Reflexión 10 de Diciembre

Buenos días 
En el pragmatismo en el que nos movemos y se mueve nuestro mundo, se hace más difícil aceptar que las cosas, las relaciones humanas o cualquier otra situación en la que nos movemos, puede darse una situación, razón u origen PROVIDENCIAL.
Cuando planteamos la vida desde la FE, no podemos obviar la posibilidad de que las cosas que ocurran puedan responder a un designio providente de Dios.
Cierto es que la persona tiene unas capacidades con las que por, designio de Dios, ya dispone de grandes posibilidades de hacer frente a las más variadas situaciones y hacer previsiones en los más diferentes aspectos de la vida.
Pero como decimos más arriba, no debemos prescindir de ese camino providencial por el que Dios pueda ir facilitando ayudas u otras miles de cosas.
Pongamos un ejemplo.
Cualquiera de nosotros va conociendo personas por las más variadas razones; con unas se establecen relaciones exclusivamente circunstanciales en razón del tipo de encuentro que se tuvo, pero puede haber otras personas que lleguen por el camino que sea, y resulta que se comprueba más tarde que se las necesitaba conocer, y aquí es donde se manifiesta la Providencia aludida.
Mi propuesta de REFLEXIÓN es darnos cuenta, por ese espíritu de atención, vigilancia y oración que el Señor nos recomienda en el Evangelio con cierta insistencia (Mt 26,41; Mc 14,38; Lc 12,37), que hemos de contar siempre con la ayuda del Señor y, por tanto, no descuidar lo que se nos ofrece para no rechazarlo indebidamente, o no admitir las ayudas que nos quieren prestar, u otro beneficio importante para la propia vida, a corto, medio o largo plazo.
Nos esperan las intenciones y necesidades de los Hermanos para que se las encomendemos a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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