Reflexión 4 de Enero

Buenos días.
Avanzamos en el último tramo del Tiempo de Navidad, ya a dos días de Celebrar la Epifanía del Señor.
Y creo que es buen momento para considerar en la Virgen María su condición de Esposa y de Madre, sencillamente para ver qué podemos hoy aprender de Ella en estas dos facetas humanas.
Como Esposa la encontramos unida a San José, asumiendo y aceptando tanto lo que acontecía como lo que él, como cabeza de familia, decía. Un ejemplo claro lo tenemos en la huida a Egipto (Mt 2,13-15), aunque es verdad que San José obedecía al ángel que en sueños le mandó que lo hiciera, la Virgen María no mostró ninguna resistencia a lo que decidió San José, que era obedecer a Dios.
Como Madre, sabemos todos, más que de sobra, los desvelos con los que vivió la Virgen María desde el primer instante de la Concepción. Hay múltiples ejemplos en los evangelios, comenzando por Belén hasta el Calvario, con todo lo que supuso la vida Pública de Jesús, de la entrega de María como Madre, que después de la Muerte de su Hijo prolongaría su Maternidad en los Apóstoles y Discípulos del Señor.
Todos, esté cada uno en el estado de vida que esté, puede aprender mucho del comportamiento de María como Esposa y Madre, además de ayudar a los otros a que también se acojan al ejemplo de Ella para superar las múltiples caras y dificultades que presenta la vida , así como la convivencia conyugal y familiar.
Hoy te pido que, acogiéndote a María, Esposa y Madre, le reces para que venga en ayuda de todas las necesidades de los Hermanos que aquí volvemos a encontrarnos. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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