Carísimos Hermanos de la Casa de la Madre y Guía.
Hoy, guardo silencio contemplando el ADVIENTO que va concluyendo.
Espero la llegada del Redentor.
Pero, a la vez, no quiero olvidarme que también le espero en la Parusía, cuando venga a 'juzgar a vivos y muertos'.
Feliz día y Feliz SILENCIO en el corazón.