Reflexión 29 de Enero

Buenos días en el Día del Señor.
En este 4º domingo del Tiempo Ordinario del ciclo A, la Palabra de Dios que se proclama en la Santa Misa en muy rica en su contenido y en su significación. La primera lectura, de la Profecía de Sofonías, es una llamada muy importante, máxime si la escuchamos en el eco que nos dejó el mensaje de la Virgen María, Reina de la Paz, el pasado día 25 y del que meditamos el día 27.
Dice así la lectura: “Buscad al Señor los humildes de la tierra, los que practican su derecho, buscad la justicia, buscad la humildad, quizá podáis resguardaros el día de la ira del Señor. Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor.
El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca. Pastarán y descansarán, y no habrá quien los inquiete”.
No creo que estemos muy lejos de que se cumpla esta Palabra de una forma muy concreta y definitiva, por ello debemos escucharla e intentar pertenecer, para la Gloria de Dios y bien de nuestras almas, a ese ‘resto’ que es ‘un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor’.
Hagamos, igualmente, vida propia la oración colecta con la que la Iglesia ora hoy en la Santa Misa: “Señor, Dios nuestro, concédenos adorarte con toda el alma y amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo”.
Pues con este programa de vida que nos deja la Sagrada Liturgia en este Día del Señor, pues también las otras dos lecturas de la Misa son extraordinariamente ricas, os dejo para que la oración nos ayude a dar pasos seguros en la santidad que nos urge alcanzar.
Por si lo necesitáis, las citas de las lecturas son: Sof 2,3;3,12-13 – Salmo 145 – 1 Cor 1,26-31 – Mt 5,1-12.
Ya te pido que reces al Señor Jesús Resucitado por todas las necesidades de la Iglesia y de sus miembros, particularmente de los que aquí nos encontramos en María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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