Reflexión 29 de Octubre

Buenos días.
En este día sábado, día de la semana particularmente dedicado a la ‘Santísima Virgen María en sábado’, os invito a considerar una de las invocaciones de la Letanía Lauretana: “Causa de nuestra alegría”.
Está más que demostrado que los que se han acogido a la Maternidad de María, que recibimos todos al pie de la Cruz en aquellas memorables Palabras de Jesús en la Cruz, cuando dirigiéndose a su Madre le dice en referencia al apóstol San Juan allí presente: “Ahí tienes a tu hijo”, y haciendo lo mismo con el apóstol le dijo: “Ahí tienes a tu Madre” (Jn 19,26-27), momento decisivo para todos los discípulos del Maestro que vendríamos detrás.
Y es aquí donde comienza el camino de la Iglesia que se consolidará en Pentecostés por la Venida del Espíritu Santo, pero ya los Apóstoles y todos los discípulos de Jesús tendrían en María la seguridad que da una Madre fuerte y solvente, lo cual supone para sus hijos seguridad, tranquilidad y un sentimiento de paz y alegría.
Un cristiano que vive una relación filial con la Santísima Virgen, que se deja guiar por Ella, que sabe acudir a su consejo y ponerlo en práctica, no puede experimentar otra cosa que la alegría íntima que produce la felicidad espiritual.
Hay un cierto error de concepto cuando se deduce que una persona alegre es solo aquella que está mostrando siempre gestos, signos, palabras que expresan júbilo, porque la alegría podrá darse también en la persona seria, serena, que transmite paz en sus gestos, palabras y actos, aunque no sea la alegría, llamémosla bulliciosa.
Hoy veamos realmente si María es la ‘causa de nuestra alegría’ o buscamos la alegría en otras cosas que no son tan limpias como Ella.
No dejes de rezar a María, nuestra Madre y nuestra Guía, para que lleve su alegría, en gracia y amor, a todos los Hermanos en sus intenciones y necesidades. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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