Reflexión 27 de Agosto

Buenos días en el Día del Señor.
La oración colecta de la Santa Misa de este domingo XXI dice: “Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Vemos que resalta la unidad de los corazones de los creyentes ‘en un mismo deseo’, para pedir a Dios Padre que nos inspire en ‘el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas’. Esto es, amor a los Mandamientos de la Ley de Dios y viva búsqueda de alcanzar la plenitud del Amor en el Cielo.
Y como cada mes, también hoy os traigo el mensaje de Nuestra Señora, Reina de la Paz, del pasado día 25 de agosto en Medjugorje, que dice: “Queridos hijos: en este tiempo de gracia, os invito a la oración con el corazón.
Que vuestros corazones, hijos míos, se eleven en oración hacia el cielo, para que vuestro corazón pueda sentir al Dios del amor que os sana y os ama con un amor inmenso.
Por eso estoy con vosotros, para guiaros por el camino de la conversión del corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
La Virgen, en esta ocasión, fija toda su atención en la ‘conversión del corazón’, por cuyo camino quiere guiarnos.
Poco comentario cabe aquí, más que leer y reflexionar también lo que pide el Señor Jesucristo: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt 5,8).
Dediquemos este Día del Señor al encuentro con el Resucitado e imploremos su Gracia para todos los Hermanos, que aquí volvemos a encontrarnos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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