Reflexión 23 de Diciembre

Buenos días en el DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO.
Este Día del Señor nos da paso a la Cuarta Semana de Adviento, en la que nos encontraremos con las Celebraciones de la NATIVIDAD DEL SEÑOR.
Nos encontramos ante el gran MISTERIO DE NUESTRA Redención y Salvación, que bien necesitamos contemplar cuando estemos ante el Portal de Belén.
Nos llena de ternura y de Alegría ver al NIÑO DIOS junto con María y José, sin acertar a trascender el gran designio de Dios que es la RAZÓN de la Encarnación de Jesús en las entrañas purísimas de la Virgen María: la REDENCIÓN y SALVACIÓN de toda la humanidad.
Constatar esta realidad no le quita ningún brillo festivo y gozoso a la NAVIDAD, al contrario, nos pone en la realidad que nunca debemos obviar, pues al fin la REDENCIÓN del NIÑO DIOS, que se nos ofrece y da gratuitamente, queda dependiendo de si la persona, tú y yo, queremos aceptarla y vivir en consecuencia con las exigencias del Evangelio, que tampoco no debemos olvidar que aceptamos y asumimos en el propio BAUTISMO.
¡Qué bonita NAVIDAD si la sabemos VIVIR en esta CLAVE de sabernos REDIMIDOS y SALVADOS por este NIÑO, que dará su vida llena de AMOR en la Cruz por esta única razón de liberarnos del pecado y de la muerte.
Hagamos este pequeño esfuerzo de interiorizar esta VERDAD de nuestra FE.
Y en este espíritu navideño recemos como cada día por todas las necesidades de los que queremos caminar de la mano de María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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