Reflexión 12 de Marzo

Buenos días. 
En este segundo domingo de Cuaresma, la Iglesia nos ofrece en las lecturas de la Misa, unas pocas claves muy importantes para el camino de la CONVERSIÓN personal. 
En la lectura del Génesis (12,1-4), escuchamos a Dios que le dice a Abraham: "SAL de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra QUE TE MOSTRARÉ"
Para ver enseguida la respuesta sin condiciones de Abraham: "Abraham a MARCHÓ, como le había dicho el Señor".
SUMISIÓN a la Voluntad de Dios, y OBEDIENCIA absoluta y diligente.
En la 2a lectura, San Pablo le dice a Timoteo (2 Tim 1,8-10): "Toma parte en los PADECIMIENTOS por el Evangelio".
La pregunta es muy sencilla: Tu, yo, bautizados en Cristo Jesús, 'PADECENOS por el Evangelio'?
Mala señal si en nuestras vidas no hay 'sufrimiento por el Evangelio'.
Finalmente en el Santo Evangelio (Mt 17,1-9), nos encontramos con dos llamadas fuertes a la OBEDIENCIA. 
Una por parte del Padre Dios, que nos incumbe también a nosotros, a tí y a mí: "Este es mi HIJO, el amado, en quien me complazco. ESCUCHADLO".
La otra, ya es directa de Jesús a los apóstoles que estaban con Él para que no contarán lo ocurrido, "hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos".
En resumen: OBEDIENCIA, OBEDIENCIA Y MÁS OBEDIENCIA:
A Dios Padre SIEMPRE.
Para ESCUCHAR y OBEDECER a su Hijo Amado.
OBEDIENCIA y SOMETIMIENTO al Evangelio, cueste lo que cueste. 
Parece que vamos encontrando una constante en esta Cuaresma:
OBEDECER. 
Por ello, URGE un buen examen personal sobre mi actitud frente a la OBEDIENCIA. 
Y, además, con lo poco que nos gusta ejercitar esta virtud. O, me equivoco?
Feliz Día del Señor, Hermanos de la Casa de la Madre y Guía.