Reflexión 20 de Octubre

Buenos días.
Bien sabemos que el Señor Jesucristo insiste en el consejo evangélico de “Vigilar y orar”, sabiendo que los acontecimientos en muchos casos se sobrevienen casi sin advertirlo.
Otras veces sí que hay datos y avisos de situaciones, en cualquier orden, que afectan o pueden llegar afectar a las personas con cierta gravedad.
También es cierto que no se puede vivir con angustia ni sobresaltos, pero lo que sí debe ser es darse cuenta de la realidad y encararla con serenidad, pero igualmente con responsabilidad.
Estamos en momentos muy serios y muy delicados en muchos aspectos de la vida humana, que afectan a los principios de la fe cristiana y a los principios incluso de la dignidad de la persona, lo que, aparte de ser grave, llevan en sí una carga de peligro grande en muchos aspectos.
Cuando el Señor Jesús advierte de ‘Vigilar y orar’, añade sentencias muy fuertes, como que “no sabéis ni el día ni la hora” o “cuando menos penséis viene el Hijo del hombre”; también, “Velad para no caer en la tentación”.
Se han de afrontar las cosas con el compromiso que cada uno tiene para que no sorprendan y arrastren a situaciones ni deseadas ni admisibles. La Paz no es tan sencilla de alcanzar y más de mantenerla, tanto a nivel personal como comunitario.
Con la ilusión de cada día de que la propia oración va a ayudar a los Hermanos en todas sus necesidades, te pido que la hagas hoy al Señor Jesús en su presencia eucarística, confiando a su misericordia la solución de todas las carencias de cualquier tipo que se puedan estar dando. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es