Reflexión 15 de Septiembre

Buenos días en la Fiesta de la Virgen de los Dolores.
Tras haber contemplado la CRUZ, la Iglesia nos pone ante nuestros ojos y nuestro corazón a la Madre de Jesús en su gran experiencia DOLOROSA.
La Virgen Santísima es MODELO para nosotros en las múltiples facetas de la vida humana; y hoy nos la presenta la Iglesia como modelo ante el DOLOR, ante el SUFRIMIENTO, y, sobre todo, como modelo de FIDELIDAD a la misión que Dios Padre le confió en la Anunciación.
Sólo hay que recorrer las páginas del Evangelio para ver cómo supo vivir en el AMOR TOTAL.
Al pie de la Cruz, su Hijo la confió el cuidado de los suyos, de la Iglesia que nacería después de Resucitar y enviar el Espíritu Santo.
Entre tanto, María hubo de cuidar de los Apóstoles y Discípulos que recibió como hijos; como hoy también sigue cuidando de todos nosotros.
Mirando la imagen de la MADRE DOLOROSA, bien podemos mirar hacia dentro de sí mismo, para ver la calidad cristiana con que nos ponemos ante nuestros dolores y ante nuestros sufrimientos.
Y también, ante los sufrimientos de los demás.
¿MARÍA se quejó  como solemos hacer nosotros bastantes veces?
Aprendamos de Ella a ACEPTAR todas las contrariedades e incomprensiones como se presentan a lo largo del tiempo.
¿Podríamos OFRECERLA hoy nuestro propósito de IMITARLA ante el dolor y el sufrimiento que se nos presente en adelante?
Mejor que la MADRE DOLOROSA, nadie puede entender todas las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guia; imploremos su intercesión para que encuentren solución en el Amor de Dios. AMÉN.