Reflexión 14 de Agosto

Buenos días.
En las Vísperas de la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, no cabe otra cosa que prepararnos para tal Celebración.
Es razón, por ello, que os traigo uno de los Himnos que se dirán en las Horas litúrgicas de esta Solemnidad, para que sirva de oración con la que prepararnos.
Al cielo vais, Señora, y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora asirse a vuestro manto para subir con vos al monte santo!
De ángeles sois llevada, de quien servida sois desde la cuna, de estrellas coronada: ¡Tal Reina habrá ninguna, pues os calza los pies la blanca luna!
Volved los blancos ojos, ave preciosa, sola humilde y nueva, a este valle de abrojos, que tales flores lleva, do suspirando están los hijos de Eva.
Que, si con clara vista miráis las tristes almas desde el suelo, con propiedad no vista, la subiréis de un vuelo, como piedra de imán al cielo, al cielo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.
Del elogio del Martirologio Romano, tomamos este texto: “Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, consumado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición de la Iglesia, fue definida solemnemente por el papa Pío XII en 1950”. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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