son obligadas a tener de forma presencial, pueden ser un tanto conflictivas, por lo que siendo unas fiestas jubilosas pueden convertirse en esos casos en tormentosas.
Conviene reflexionar un poco ante el panorama que se presenta, pues desde el planteamiento cristiano nunca se debe aceptar ser vehículo de desunión o tan siquiera de discordia.
Sabemos que algunas veces las cosas no son tan fáciles como se pueden escribir, pero siempre si pueden ser objeto de mejorarlas y de poner todo cuanto tenga uno de su parte, para hacer vida aquella plegaria de San Francisco de Asís:
“Señor, Haz de mí un instrumento de tu paz. Donde haya odio, ponga yo amor. Donde haya ofensa, ponga yo perdón.
Donde haya discordia, ponga yo armonía. Donde haya error, ponga yo verdad.
Donde haya duda, ponga yo fe. Donde haya desesperación, ponga yo esperanza.
Donde haya tinieblas, ponga yo luz. Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh Maestro, que no busque ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, sino amar.
Pues: Dando..., se recibe. Olvidando..., se encuentra. Perdonando..., se es perdonado. Muriendo..., se resucita a la Vida Eterna. Amén”.
Te deseo que prepares en tu corazón unas Fiestas de la Natividad del Señor en las que seas un fiel discípulo de Jesucristo, haciéndole presente, de una u otra forma, en todos los encuentros en los que participes, pues considera que la felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos y transmitimos a los otros.
La oración de San Francisco de Asís te puede ayudar mucho si la interiorizas y la meditas.
Reza ya a María, nuestra Madre y nuestra Guía, en favor de las necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a Ella. AMÉN,
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 14 de Diciembre

Buenos días.
Hoy el calendario nos trae la Fiesta de San Juan de la Cruz, compañero de Santa Teresa de Jesús en la Reforma de la Orden Carmelitana.
Conocemos sus obras de gran altura espiritual y mística que tanto ayudan a centrar la vida en lo esencial de la fe cristiana: la Caridad y la Oración.
Mostrando con dulce resolución los caminos que debe seguir el alma para alcanzar las cumbres de la espiritualidad, dice algo que bien merece la pena pensar un ratillo: “Bienaventurado el que, dejando aparte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas”.
Es un tanto difícil saber dejar los propios gustos e inclinaciones a la hora actuar, pues los egoísmos personales suelen jugar malas pasadas, así como condicionar bastante el resultado de las actuaciones, ya que en definitiva la razón y no digamos la justicia, exigen no pocas veces la negación de sí mismo, para que se pueda imponer el mejor camino que venga a resolver satisfactoriamente el asunto de que se trate.
Resulta curioso que disponiendo la persona de la facultad de usar la razón para hacer frente a los desafíos de la vida, lo que la hace superior en la creación y particularmente en el reino animal, abandone su capacidad de discurrir para mejor hacer y resolver todo aquello, que abandonado en sus propios gustos e inclinaciones no le llevará sino al fracaso o a la frustración cuando menos.
Pensar, discurrir, pero siempre para hacer el bien en el ejercicio de la justicia, virtud que a veces se muestra muy ausente en las personas, pues parece que quien tiene que obrar con justicia siempre es la otra persona y no uno mismo.
Ejercitarse en la Caridad es muchas veces cuestión de justicia también, por ello te pido que reces hoy a la Madre Santísima por todas las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 13 de Diciembre

Buenos días.
En este Tiempo de Adviento que nos prepara para Celebrar la primera venida del Señor Jesús en su nacimiento, así como para su segunda venida en Poder y Gloria (Parusía), la Iglesia reza un Himno en la Hora de Laudes digno de ser meditado.
Dice: “De luz nueva se viste la tierra, porque el Sol, que del cielo ha venido, en el seno feliz de la Virgen de su carne se ha revestido.
El amor hizo nuevas las cosas, el Espíritu ha descendido y la sombra del que es poderoso en la Virgen su luz ha encendido.
Ya la tierra reclama su fruto y de bodas se anuncia alegría, el Señor que en los cielos moraba se hizo carne en la Virgen María.
Gloria a Dios, el Señor poderoso, a su Hijo y Espíritu Santo, que en su gracia y su amor nos bendijo y a su reino nos ha destinado. Amén”.
En este espíritu, mira con Fe y Esperanza a las necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos e intercede por ellos a la Virgen Santísima, Madre y Guía nuestra.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 12 de Diciembre

Buenos días en el domingo Gaudete de Adviento.
Hoy nuestra Madre la Iglesia nos convoca a la alegría, al júbilo, porque comienza a mirar ya hacia el Nacimiento de Jesús, en su primera venida.
Es importante leer y escuchar con atención las lecturas que se proclaman en la Santa Misa, que son una vibrante llamada a vivir en el gozo y la alegría del Dios Altísimo.
Veamos un ejemplo en la segunda lectura de San Pablo a los Filipenses: “Hermanos: Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y en la súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que supera todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús (Flp 4,4-7).
Y ver con que hermosa oración reza hoy la Iglesia, y con ella también debemos hacerlo nosotros: “Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con corazón nuevo e inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén”.
Pues que este domingo ‘Gaudete’ sea pleno en el Amor de Dios, y que sepamos llevar la Esperanza del ‘Señor que viene’ a todos los hombres que ‘ama el Señor’.
Y en el mismo gozo te pido que no dejes de encomendar al Señor Resucitado, todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 11 de Diciembre

Buenos días.
En este segundo sábado  de Adviento os propongo mirar a la Virgen María con la invocación que se le hace en la Letanía Lauretana: Auxilio de los cristianos.
En los católicos hay un sentimiento natural de que en la Santísima Virgen tenemos la Madre protectora, que siempre está velando por cada uno de sus hijos, lo cual es cierto.
Pero conviene pensar un poco para ver que más allá del sentimiento natural, está la razón que confirma el convencimiento espontaneo.
María, como Medianera de todas las gracias, está en condiciones de asegurar al cristiano su cuidado y protección, pues cuenta con todas las gracias que Dios ofrece a los creyentes, cuando toman a María como la valedora para todas sus necesidades.
Es lástima que en los tiempos tan difíciles que se están atravesando no se haya significado una manifestación colectiva, pública y concurrida, para implorar de María Santísima su Auxilio y Protección, que nos liberara de este azote de la pandemia y de sus muy graves consecuencias: en la salud, en lo material y en lo que a la larga es más grave, como es lo moral y lo espiritual, sostén de toda vida cristiana en todas sus dimensiones.
¿Podríamos afirmar que durante estos dos años 2020 y 2021 ha aumentado la devoción a la Santísima Virgen? ¿Que se la ha invocado más para vernos libres de tanto desastre y desorden, o tendríamos que reconocer, con tristeza, lo contrario?
Resulta verdaderamente una lástima que los cristianos no atendamos a la demandas de la Virgen María, para volver al espíritu cristiano, a la oración, en definitiva a la conversión (vuelta) a su Hijo Jesucristo.
Revivamos, de la mano de María de Nazaret, la Esperanza propia de este tiempo de Adviento, para saber estar en vigilante espera de la Parusía, la vuelta del Señor Jesucristo en Poder y Gloria.
Hoy te pido que reces a María, Auxilio de los cristianos, en favor de las intenciones y necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 10 de Diciembre

Buenos días.
Siguiendo con el día semanal que venimos dedicando a la reflexión de los Mandamientos de la Ley de Dios, en el marco del Quinto Mandamiento, veamos los pecados de sedición y de terrorismo.
La sedición consiste en formar bandos o partidos en el seno de una comunidad, ciudad o estado, con objeto de conspirar o promover algaradas y tumultos, ya sea de unos contra otros o contra la autoridad y el poder legítimo.
La sedición se comete propiamente cuando una parte se levanta injustamente en armas contra otra.
Afirma Santo Tomás de Aquino que “el pecado recae primera y principalmente sobre aquellos que la procuran, los cuales pecan gravísimamente; y después, sobre quienes les secundan, perturbando el bien común”.
En cuanto al terrorismo digamos que es todo tipo de actos de violencia y de vandalismo realizados maliciosamente para infundir terror, o bien para llamar la atención hacia una supuesta reivindicación sin miramientos a la integridad de las personas y a los bienes del prójimo.
Jamás existe justificación alguna para este pecado gravísi­mo, desgraciadamente tan de la actualidad, incluso en aquellos casos en que pueda parecer justa la causa que haya motivado tales violentas o vandálicas acciones.
El Catecismo incluye, junto al terrorismo, el secuestro y el tomar rehenes, así como la tortura, que usa de violencia física o moral, para arrancar confesiones, para castigar a los culpables, intimidar a los que se oponen, o para satisfacer el odio (n. 2297).
Avanzando en el conocimiento de lo que es la justa verdad de las cosas, y poder tomar conciencia de las exigencias morales del propio Bautismo, te pido que ya reces hoy, viernes, al Sagrado Corazón de Jesús en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 9 de Diciembre

Buenos días.
Concluyamos la consideración de la virtud de la Templanza que comenzamos dos días atrás.
La Templanza nos facilita la práctica de unas cuantas virtudes y propicia la actitud interior que ya hemos señalado.
Derivada de la Templanza encontramos la virtud de la modestia, que inclina a la persona a comportarse, en todos sus movimientos, internos y externos, dentro de los límites justos y ordenados acordes con el estado de vida y posición de la persona.
También la humildad la encontramos relacionada con la Templanza, pues lleva a la persona a moderar el apetito desordenado de la propia excelencia, dándole el conocimiento de su pequeñez y miseria, principalmente con relación a Dios.
La sobriedad es la virtud que mantiene, en la justa medida moral el gusto de la comida y de la bebida. Esta virtud no consiste únicamente en tomar los alimentos saludables dentro de los justos límites, sino, sobre todo, en el dominio de los propios apetitos de comida y de bebida.
El extremo opuesto de la sobriedad es el apetito desordenado de comida y de bebida, generalmente llamado y conocido como Gula, que, como sabemos, en uno de los pecados capitales
Además de la sobriedad en la comida y en la bebida, es necesaria también la moderación en todos aquellos ámbitos en los que el cristiano se mueva y en los que se pueda dejar llevar por apetencias desordenadas, de placer sensual o espiritual.
Puede ocurrir así en el deseo de sobresalir en sociedad, en el afán de lujo, en el excesivo bienestar o en la excesiva entrega a los intereses materiales y, por supuesto, en el trato con los demás.
Santo Tomás señala en la Suma Teológica, que aunque la sobriedad, hija de la Templanza, son necesarias para todos, lo son de una manera especial en los jóvenes, pues es obvio que son más inclinados y frecuentemente a la sensualidad en todas sus dimensiones y manifestaciones.
El cristiano ha de vivir muy vigilante apoyado y ayudado por las virtudes, para poder mantener el señorío sobre los bienes y las cosas, a imitación del señorío que siempre manifestó Cristo. El Señor no quiere ver al hombre empequeñecido buscando una felicidad basada en la comodidad, en el confort, en la falta de sobriedad, que le haría olvidar su condición de peregrino a la Casa del Padre, como San Pablo recuerda a los cristianos de Corinto: “Peregrinos que caminamos en la fe” (2 Cor 5,7).
La Templanza devuelve al hombre el señorío sobre las cosas, porque es indispensable mantener un sentido sobrenatural de la vida.
En medio de un ambiente tan materialista, donde quiera que se encuentre un cristiano ha de esforzarse siempre en dar buen ejemplo desde la Templanza, desde la sobriedad, que se desprenderá de su comportamiento y que podrá ser para muchos el comienzo de un verdadero encuentro con Dios.
Mientras reflexionamos sobre nuestra vida en la Templanza, te pido que reces ya por todas las necesidades de los Hermanos que nos volvemos a encontrar aquí, en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 8 de Diciembre

Buenos días en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María Santísima.
Hoy es uno de esos días en los que las palabras no pueden expresar, en su justa medida, el significado de lo que representan.
Nosotros contemplamos a María Virgen en toda su gloria. La Iglesia nos ha enseñado que es la medianera de todas las gracias, que vivió con absoluta entrega y sin reservas a los designios de Dios, que su docilidad a la misión recibida fue siempre total, porque su escucha a la Palabra de Dios fue constante.
Estuvo entregada a la Palabra de Dios hecha carne, su hijo Jesucristo, hasta el momento de recibir su cuerpo yacente y dejarlo en el sepulcro, para luego sostener a los Apóstoles hasta la Venida del Espíritu Santo y, finalmente, ser asunta a los cielos en Cuerpo y Alma, llevada por los Santos Ángeles ante el trono de la Santísima Trinidad, para ser coronada como Reina y Madre de todo lo creado.
Pues bien, todo esto fue posible porque Dios Padre Todopoderoso, en su insondable Sabiduría y Providencia, hubo determinado que María fuese concebida sin pecado original, que es la solemnidad que estamos celebrando con gran alegría.
Esta María Inmaculada, es nuestra Madre y nuestra Guía, que hoy la felicitamos con las sencillas oraciones del Avemaría y de la Salve, sintiendo y saboreando cada frase, cada palabra que las expresan.
Y quizás, personalmente puedas ofrecerle algún obsequio de tu corazón, sencillo, humilde, que Ella acogerá con todo su Amor de Madre: hazlo, no te resistas porque pienses que pueda ser una bobada, para la Madre Santa María, cualquier gesto de amor de su hijo tiene la máxima importancia.
Ya, hoy te pido que reces a la Virgen Inmaculada en favor de todas las necesidades de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 7 de Diciembre

Buenos días.
Veamos hoy la virtud de la Templanza que se contrapone al pecado capital de la Gula, a la vez que sostiene a la persona en una actitud de moderación y sobriedad.
El Catecismo de la Iglesia Católica dice en el núm. 1838: “La Templanza modera la atracción hacia los placeres sensibles y procura la moderación en el uso de los bienes creados”.
La vida es como una senda que acaba en Dios, es un camino corto, pero que lo importante es que al llegar se nos abra la puerta y podamos entrar.
Dice el Señor Jesús que la puerta de la vida eterna es estrecha y que pocos llegan a atinar con esa puerta estrecha: “Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; más ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida; y pocos son los que lo encuentran” (Mt 7,13-14).
El hombre, en cambio, tiende a ir por la senda ancha y cómoda; prefiere la puerta ancha porque con frecuencia se abalanza, sin medida sobre las cosas, sin regla, sin Templanza.
Los bienes de la tierra son objetivamente buenos como medios que han de ser queridos por el discípulo de Cristo, porque cuando no son “instrumentos”, “medios”, se convierten en tiranos y esclavizan.
Por ello, se nos pide una Templanza habitual, el hábito de estar desprendidos de las cosas que usamos, evitar la ansiedad desmedida, prescindir de lo superfluo, moderar la ambición y saber poner mortificación en lo necesario, que es garantía del recto uso.
La Templanza pone orden en el interior del hombre, es el hábito que pone por obra la realización del orden interior de la persona que defiende su propia auto-conservación, ya que por el pecado original hay una fuerte tendencia a ir en contra de la propia naturaleza.
Existe una tendencia a “amarse” a sí mismo más que AMAR a Dios, la Templanza nos defiende y guarda, nos protege de nosotros mismos porque se opone a toda perversión del orden interior, proporcionando a la persona caminar con firmeza desde la paz que procura.
Es una virtud muy interesante que merece la pena conocer bien y asumirla con verdadero interés y el esfuerzo que sea necesario.
También hoy los Hermanos necesitan que reces por sus necesidades, a María Inmaculada en la Víspera de su Solemnidad. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 6 de Diciembre

Buenos días.
Decía Séneca que “La virtud que se adorna y alaba ya tiene un defecto”, algo que resulta un tanto frecuente en la convivencia de las personas.
Es curiosa la necesidad que muestran algunas personas de ponderar aquello que hacen, buscando el reconocimiento de los otros sea con el interés que sea.
Las personas ya exteriorizan de una u otra forma lo que llevan dentro, pues aunque intenten disimular, más pronto que tarde se pondrá en claro lo que son, lo que tienen y lo que buscan.
Quien en verdad vive, con sus virtudes y sus defectos, una vida sencilla, humilde, pobre…, no necesita poner ningún ‘adorno’ ni forzar ‘alabanza’ alguna, pues su propio comportamiento natural expresará la verdad de su corazón que será el que merezca el reconocimiento ajeno.
Cuando se vive en una realidad de únicamente ‘aparentar’, de forzar los argumentos para que aparezcan unas virtudes que en realidad no existen, cuando se pretende manejar o manipular al otro desde la media verdad, que siempre será peor que la mentira, estamos ante, cuando menos, la carcoma en las personas, por no decir la ruina moral.
Es esta una cuestión que debía preocupar a todos, en principio para discernir, como siempre, la propia realidad personal por si se debe corregir algún aspecto; después para ayudar a aquellos que estén cerca con estas debilidades tan nocivas para la persona, y, finalmente, evitar caer en la manipulación que puedan ejercer esas personas, que cualquier cosa que hacen la adornan y la alaban, como decía Seneca, buscando el favor de los otros mediante el fraude que supone esconder la verdad detrás de unas imágenes que son simple apariencia.
Merece dedicar un poco de tiempo a reflexionar con atención como anda cada uno de eso que se llama vanidad o presunción, para evitar los rasgos de mentira y falsedad que llevan consigo.
La persona necesita acudir de continuo a Dios pidiéndole su Gracia para tantas cosas que se necesitan. Es por ello por lo que cada día, hoy también, te pido que reces al buen Padre Dios por las necesidades de todos los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 5 de Diciembre

Buenos días en el Día del Señor, II Domingo de Adviento.
Si siempre es importante y necesario escuchar la Palabra de Dios, en estas circunstancias actuales lo es fundamental para poder avanzar en el Amor de Dios.
Las lecturas que se proclaman en la Santa Misa rebosan de Esperanza, de Luz, incluso el evangelio de San Lucas en el comienzo de su capítulo 3, en el que Juan El Bautista hace una fuerte llamada, está también cargado de esa misma ternura que rebosa del Amor de Dios.
Dice así: “Vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios”.
Y la oración con la que en este II Domingo de Adviento reza la Iglesia, que soy consciente que el año pasado ya la recogí, pedimos a Dios algo muy hermoso, que como vengo diciendo es igualmente muy luminoso para estos días de incertidumbre que vivimos, de lo que muchos quizás no llegan a ser del todo conscientes.
“Señor todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Con la meditación de tan hermosos textos te dejo, no sin antes pedirte que reces hoy también, con gran fe y esperanza, por las intenciones y necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 4 de Diciembre

Buenos días.
Primer sábado de mes y primer sábado del Adviento, que nos pone en perfecta sintonía con la Santísima Virgen María, en su dolor y sufrimiento por tantos hijos suyos recibidos al pie de la Cruz, que se han ido desviando hasta vivir de espaldas al Amor de Dios, qué Ella quiere, con el amor de Madre, que vuelvan; posiblemente podemos hacer algo por ayudar a que retornen, de la mano de María, a la Casa del Padre.
El Adviento es tiempo de esperanza que se ha de activar en cada uno de nosotros de una forma efectiva, pues sabemos que esta virtud teologal es extraordinariamente importante y necesaria en el camino hacia el encuentro con el Padre Dios.
La Esperanza del Adviento, nos impulsa a estar en las condiciones necesarias para que el Señor Jesucristo nos encuentre vigilantes cuando llegue en Poder y Gloria. No debemos olvidar que la Parusía es un acontecimiento que está previsto en los designios divinos y que llegará.
Cuando se sabe que algo va acontecer y se pueden preparar todas las cosas que sean necesarias, todo resulta muy bien; pues ahora estamos en esta circunstancia en relación con la Parusía.
Son tiempos que se deben vivir con la mayor autenticidad posible, sin ningún tipo de titubeo que al fin impide encarar las cosas tales cuales son.
Aunque las personas somos especialistas en presentar las cosas con vistas muy agradables, no por ello se debe disimular la verdad que hay en cada una de ellas. Esto es aplicable a la respuesta que como católicos hemos de dar a los desafíos de la vida, particularmente la vida personal que será la que tendrá que hacer el ‘tránsito’ con todas las obras buenas que haya sido capaz de realizar.
“Oí una voz del cielo, que decía: Escribe: ¡Bienaventurados los muertos, los que mueren en el Señor! Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan. (Ap 14,13).
Reza hoy a María, nuestra Madre y nuestra Guía, en súplica de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que aquí no encontramos en torno a Ella. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 3 de Diciembre

Buenos días.
La persona por más que viva en familia, no pocas veces muy amplia, con un buen número de amistades, tanto laboral como socialmente, tiene un espacio y un tiempo en el que se encuentra sola consigo misma.
Y aquí es donde está el secreto de su corazón, los momentos en los que ha de construir su vida existencial, porque desde ahí tendrá que labrar la verdadera realidad con la que se marchará de esta vida terrenal.
Es verdad que la vida tiene muchos sinsabores, y también sus momentos de gozo y alegría, pero han de saberse administrar bien para que tengan su mérito correspondiente.
El escritor Ramón J. Sender lo interpretó muy bien cuando escribió: “Sin risa y sin llanto la vida no tendría sentido”, pues al fin estas dos realidades que aparentemente se contraponen son consustanciales a la naturaleza humana y con ellas hay que saber convivir. Eso sí, tanto el llanto como la risa tengan un fundamento limpio, veraz, honrado y honesto.
Con fe y confianza, reza hoy al Sagrado Corazón de Jesús en este primer viernes de mes, en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en torno a su Madre Amantísima. Amén.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 2 de Diciembre

Buenos días.
Seguimos considerando el Quinto Mandamiento de la Ley de Dios.
Hoy en los pecados contra la vida corporal, vamos a considerar las ‘Heridas’, que son todo tipo de lesiones o de mutilacio­nes que se infieren al prójimo o a sí mismo, en detrimento de la salud e integridad corporal, con armas, con las manos o con cualquier objeto.
El Catecismo en el nº 2297 matiza: “...Exceptuados los casos de prescripciones médicas de orden estrictamente terapéutico. Las amputaciones, las mutilaciones o esterilizaciones directamente voluntarias de personas inocentes son contrarias a la ley moral”
El motivo principal que origina este pecado suele ser el apetito desordenado de venganza, contra el que previene duramente la Sagrada Escritura: “El que se venga, sufrirá venganza del Señor” (Ecl 28,1)
Santo Tomás de Aquino comenta: “La riña es una particular contienda efectuada entre personas privadas, no en virtud de pública autori­dad, sino más bien por su voluntad desordenada. Y así, la riña siempre lleva pecado. Es mortal en quien se lanza injustamente, pues dañar al prójimo, aunque sea con las manos, no se da sin pecado mortal. En el que se defiende puede darse sin pecado; algunas veces con pecado venial y otras con mortal, según los diversos movimientos de su ánimo y la diferente manera de defenderse”.
Como nos ocurría en el Primer Mandamiento nos damos cuenta que los hechos, incluso los sentimientos, pueden tener consecuencias muy serias, en este caso con relación al Quinto Mandamiento, cuya formulación es tan sencilla como “no matarás”.
Merece la pena, una vez más, reflexionar y asimilar para formar bien la propia conciencia, al tiempo que se revisa lo que pudiera haber en la vida pasada que requiriese reconocimiento, arrepentimiento y confesión. Ya hemos dicho alguna vez lo necesario por importante que es, abandonar este mundo con todas las culpas arrepentidas, confesadas y perdonadas, en virtud del Sacramento de la Confesión.
Reza hoy a Jesús Sacramentado como día jueves que es, en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 1 de Diciembre

Buenos días.
Hoy día miércoles es el último dedicado a San José antes de la clausura del Año Santo dedicado a él, lo que nos invita a dedicar nuestra reflexión a lo que ha sido este Año de San José.
Pero también a lo que hemos aprendido para después de concluido este tiempo de gracia, podamos seguir teniéndole como modelo de lo que es vivir en la Fe confiada y, no pocas veces, en soledad.
Quizás lo más importante que ha pasado es que la figura extraordinaria de San José se ha vuelto a abrir camino en el Pueblo cristiano, que tiende a ser un tanto olvidadizo con el paso del tiempo y los afanes de la vida.
Hemos podido darnos cuenta del lugar extraordinario que ocupó en las vidas de Jesús y de María, y en consecuencia en la propia Redención de los hombres.
Pasó por la vida siendo un servidor fiel de Dios, extraordinariamente fiel con su conciencia y obediente a los designios del Padre, en todo momento y circunstancias.
Cuando en nuestro tiempo las personas tienen actitudes de suficiencia y algo más, la figura sencilla y humilde de San José está siendo una llamada intensa a revisar todo el bagaje personal de sentimientos, pensamientos, obras y omisiones, para dejarlos iluminar y sanar, en su caso, por la poderosa intercesión de San José.
Volveremos a él para encontrar los aires limpios que necesitaremos en la renovación del corazón en su camino de conversión. 
A San José te pido le reces hoy en busca de la mejor solución y superación de todos los problemas y necesidades de los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar en torno a su Santísima Esposa, la Virgen María. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 30 de Noviembre

Buenos días.
Para dejar completado el tema que veíamos ayer de la Paciencia, en orden a buscar en concreto caminos para la propia conversión y a la que invita con determinación el Adviento, vamos a considerar la Impaciencia.
La Impaciencia consiste en dejarse dominar por las contrariedades de la vida hasta el punto de caer en la murmuración, en lamentaciones, quejas frecuentes, arrebatos de ira, etc.
La Impaciencia aumenta el número y el peso de los padecimientos; solo causa destrozos y es ineficaz.
La Obra de Misericordia “Sufrir con paciencia las flaquezas de nuestros prójimos”, no excluye que tengamos que se pacientes también con aquellos acontecimientos que no tienen su causa ni en los otros y en nosotros mismos: enfermedades, catástrofes..., contrariedades que se presentan a lo largo del día, situaciones, en fin, que pueden llegar a quitarnos la paz y que, finalmente, nos hacen reaccionar malhumorados con los que no tienen culpa alguna
La visión sobrenatural y providente de las cosas nos dará serenidad y paz, porque la FE nos lleva a incluso a gloriarnos en las tribulaciones. Atendamos a lo que nos dice San Pablo: “Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rom 5,3-5).
Ojalá que decidamos vestir la Paciencia como traje definitivo, para poder presentarnos dignamente ante el Señor cuando llegue en Poder y Gloria.
Y ahora ya te pido que reces con Fe y Esperanza, en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 29 de Noviembre

Buenos días.
Ya el Evangelio nos advierte que “no sabéis el día ni la hora en el que vendrá vuestro Señor”, y aunque ha pasado el tiempo, los años, toda la vida para cada uno, lo cierto es que se debe estar dispuesto a la Parusía, la llegada del Señor en poder y gloria para juzgar a los vivos y a los muertos.
Podríamos hacer el pequeño esfuerzo práctico de ver cómo poner un poco de orden en la propia vida, para estar en verdad en vela esperando al Señor que llega.
Hoy os propongo que busquemos en el ‘armario del propio corazón’ vuestra vestidura: la Paciencia, virtud que se contrapone como bien sabéis a la Ira.
La Paciencia es la virtud que da a la persona la capacidad para padecer o soportar algo sin alterarse, saber esperar cuando las situaciones son adversas y se necesita tiempo para remontar.
San Pablo en el Himno a la Caridad, 1 Cor 13,4, dirá que la Caridad es paciente, y en el libro de los Proverbios leemos: “Más vale el hombre paciente que el héroe, el dueño de sí que el conquistador de ciudades” (Prov 16,32).
El cristiano necesita ejercitar esta virtud, en primer lugar, consigo mismo, pues con facilidad aparece el desaliento ante los propios defectos, que se repiten una y otra vez sin lograr superarlos.
Habrá que saber esperar y luchar con paciente perseverancia, convencido de que en muchas ocasiones, la superación de un defecto o la adquisición de una virtud es cuestión de continuidad y constancia. San Francisco de Sales escribe en su Epistolario: “Hay que tener paciencia con todo el mundo, pero, en primer lugar con uno mismo”.
En segundo lugar, tendremos que tener paciencia con quienes tratamos más a menudo, así como con todos en general, pues las flaquezas de los demás pueden hacernos perder la paciencia, sobre todo cuando se repiten con frecuencia.
Cada día tenemos la oportunidad de practicar la Paciencia, siguiendo el consejo de San Pablo en Col. 3,12-15: “Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección”.

Vamos, pues, a intentar, de una forma práctica y real, prepararnos para la Venida del Señor, desempolvando del ‘armario del corazón’ esta prenda de vestir cual es la Paciencia, y debidamente arreglada y aseada, vestirla ya para siempre, pues con ella podremos poner otras en condiciones de poder vestirlas también, de forma que cuando llegue el Señor, que llegará, nos encuentre como Él desea: en vela y con las lámparas encendidas.
Te pido que durante este Adviento hagas el esfuerzo de rezar con Fe y Esperanza por los Hermanos, sus necesidades e intenciones, que aquí nos encontramos cada día en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 28 de Noviembre

Buenos días en el Primer Domingo de Adviento.
Primer día del Año Litúrgico dentro del Tiempo de Adviento, con el que la Iglesia nos pone ante las dos venidas del Señor Jesús.
Concluyendo el Adviento, estaremos ante la Primera Venida del Señor en su Natividad, y a partir de hoy, la Santa Iglesia nos presenta la Segunda Venida del Señor en Poder y Gloria: La Parusía.
Para la Comunidad Cristiana le es más fácil fijarse en la Primera Venida que en la Segunda Venida, sin duda porque se la siente más cercana, tanto en los sentimientos y en los afectos, pero si ciertamente fue muy importante para toda la humanidad, pues de ella se derivó la Redención del género humano, la Segunda Venida es ante la que ahora cada creyente, cada persona ha de responder.
En la Profesión de Fe se proclama: “… Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos…”, lo que significa que el fiel cristiano lo cree, lo profesa y, en consecuencia, lo espera.
En el Nuevo Testamento hay bastantes pasajes en los que se nos alecciona a estar preparados para cuando llegue el momento, “pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche” (1 Tes 5,2). Y en el Apocalipsis advertirá: “Acuérdate de cómo has recibido y escuchado mi palabra, y guárdala y conviértete. Si no vigilas, vendré como ladrón y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Ap 3,3).
Aquí tenéis lo esencial de lo que es y representa la Parusía, que exige una decisión y una actitud; la primera, para optar con verdad a vivir en la ‘espera’, y la segunda, para mantener ‘las lámparas encendidas’, esto es, vivir ‘vestido con el traje de bodas’, en nuestro lenguaje más inmediato: vivir en la Gracia de Dios, en auténtico camino de conversión, que pase lo que pase y llegue como y cuando llegue, podamos participar eternamente de la Gloria de Dios, al escuchar las palabras del Señor Jesucristo: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo…” (Mt 25,34).
Es un Tiempo penitencial en tanto que para hacer el camino de conversión que cada persona necesite, ha de comenzar por lo que para cualquiera es una gran prueba que presenta el Señor Jesús: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mc 8,34), pero de igual forma, es un tiempo en el que la Esperanza es la gran Luz que nos sostiene y acompaña, para ir haciendo el camino maravilloso que llevará al encuentro definitivo con la Gloria del Señor, esto es, vivir eternamente en la presencia y plenitud de la Santísima Trinidad.
No sabemos ‘ni el día ni la hora’, pero sí lo tenemos cierto que el Señor viene y hemos de estar en vigilia y preparados, pues también hay ya algunos signos de los que anuncia la Sagrada Escritura.
Con alegría gozosa avancemos por este Adviento, trabajando por conseguir un corazón limpio, ante el que Señor cuando llegue nos acogerá y nos pondrá a su derecha.
Ya es el momento de rezar hoy al Señor Resucitado, en favor de todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN. 
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 27 de Noviembre

Buenos días en la Fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa.
Medalla que la Virgen Santísima entregara a Santa Catalina Labouré el 27 de noviembre de 1830
Cuando se le apareció, la Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina: "Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". 
Entonces una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estás viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.
Esta Medalla ha hecho infinidad de milagros de Gracia, que aún hoy se siguen sucediendo en aquellos que aceptando esta Medalla recurren a la Santísima Virgen con esta hermosa jaculatoria: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti".
Pero esta jaculatoria se puede decir tantas veces se quiera o se necesite aun cuando no se tenga la Medalla, pues como toda jaculatoria es un grito de amor que surge del corazón en necesidad, en suplica, en alabanza, en gratitud, en ..., hacia la Virgen María, en este caso,  como en otras circunstancias pueden dirigirse a cualquiera de las tres Personas de la Santísima Trinidad, a San José, etc.
En este sábado, preludio del Tiempo de Adviento en el que María tiene también un papel importantísimo, ofrezcámosla nuestro filial cariño rezando la jaculatoria mencionada cuantas veces nos sean posible.
Y a Ella, igualmente recemos para que venga en ayuda de las intenciones y necesidades de todos los Hermanos que aquí nos encontramos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
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Reflexión 26 de Noviembre

Buenos días.
Es muy importante tener la oportunidad de prepararse para los acontecimientos o sucesos que van a acontecer, pues no deja de ser una buena oportunidad para aprovechar convenientemente lo que se está viviendo o está próximo a suceder.
Hoy viernes y mañana son las últimas horas de este año litúrgico que se acaba, dando paso el domingo al nuevo Año Litúrgico con el Tiempo de Adviento.
Darse cuenta con alguna frecuencia de lo que es el tiempo y su finitud, de la sucesión de las horas y de los días, es algo muy saludable para la salud mental, pues ayuda a ir asumiendo lo que realmente es el tránsito de la vida terrenal con todo lo que ello supone.
Responsabilizarse de lo que ha ocurrido, aceptándolo conforme sea la exigencia que tenía, para poder hacer el camino de madurez y crecimiento, en todos los órdenes de la vida de la persona, es no solo importante, sino necesario.
Pero esta actitud ante lo ocurrido es necesaria igualmente para lo que ha de suceder, pues será preparar los caminos que se han de andar y ante los que en cualquier situación sorpresa, se sabrá responder mucho mejor que cuando se camina sin rumbo, porque aunque uno piense que va a poder afrontar cualquier cosa que se presente, no será cierto pues las personas se desconciertan con mucha facilidad cuando cualquier sobresalto les desvía el rumbo ya conocido del día a día .
Recojamos en el propio corazón todo lo vivido en este año litúrgico recorrido, de la mano de la Santa Madre Iglesia; démosle gracias a Dios por todos los beneficios y gracias recibidos y mostremos nuestro dolor y arrepentimiento por todos los errores y pecados cometidos. Y si fuese necesario pidamos perdón acercándonos al Sacramento de la Confesión.
Hoy te pido ya que reces al Sagrado Corazón de Jesús, para que en su infinito Amor y Misericordia, atienda todas las necesidades de los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 25 de Noviembre

Buenos días.
En el quinto mandamiento de la Ley de Dios, hay un pecado contra la vida corporal que es el suicidio, la muerte que uno se da a sí mismo.
Sabemos bien que Dios es el único Señor de la Historia, y en consecuencia también el único Señor de la vida y de la muerte, por ello es reprobable el acto de suicidarse.
En el Catecismo de la Iglesia Católica encontramos varios puntos que tratan esta cuestión.
En el punto 2280 dice: “Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella”.
Seguidamente agrega: “El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio, por tanto, es contrario al amor del Dios vivo”.
Ahora bien, “Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida”, por lo que concluye el Catecismo en su punto 2283 que: “No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que El solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”.
Según esta doctrina de la Santa Iglesia Católica, hemos de ser muy cuidadosos en el juicio de personas que sufren esta grave enfermedad, podríamos llamarla así, del suicidio.
El juicio eterno es de Dios, que es Padre, misericordioso y que conoce la verdadera realidad del corazón de cada persona en la más justa realidad y medida.
Y es en este juicio amoroso de Dios en el que siempre debemos confiar, sabiendo, por otra parte, que es además Padre justo que sabe valorar toda la realidad que envuelve a cada persona en cada momento de su vida.
Vivimos tiempos tan complicados como crueles, pues sabemos por las estadísticas que en este tiempo de pandemia han aumentado los suicidios, por las situaciones extremas en las que se han encontrado muchas personas que no han sabido o podido encontrar otro comino, otra salida que el suicidio.
Y esta realidad ha de suscitar en nuestros corazones sentimientos de piedad y de misericordia, rezando con intensidad por todas aquellas personas desesperanzas, que se ven abocadas a que la desesperación en grado extremo y no encuentran más salida que el suicidio. Oremos con Fe y Esperanza para que de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía, vuelvan a encontrar la Esperanza que les devuelva a la alegría y a la ilusión primera
Y ya, también, ahora te pido que reces como cada día al Señor Jesucristo, para que en su Divino Corazón atienda tus súplicas en favor de las necesidades de los Hermanos que aquí estamos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 24 de Noviembre

Buenos días.
Estamos justamente a dos semanas de clausurar el Año Santo dedicado a San José, ya que nos queda este miércoles y el próximo día 1 de diciembre.
Se hace pues muy necesario que aprovechemos estos quince días para poder consolidar la gran cantidad de gracias que, sin duda, el Cielo ha derramado por la intercesión del Santo Patriarca.
Os propongo que durante las dos semanas que tenemos por delante aprovechemos cada día para un par de cosas.
La primera para interiorizar bien todo lo que en este Año Santo hemos recordado, y, sobre todo, hemos aprendido de este hombre sencillo, fiel, humilde y obediente a los deseos del Padre Dios.
La otra sería que sigamos pidiéndole con insistencia por la Iglesia Católica, para que bajo su patrocinio supere todas las tribulaciones que acaecen sobre ella.
Y también por las familias, por España y por el mundo en general, pues bien sabemos lo difícil que están todas las cosas y a todos los niveles.
Sería una desgracia que pasado el día 8 de diciembre, día de la clausura del Año Santo, quedara olvidado en el recuerdo todo lo que ha sido y supuesto este Año, así como malogradas la cantidad de gracias recibidas, tanto a nivel personal como globalmente.
Reza hoy con gran confianza a San José, para que todos los Hermanos que nos encontramos aquí en torno a su Santísima Esposa, encuentren consuelo y solución a los problemas y necesidades que tengan. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 23 de Noviembre

Buenos días.
Me gustaría hacerte una pregunta sencilla: ¿Has pensado, meditado o reflexionado alguna vez sobre el valor real de las cosas?
Cuando ya se tiene cierta edad que ha permitido conocer la vida anterior al desarrollo y los avances de las últimas décadas, quizás es más fácil hacer estas consideraciones que hoy quiero plantear. Para las generaciones más jóvenes, puede ser algo más difícil hacer este ejercicio de encontrar el valor real de las cosas.
Al hombre de hoy le es muy difícil sustraerse de la realidad que sencillamente vive, esto es, protegido por todos los medios que tiene a su alcance y que le facilita un confort más allá de lo que imagina.
Por ello le será complicado distanciarse de las cosas para poder comprender mejor lo que tiene y lo que ello supone, por ejemplo, podemos plantear los medios informáticos y digitales en todo el abanico existente, a través de los cuales se ha llegado a un grado de control más que aceptable de las cosas ordinarias.
Si verdaderamente la persona fuera capaz de distanciarse, ver qué pasaría si de repente fuera perdiendo todo lo que ha ganado, ¿sería capaz de vivir con la disponibilidad y el decoro propio de los hijos de Dios?
El valor de las cosas no está en el que le quiere dar la persona, sino en lo que representa para que ésta pueda hacer su camino de Fe, pero nunca en una dependencia de ellas, que puede incluso hasta esclavizarla.
Bueno es reconocer el valor, por ejemplo de la electricidad, pero saber que no siempre se vivió en la abundancia de ella, y aunque sea un bien de primera necesidad, siempre habrá que estar en la disposición de aceptar cualquier situación que pueda incluso ser restringida de alguna forma.
Pero para poder estar a la altura de sufrir carencias que en el presente no se tienen, se hace necesario ser dueño de la propia vida y no un ser dependiente de las cosas, como queda dicho más arriba, de tal manera que a la mínima dificultad todo se venga abajo .
Se hace necesario ser conscientes de los límites humanos que se tienen en sí mismo, pero también reconocer todos los beneficios recibidos por los avances de la ciencia, tecnología, etc., para poder abrir el corazón a la gratitud a Dios, al tiempo de que conscientes de que no se es dueño ni de la vida ni de la historia, dar gloria a Dios cada día por lo que se tiene e implorar su gracia, para que se siga teniendo y que su mano todopoderosa impida cualquier desgracia colectiva, que nos sumerja en la pobreza y la carencia de las cosas de primera necesidad.
Si sabemos dar el valor real a las cosas, sabremos estar en la sensibilidad necesaria para abrirnos a la gracia y a la misericordia de Dios.
Caminamos hacia el encuentro con Dios y el corazón debe irse acostumbrando a vivir a lo divino y no a lo humano, esto es a lo materialista y a lo más inmediato, sin pensar en el valor real de las cosas.
A este Dios nuestro Padre, reza hoy por todas las intenciones y necesidades de todos los hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 22 de Noviembre

Buenos días.
Siempre es bueno escuchar y pensar un poco de aquello que nos han legado los antepasados, máxime cuando se trata de personas insignes como Francisco de Quevedo. 
En este pensamiento: “El mayor despeñadero, la confianza”, muestra la cara menos agradable de lo que significa la ‘confianza’, que es cuando la persona pone todo el acento en sus posibilidades, que las cree casi insuperables por nada ni por nadie.
Sin duda la persona debe confiar en sí misma, pero conociendo perfectamente cuáles son los límites de las capacidades que tiene, para poder actuar con la prudencia que le librará de no precipitarse en el vacío del fracaso o de la ridiculez.
Pero la confianza también es saber esperar en aquella persona que con seguridad no te va a fallar en ningún aspecto de las propias necesidades. En este sentido sí que es muy importante ejercitar la confianza.
Sin duda, la Fe lleva a la persona a conocer lo que es verdaderamente confiar con seguridad de éxito en Aquel que nunca va a fallar, porque es el AMOR desinteresado que se entrega totalmente al hombre, cuando éste se sabe abandonar en su providencia amorosa y misericordiosa.
Bien estará reflexionar un poco en la calidad de la propia confianza, para ver hasta dónde llega en una y otra dirección: la confianza en sí mismo y la confianza en Dios nuestro Padre o en las personas que le pueden merecer esta seguridad.
Te pido como cada día que reces a este Padre de las misericordias, al menos un padrenuestro, por todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos en María, nuestras Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 21 de Noviembre

Buenos días en el Día del Señor, Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
Ya hemos repetido otras veces que estamos atravesando unos tiempos muy inciertos, sin alcanzar a ver las consecuencias reales de esta situación. Ni hasta dónde nos pueden llevar.
Pero esta Celebración solemne de Jesucristo, Rey del Universo nos llena de Luz y de Paz.
De Luz, porque es lo que más necesitamos las personas en estos momentos, la Luz de Cristo Resucitado que nos muestre la realidad de las cosas, de forma que cada persona pueda ver y comprender bien, desde su historia personal hasta todo cuanto le rodea.
De Paz, porque como nos dice el Libro del Apocalipsis en el capítulo 1: “Al que nos ama y nos ha librado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios, su Padre. A él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”
En el Señor Jesucristo está nuestra vida, porque Él es el origen de nuestra Fe y de nuestra Esperanza, y de su mano podremos encontrar la solución para todos los problemas, angustias e incertidumbres que nos acechan.
A Él hay que clamarle día y noche, para que 'el poder de las tinieblas' no siga avanzando en nuestro mundo extendiendo sus errores y maldades, y que nos libere de las consecuencias nefastas de estas realidades que van aprisionando todo lo que comporta la convivencia humana.
Puestos hoy en la presencia de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, renovemos nuestra Profesión de Fe (Credo) y nuestras Promesas Bautismales, de forma que bajo su protección podamos seguir el camino de la propia conversión.
Y a Él también hoy le encomendamos las necesidades materiales y espirituales de todos los Hermanos, que aquí no escontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 20 de Noviembre

Buenos días.
Bajo la mirada de nuestra Santísima Madre nos disponemos a Celebrar la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, último Domingo del Año Litúrgico.
Sabemos que María Santísima vivió durante todo el recorrido vital de Jesús en este mundo, en una gran unidad con su Hijo Jesucristo, por ello, mejor que Ella nadie pudo ni puede conocer al Unigénito de Dios.
Esta realidad nos lleva a comprender la importancia que tiene la Virgen María en toda la Obra Redentora y Salvadora del Señor Jesucristo, razón por la que estando viviendo de su mano nunca estaremos lejos de Jesús.
Por otra parte, cuando nos disponemos a celebrar esta Solemnidad de la Realeza de Cristo sobre todo el Universo, no podemos dejar de mirar a su Madre Amantísima, Reina y Señora de todo lo creado, como se enuncia el quinto misterio glorioso del Santo Rosario.
Se hace urgente y necesario que los fieles católicos recuperemos, para la Virgen Santa María, el lugar que le corresponde en la Iglesia y en el mundo, más allá de las devociones, llamemos de orden sentimental, que se han dado a lo largo de los años, y que cuando por la presión de la pandemia y de los confinamientos, se han desvanecido hasta gran parte de ellas, particularmente las de expresión pública.
Revitalicemos con una espiritualidad mariana sólida, comenzando a nivel personal, el encuentro con la Virgen Santa María, ayudando a los demás a que reconozcan en Ella a ‘la mujer de nuestra raza’, que Dios escogió para que fuera: la Hija de Dios Padre, la Esposa de Dios Espíritu Santo y la Madre de Dios Hijo.
Ella está pronta a nuestros ruegos para enseñarnos y ayudarnos a vivir en el agrado de Dios. Acudamos, pues, a Ella para que nos sostenga y nos fortalezca, suplicándola que nos alcance todo aquello que necesitamos para ser responsables, desde el lugar en el que estamos, en el devenir histórico de los tiempos que nos están tocando vivir, tan necesitados de Luz, de Verdad y de Paz.
Hoy te pido que reces a la Virgen Santa María por todas las
necesidades de los Hermanos, que aquí nos volvemos a encontrar. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 19 de Noviembre

Buenos días.
A través de la oración mantenemos la presencia de Dios en nuestras vidas; es uno de los medios necesarios para tener una relación fluida con el Señor, que sabemos es muy conveniente para mantenerse, no solo en su presencia, sino conociendo además su santa voluntad.
Esta oración, que siempre debe ser lo más dinámica posible, tiene muchas expresiones, una de ellas es la llamada ‘oración continua’, que consiste en mantener la unión con Dios de una forma permanente.
Ello se puede lograr a través de una pequeña oración que se repite de forma tranquila, serena, de forma que la persona acompase la oración con su respiración, de modo que pueda, incluso mantener otras actividades que no exijan una atención especial.
Esta, digamos, breve oración puede ser de las que denominamos ‘jaculatorias’, que bien están ya formuladas, bien se pueden crear por uno mismo o bien se puede tomar de cualquier salmo o texto de la Sagrada Escritura.
Hecha esta introducción, os quiero proponer  del Salmo 50 el versículo que dice: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro”, cuya importancia espiritual es más que extraordinaria si tenemos en cuenta lo que supone un corazón limpio, un corazón puro.
Todos sabemos, como enseña el Señor Jesucristo, que en el corazón alberga cada persona los mejores y los peores sentimientos, que luego condicionarán los pensamientos, los gestos, las palabras, las acciones y, también, las omisiones, de forma que los pecados o virtudes, en su caso, florecerán con naturalidad.
Por otra parte conocemos los momentos en los que Jesús muestra la importancia de tener este ‘corazón puro’, como por ejemplo en el Sermón del Monte: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8); “…lo que sale de la boca brota del corazón” (Mt15,18) y, aunque hay muchas más citas, incluyamos ésta: “Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro” (Mc 7, 21-23).
Dios quiera que esta llamada a tener y mantener ante el Señor Dios el corazón limpio, puro, nos lleve a convencernos de que tener un ‘corazón limpio’ es básico para ir construyendo una vida en el Amor de Dios, que desembocará en la plenitud de la Vida con Dios, que es el Cielo por toda la eternidad.
En este día penitencial, ruega la Señor Jesús Crucificado por todas las necesidades de los Hermanos que aquí nos encontramos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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Reflexión 18 de Noviembre

Buenos días.
Estamos a tres días de celebrar la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Aparte de que el encuentro de hoy nos sirva a cada uno, para preparar el corazón y la mente cara a vivir esta Solemnidad, con el mejor espíritu cristiano puede ser interesante plantearse dos cosas.
Una, responder a la pregunta sencilla de: ¿Qué conciencia tengo personalmente, así como la que encuentro a nivel general de que Jesucristo es el Rey del Universo?
Otra, ¿Qué estoy dispuesto a hacer personalmente, para que en verdad el Señor Jesucristo, Rey del Universo, lo sea en el ámbito social, comenzando lógicamente para que lo sea en la propia vida?
En la vida de un fiel cristiano, las experiencias que emanan del propio Bautismo, han de ser las ‘Verdades de la Fe’ vividas más allá de la simple teoría.
Sin duda que el Espíritu Santo te ayudará a profundizar en lo planteado: recurre a Él.
Hoy, ya te pido que reces con mucha ilusión en favor de las necesidades de todos los Hermanos, que volvemos a encontrarnos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
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