Reflexión 3 de Enero

Buenos días en la Fiesta del Santísimo Nombre de Jesús.
El nombre es una de las cosas más importantes de las personas, pues el nombre las identifica singularmente del resto.
En el caso del Señor Jesús la importancia es excepcional para cualquier cristiano, pues en él podremos encontrar la razón y la fuerza que se necesita para afrontar las diferentes situaciones que se presentan a lo largo de la vida personal.
Conviene recordar aquello que San Pablo diría a los Colosenses 3,17: “Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. He aquí una razón y un medio por el que podremos vivir en el agrado de Dios.
Y a los Filipenses 2,9-11, les dirá también San Pablo: “Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre”.
En este texto ya es definitiva la importancia del Nombre de Jesús, pues ante Él ‘toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en el abismo’, pues toda lengua ha de proclamar -la tuya y la mía debe hacerlo cada día-, ‘Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre’.
Debemos considerar que una cosa es la gran cercanía que tenemos con el Señor Jesucristo, y otra cosa es tener muy claro el lugar que debe ocupar en nuestras vidas y el amor respetuoso y máximo que le debemos.
Por favor, no falte hoy tu oración a la Sagrada Familia, en este tiempo de Navidad que todavía estamos, por todas las necesidades e intenciones de cada uno de los Hermanos que aquí nos encontramos en Ellos: Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón Hernández
MATER CHRISTI
Madrid – España
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