Reflexión 25 de Octubre

Buenos días
Hoy comienzo ya preguntando: ¿Cuántas veces has dicho ante una situación concreta o ante alguna cosa que te han comentado, pedido o encomendado: eso ES IMPOSIBLE?
¿Será verdad que siempre que pronunciaste, ES IMPOSIBLE, era tal; o te lo creias así?
Pero, ¿No nos dijo Jesús que para DIOS NO HAY NADA IMPOSIBLE? (Lc 1,37; 18,27)
¿Entonces?
¿Por qué tú y yo aceptamos que puede haber algo IMPOSIBLE?
Aceptar un IMPOSIBLE es condicionar la voluntad para abandonar todo esfuerzo, que se podría o se debería hacer para, examinar al menos en profundidad, todas las posibilidades reales que quedarían para transformar el IMPOSIBLE en POSIBLE.
En el orden humano, ¡cuidado con la PEREZA, que no me deja dar la batalla hasta el final!.
Y en el orden sobrenatural, ¿dónde queda mi FE y mi ESPERANZA, que han de ser los motores que me lleven a alcanzar las Gracias del Altísimo, para superar todo obstáculo?
Claro está que estas propuestas exigen mucho en diferentes órdenes, que no siempre se está en disposición de pagar: renuncias, sacrificios, negación de sí, esfuerzos y trabajos...
La verdadera FELICIDAD no la busquemos fuera de Dios y del cumplimiento de su Santa Voluntad, porque en las comodidades y placeres de la vida, sólo se puede encontrar FELICIDAD poco duradera y falsa.
POSIBLE y de gran provecho es también hoy que recemos por todas las necesidades de los Hermanos que nos reunimos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón
MATER CHRISTI
Madrid - España
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