Reflexión 19 de Febrero

Buenos días en el Día del Señor:
Hoy la Santa Iglesia Católica reza en la Santa Misa así: “Concédenos, Dios todopoderoso, que, meditando siempre las realidades espirituales, cumplamos, de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor Jesucristo”.
‘Meditando siempre las realidades espirituales', esto es, viviendo en la conciencia clara de las Promesas Bautismales y en el cumplimiento de la santa Ley de Dios, pues no se trata de vivir en la obsesión de los religioso, sino de impregnar toda la vida con el espíritu cristiano que nos envuelve en razón del santo Bautismo, porque imprimió carácter en nosotros.
Las lecturas que se proclaman en la Santa Misa son importantes para la meditación y el compromiso al que llaman. Sus citas son: Lev 19,1-2.17-18; Sal 102; 1 Cor  3,16-23; Mt 5,38-48.
Por razón de espacio veremos la primera lectura: “El Señor habló así a Moisés: Di a la comunidad de los hijos de Israel: Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”.
Sencilla la demanda del Señor nuestro Dios: ‘Sed santos, porque yo vuestro Dios soy Santo’, para concluir el evangelio diciendo el Señor Jesucristo: “Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”.
Siempre estuvo en el centro de toda la Divina Revelación el vivir en correspondencia absoluta al Amor de Dios en toda criatura humana, que Él había creado a su imagen y semejanza; y que en la plenitud de los tiempos, el Señor Jesucristo comienza su Predicación haciendo esta fuerte llamada como una y única solución para la vida del hombre: ‘Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto’. No se trata de ser buenos, de hacer las cosas bien, se trata de ser como Cristo nos ha enseñado con su palabra, con su vida y con su muerte en la Cruz, porque en el mismo texto evangélico Jesucristo nos dice: “¿No hacen lo mismo también los publicanos?... ¿qué hacéis de extraordinario? ¿no hacen lo mismo también los gentiles?”
Reflexionemos seriamente y preparemos todo nuestro ser para un comienzo digno, el próximo miércoles, de la jornada cuaresmal, cuarenta días y cuarenta noches para, a imagen de Cristo en el desierto, preparar la celebración pascual.
Reza sin pausa a Cristo Resucitado por todas las necesidades de los Hermanos, que aquí volvemos a congregarnos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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