Reflexión 29 de Diciembre

Buenos días en la SOLEMNIDAD DE LA SAGRADA FAMILIA.
Estamos ante otro día entrañable del Tiempo de la Navidad, para Celebrar a la SAGRADA FAMILIA.
Cuánta Luz para las vidas de las personas de nuestro mundo contemporáneo, se puede encontrar en la SAGRADA FAMILIA.
Si miramos a Jesús, María y José, encontramos muchas sugerencias para la vida en familia.
Y si miramos a nosotros mismos dejándonos iluminar por su vida y ejemplo, también encontraremos múltiples motivos y caminos para VIVIR felices en el AMOR DE DIOS.
Quizás tengamos que cambiar algunas cosas, costumbres o malos hábitos, pero merecerá la pena.
Posiblemente habrá actitudes de egoísmo que no son compatibles con la buena convivencia familiar.
O puede que se nos demande unas actitudes más generosas.
Sin duda que será particularmente necesario seguir el Consejo Evangélico: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mt 22,39). El problema lo tenemos que cuando aún no sabemos 'amarnos a nosotros mismos', porque nuestro corazón no es limpio, no tiene claro su destino de eternidad, no conoce en definitiva lo que es lo mejor para sí..., entonces trata al otro tan torcida y equivocadamente como se trata a sí mismo.
Y no será porque no es claro este Consejo Evangélico.
Mirando a la propia Sagrada Familia, sería larguísimo el comentario que podemos hacer de cada uno en particular y de los tres como Familia que son.
De José podemos reflexionar en su PRUDENCIA, en su tacto ante el acontecimiento de encontrar a María encinta primero y después ocupando su lugar según el Corazón de Dios y no otro, cumpliendo fidelísimamente la misión que se le confió.
En María encontramos la mujer sencilla y humilde; tendrá que aprender muchas cosas, pero su abandono en Dios le da la firmeza para ir haciendo el camino en absoluta dependencia de Dios primero, y de su esposo después; no olvidemos que el Evangelio nos dice más de una vez que "María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón" (Lc 2,19).
Y del Niño, qué decir en toda la trayectoria de los 30 años que vivió en familia, primero con los dos, María y José, luego muerto éste ya sólo con su Madre hasta que hubo de ir a Predicar el Reino.
Entrando en una meditación personal e íntima de cómo sería y fue la vida de Jesús con sus padres, se encuentran muchos motivos de gozo espiritual y de estímulo para ser, a imagen de los tres, buenos cristianos y mejores imitadores de sus virtudes, de las que sobresale una común en los tres: la FIDELIDAD al Padre Dios. 
Y no podemos olvidar que la FIDELIDAD la sostiene únicamente el AMOR. Decir Fidelidad a Dios es decir AMOR A DIOS.
Os deseo un gran día de LUZ y CONVERSIÓN al amparo de la Sagrada Familia.
A Ella te pido reces hoy por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos unidos por Jesús, María y José. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es