Reflexión 1 de Agosto

Buenos días 
Me llamó la atención una aseveración que leí a Gabriel García Márquez: "Lo más importante que aprendí después de los cuarenta años fue a decir no cuando es que no".
Me llamó la atención porque muchas veces se debería decir NO y en cambio las personas esquivando esta palabra, bien con el sí que no correspondería, bien, simplemente 'dejándose llevar', se suman al error en el que se están metiendo.
Es cualquiera de esos momentos en los que la tentación seductora aparece y "porqué voy desaprovechar la oportunidad", y entonces no digo no.
Es cuando me proponen participar en un negocio o actividad lucrativa, pero fuera de la moral y de la ley, y no lo rechazo "porque hacerlo es de tontos".
Es cuando me veo envuelto en una reunión o contubernio, y no reacciono a tiempo para rechazar aquella situación ilícita.
Es, en fin, cuando decir SÍ supondría seguir el verdadero camino serio, recto, honrado, según el santo temor de Dios, y, "mejor dejarlo para otra vez".
Hay una pregunta sencilla que hacerse.
¿Son los principios del Evangelio los que iluminan mis comportamientos?
¿Son las Verdades de la FE las que me llevan al buen gobierno de mi vida?
En resumen: ¿He aprendido a utilizar el SÍ y el NO cuando se debe y corresponde?
Ánimo que la carrera de la vida apremia para ganar la "corona que no se marchita", como enseña San Pablo (1 Cor 9,23-27)
Ya es momento de decir sí a la oración intercesora que nos piden las necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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