Reflexión 7 de Enero

Buenos días.
Cuando avanzamos a culminar el Tiempo de la Navidad, quedémonos con algo que supieron escrutar en los acontecimientos María y José, como fue ‘el deseo de Dios’ en todo momento y que hicieron cuanto pudieron para cumplirlo con la mejor disposición.
No fue fácil, pero día a día aceptaron aquel ‘deseo de Dios’ que, sin duda, alguna vez les costaría hasta comprenderlo, pero que siempre, bajo la guía de la obediencia, supieron hacerlo realidad en sus vidas.
Nuestras vidas también deberían estar sometidas al mismo ‘deseo de Dios’ sobre ellas, porque además es el camino seguro de una vida cristiana según su Amor y su Providencia, que siempre reportará la Paz y la Alegría vividas en Belén.
Ojalá cada día las personas se interrogaran: ¿Cuál es el deseo de Dios hoy, para mí y para el mundo? En la respuesta encontrarían muchas razones para ser mejores y para intentar hacer todo mucho más perfecto, lo que resultaría también más fácil aunque parezca ésto imposible.
Ya te pido como cada día que reces por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos, que hoy nos encontramos aquí en torno a la Sagrada Familia. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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