Reflexión 25 de Diciembre

Buenos días en la SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR.
Hoy mis palabras son tan pobres para ANUNCIAR tan gran acontecimiento, que me vais a permitir que os ofrezca el HIMNO de la Hora de Vísperas.
Os servirá para rezar al NIÑO DIOS y para meditar ante el Portal de Belén, que también se le ha llamado siempre "El Misterio".

"Te diré mi amor, Rey mío,
en la quietud de la tarde,
cuando se cierran los ojos
y los corazones se abren.
Te diré mi amor, Rey mío,
con una mirada suave,
te lo diré contemplando
tu cuerpo que en pajas yace.
Te diré mi amor, Rey mío,
adorándote en la carne,
te lo diré con mis besos,
quizá con gotas de sangre.
Te diré mi amor, Rey mío,
con los hombres y los ángeles, con el aliento del cielo que espiran los animales.
Te diré mi amor, Rey mío,
con el amor de tu Madre,
con los labios de tu Esposa
y con la fe de tus mártires.
Te diré mi amor, Rey mío,
¡oh Dios del amor más grande!
¡Bendito en la Trinidad,
que has venido a nuestro valle! Amén."

No olvides de rezar a este Dios Niño por todas las necesidades e intenciones de los Hermanos que nos UNIMOS cada día en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
www.materchristi.es