Reflexión 23 de Diciembre

Buenos días.
En el acontecimiento del Nacimiento de Jesús, hay un episodio que debemos tener muy en cuenta.
Me refiero al anuncio del Ángel que reciben los Pastores, en el que se manifiesta de forma muy marcada la GLORIA DE DIOS.
Veamos el texto evangélico de San Lucas 2,8-14.
Dice que, "Había en la región unos pastores que moraban en el campo y estaban velando las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Se les presentó un ÁNGEL DEL SEÑOR, y la GLORIA DEL SEÑOR los ENVOLVIÓ con su LUZ, y quedaron sobrecogidos de temor. Díjoles el ángel: No temáis, OS ANUNCIO UNA GRAN ALEGRÍA que es para todo el pueblo: Os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David... Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, alabando a Dios, diciendo: GLORIA A DIOS en las alturas y PAZ en la tierra a los hombres de buena voluntad."
Hemos de interiorizar en nuestro espíritu dos cosas.
Una, que en la NAVIDAD nuestro corazón ha de estar abierto a dar esa GLORIA A DIOS, de una u otra forma, o de las dos.
La otra, que hemos de examinarnos para ver si estamos verdaderamente abiertos a reconocer y cantar la GLORIA DE DIOS, de una forma ordinaria y cada vez que se manifiesta en nuestras vidas y en todo cuanto nos rodea y nos afecta.
La GLORIA DE DIOS es consustancial a Él mismo, y estamos llamados a identificarla, aceptarla y cantarla ante todos los hombres, cuando surge en o ante nosotros.
Dios es muy celoso, también de su Gloria, lo que nos obliga a vivir acorde a sus deseos y sentimientos.
Trabajemos mucho en este asunto de la GLORIA DE DIOS, enseñando a los otros a vivir ya en este mundo la Gloria de Dios, que estamos todos llamados a vivir y a cantar eternamente en el Cielo.
Reconociendo la GLORIA DE DIOS en nuestras propias vidas, recemos con mucha confianza por todas las necesidades de los Hermanos, reunidos en torno a María, nuestra Madre y nuestra Guía. AMÉN.
Emilio Castrillón 
MATER CHRISTI 
Madrid - España 
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