Reflexión 11 de Junio

Buenos días en la Solemnidad del Corpus Christi.
El Señor Jesucristo se entregó en tal medida y de tal forma, que por mucho que lo meditemos no lo llegamos a abarcar.
Sabemos que su entrega fue total y lo hizo sin reservarse nada para sí, pero hoy convendría que nos fijásemos en algo tan sencillo para nosotros como es su presencia en la Santísima Eucaristía.
Digo sencillo porque lo tenemos visto e interiorizado de muchos años, pero, en cambio, ello hace que el Señor Jesucristo no se quede en la memoria un personaje histórico, que vivió con grandes testimonios de palabra y de obra, sino que vive cada día y cada hora entre nosotros en su presencia eucarística: en cuerpo y sangre, alma y divinidad en el Sagrario, lo cual supone que no podemos hablar de Él como alguien que pasó, sino que podemos hablar con Él, escucharle y darle el culto que merece y  nosotros necesitamos.
Qué importante es que dedicaras hoy tu oración a Adorar con el corazón este gran Misterio de AMOR, porque por mucho que queramos poner todo el amor que seamos capaces de generar, nunca podremos expresar lo que es su Amor entregado de esta forma en la Sagrada Hostia que adoramos y contemplamos.
Es muy importante descubrir lo que es verdaderamente la relación entre el alma y Jesús Sacramentado.
Hoy te pido que no dejes de rezar ante Él por todos los Hermanos que aquí, en torno a su Madre Amantísima, nos encontramos para Adorarle y para Amarle por siempre. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
www.materchristi.es