Reflexión 6 de Marzo

Buenos días.
Contemplemos con este Himno cuaresmal la curación del ciego nacimiento. El Señor Jesucristo también quiere curarnos a nosotros las ‘cegueras’ de alma y cuerpo que podamos estar sufriendo.
“Del seno de su madre, ciego oscuro, era el hombre mandado a la piscina; en él no era la luz, era la noche, la nada, la infinita lejanía.
Jamás humano a humano abrió los ojos, que la luz es de Aquel que en luz habita; confiesa: ¿quién lo ha hecho?, ¿quién te puso la mano milagrosa en las pupilas?
Aquel de nombre santo, que es Jesús, con la tierra ha mezclado su saliva; su aliento y corazón, su amor divino se han hecho con el polvo medicina.
Aquel Jesús untó mis ojos muertos y ordenó luego: Báñate y confía; sentí divinidad en la palabra, y fui, y en Siloé me vi con vida.
Y entonces fue el vidente excomulgado por los ciegos, diciendo que veía. Despierta al sacramento, tú que duermes y Cristo Luz será tu nueva vida.
Postrados con el ciego iluminado a ti te confesamos, Dios Mesías; viniste para un juicio: ¡Cristo, juzga y guárdanos contigo en tu gran Día! Amén”.
Hagamos camino cuaresmal buscando el tesoro de un corazón, de una vida, según el corazón de Dios.
Y mientras, te pido reces con fe y esperanza en favor de las necesidades de todos los Hermanos que volvemos a encontrarnos aquí en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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