Reflexión 2 de Febrero

Buenos días en la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo.
Dice el Martirologio Romano de este día: Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: cuarenta días después de Navidad, Jesús fue llevado al Templo por María y José, y lo que pudo aparecer como cumplimiento de la ley mosaica se convirtió, en realidad, en su encuentro con el pueblo creyente y gozoso. Se manifestó, así, como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel.
El evangelio de San Lucas lo relata en 2,22-40, de lo que me gustaría destacar tres momentos: el encuentro con el anciano Simeón (vv. 25-35); el encuentro con la profetisa Ana (vv. 36-38) y la vuelta a Nazaret, donde el Niño “iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él”.
Tanto en el encuentro con la Profetisa Ana como con el anciano Simeón, los Santos Esposos escucharon aquellas palabras que expresaban la Gloria de Dios sobre su Pueblo.
María particularmente se mostró como lo que fue siempre: fiel oyente de la Palabra de Dios, sin rechazarla y asumiéndola, pues escuchó directamente dirigida a Ella: “y a ti misma una espada te traspasará el alma”.
Es muy interesante que nos fijemos muy detenidamente en esta actitud y comportamiento de María, nuestra Madre y nuestra Guía, como fiel oyente de la Palabra de Dios, pues es de la única forma que se puede perseverar en el cumplimiento de la voluntad de Dios sin fisuras ni egoísmos.
Hoy te pido que reces a la Sagrada Familia en favor de las necesidades e intenciones de todos los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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