Buenos días Hermanos.
Todos conocemos el SUFRIMIENTO de una forma directa e indirecta.
Lo conocemos en nuestra propia persona y lo conocemos en los demás.
El SUFRIMIENTO tiene infinidad de caras y de matices, que hace que sea algo muy conocido, pero no tan fácil de tratar.
Podriamos enmarcarlo en dos grandes apartados:
SUFRIMIENTO FÍSICO
SUFRIMIENTO MORAL
El SUFRIMIENTO es OBJETIVO, porque se puede identificar perfectamente la causa que lo propicia o lo ocasiona, pero también es SUBJETIVO, porque su intensidad y su dolencia en cada persona, se manifiesta, se experimenta y se vive de forma diferente.
Lo importante será tener las ideas muy claras frente al SUFRIMIENTO, pues se trata de saber hacerle frente cuando aparece sin perder la paz, ni la compostura.
Para hacer así es necesario mirar, mejor, CONTEMPLAR nuestro modelo, que es JESUCRISTO.
En ÉL podremos aprender el verdadero sentido cristiano del SUFRIMIENTO, de su importancia y de su transcendencia.
Hoy ya podemos reflexionar, en principio, sobre nuestra propia EXPERIENCIA del SUFRIMIENTO y de las actitudes que tenemos habitualmente ante las diferentes manifestaciones de esta realidad que nos acompaña a todas las personas.
Las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guia, esperan y confian en tu ORACIÓN. No tardes. AMÉN.
Emilio Castrillón
Mater Christi