Reflexión 16 de Marzo

Buenos días.
De las virtudes teologales la Esperanza es quizás la más desatendida por las personas, cuando es de una gran importancia al ser la que sostiene y dinamiza la Fe, pues la mantiene abierta al gran horizonte del encuentro con Dios.
Menandro, comediógrafo griego considerado el autor más destacado de la comedia nueva, que vivió en el siglo IV antes de Cristo, dijo: “En la adversidad la persona se salva por la esperanza”; la esperanza real de que después de la noche viene el día, y que todo siempre tiene una salida que anima a buscar siempre el bien, para tener fundamento de que por la esperanza se encontrará solución óptima para todos los acontecimientos de la vida.
San Pablo le dice a los Romanos 4,18-19, refiriéndose a Abraham: “Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y, aunque se daba cuenta de que su cuerpo estaba ya medio muerto, tenía unos cien años, y de que el seno de Sara era estéril, no vaciló en su fe…”
Aquí vemos la fuerza de la Esperanza, que debemos cuidar, fomentar y desarrollar al máximo para tener un camino más sereno y firme, sin admitir vacilaciones y, sobre todo, dudas o desconfianzas en el Amor de Dios.
Será interesante, como camino cuaresmal, camino de conversión, que revisemos la calidad de nuestra Esperanza, virtud teologal recibida en el Bautismo y que, por ello, todos disponemos de ella.
Hoy te pido que reces al Señor Jesucristo, presente y vivo en la Sagrada Eucaristía, en favor de todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, reunidos aquí en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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