Reflexión 20 de Agosto

Buenos dias, al amparo del Señor Resucitado.
Ignoro, como es lógico, si dedicaste ayer algun tiempo a considerar lo que planteaba de ESCUCHAR a Dios, porque una cosa es oir y otra bien distinta es escuchar.
Hoy, en el evangelio leemos el encuentro de la mujer cananea con Jesús, al que le pide ayuda para que cure a su hija endemoniada.
El Señor no la atiende, explicando a los discípulos que Él 'ha sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel'.
La mujer le ESCUCHA, y le grita "AYÚDAME", pero el Señor le habla de 'no echar el pan de los hijos a los perros'.
La cananea que le está ESCUCHANDO con mucha atención, utiliza el mismo argumento de Jesús diciéndole, con gran pobreza y  humildad, pero con confianza máxima, 'también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos'.
MUJER, ¡QUÉ GRANDE ES TU FE....! Le dice Jesús.
¡Qué precioso episodio, del que tanto se puede aprender!
No nos conformemos con OIR, que eso lo hacemos todos y siempre; lo VALIOSO es ESCUCHAR, SABER ESCUCHAR.
Reflexionemos sobre la diferencia que hay, entre simplemente OIR y verdaderamente ESCUCHAR.
Y como cada dia acudamos a orar por las necesidades de los Hermanos de la Casa de la Madre y Guía. AMÉN.