Reflexión 15 de Diciembre

Buenos días en el día del Señor. 
Ayer comentábamos acerca de la ENFERMEDAD.
Hoy vamos a verla desde el prisma de quien la padece: el ENFERMO.
La persona enferma vive, según el tipo de dolencia que padezca y la mayor o menor gravedad, situaciones diferentes de estados de ánimo, de fuerzas, etc.
Y con ello el sufrimiento físico y moral que cause la enfermedad.
Cierto es que la persona quiere vivir siempre un estado de normalidad, que es la SALUD, por lo que cuando ésta falta las cosas se perciben y se ven de otra manera.
Al ENFERMO le ayuda la preocupación de los demás por él y su estado, pero también le puede causar molestias cuando las otras personas le agobian con opiniones y consejos.
De aquí que ante una persona enferma se ha de estar en una situación de máximo RESPETO; actuar con suma delicadeza y saber estar conforme necesita el enfermo en cada momento, y no como a la otra persona le gusta, apetece, etc.
Es muy importante que tanto el enfermo como quien vive a su lado, sepan transmitirse mutua comprensión y estima, o sea, AMOR.
Saber estar en donde y como se debe estar, es una gran lección de vida que todas las personas deberían esforzarse por adquirir y hacerla norma de vida.
Y en tanto continuaremos profundizando, reza ya con ILUSIÓN y ESPERANZA al Señor Resucitado, por todas las intenciones y necesidades de los Hermanos. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
www.materchristi.es