Reflexión 16 de Diciembre

Mis queridos Hermanos:
Hoy, Viernes de la III Semana de Adviento, vamos ponernos delante de la primera condición para una buena Confesión: 'El Examen de conciencia'. 
Con frecuencia hemos dicho u oído cosas parecidas a, "de qué me voy a confesar? Yo no tengo pecados"; y también, "no se de qué me voy a confesar, si no sé hacer el examen de conciencia". 
A la primera cuestión te ofrezco lo que dice el Libro de los Proverbios, cap. 24,16: 'Siete veces cae el justo, pero se levanta...', y pregunto: Si el 'justo' cae siete veces, los que no somos justos, cuántas?
A la segunda alegación, diré que hay muchos caminos y medios para conocer los propios pecados, por ejemplo, seguir los diez mandamientos de la Ley de Dios, los cinco mandamientos de la Santa Madre Iglesia, las virtudes teologales y cardinales, los pecados capitales....
Quieres más?
Solo se necesita: QUERER, y después, SINCERIDAD de corazón y RECTITUD de intención. 
Y si alguno necesita un examen más detallado, le daremos más pistas. 
Lo importante siempre es salir de la postración en la que cae el alma cuando el pecado hace mella en el corazón. He ahí la razón del Sacramento del Perdón y la necesidad de acudir frecuentemente a él. 
Recurramos al Espíritu Santo para que nos ilumine interiormente y nos de paz y serenidad. Este es un buen método para hacer un buen examen de conciencia. 
A María, nuestra Madre y nuestra Guía, le suplico nos sostenga en el encuentro con nuestra VERDAD interior. 
Feliz día en el camino hacia el encuentro con el Señor que viene!!!.