Reflexión 25 de Enero

Hoy, Festividad de la Conversación de San Pablo. 
Buen día éste, Hermanos, para pensar algo en lo quizás algunos no nos hayamos dado cuenta aún.
San Pablo sabemos que tuvo una gran preocupación por las Comunidades Cristianas que él había evangelizado; ahí están sus Cartas y los relatos en los Hechos de los Apóstoles. 
Pues, bien, María, nuestra Madre y nuestra Guía, nos ha ido convocando para formar parte de esta Comunidad, que la llamamos 'Casa de la Madre y Guía'. 
Nos unen los lazos de la FE, de la ESPERANZA y de la CARIDAD, que se deben expresar en una preocupación fraternal por las necesidades de los Hermanos. 
Es verdad que algunos, bastantes quizás, no os conocéis, pero en la Virgen Madre sí nos encontramos todos cada día. 
Qué bueno sería que cada uno, desde el corazón, elevará cada mañana una palabra de Caridad al Cielo en favor del resto de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. 
Alguna vez, uno u otro hermano necesitado pide oraciones, pero, cada día, TODOS necesitamos la Oración del Hermano, de Tí, porque hay una necesidad, hay una tristeza o una alegría, hay una ilusión que se necesita ver cumplida, hay..., qué se yo!!!
Os invito a que en esta Fiesta del Apóstol de las Gentes, estrechemos nuestros lazos fraternales, con el recuerdo silencioso e íntimo por el resto de los Hermanos. 
Tú no te preocupes porque no sepas pedir lo que yo necesito en cada momento, la Virgen, Madre y Guía nuestra, SÍ LO SABE. TÚ pon en sus manos tu Oración, y Ella repartirá las Gracias según la necesidad y confianza de cada uno. 
Solo se necesita que tengas filial abandono en Ella, que cada día le eleves tu Oración, y que sepas existencialmente, que la Virgen es la Medianera de todas las Gracias, como así lo enseña la Iglesia. 
Muy UNIDOS en este día, en el que en MATER CHRISTI sabéis que celebramos el Pilar Espiritual de la UNIDAD.