Reflexión 11 de Junio

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.
Queridos Hermanos de la Casa de la Madre y Guía, permitirme que hoy os ofrezca el Himno que la Iglesia rezó ayer en las Primeras Vísperas de la Solemnidad, y lo hará hoy nuevamente en las Vísperas del día:
"¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, 
la Iglesia nos sumerge en tu misterio; 
te confesamos y te bendecimos, Señor, Dios nuestro. 
Como un río en el mar de tu grandeza, el tiempo desemboca en hoy eterno, lo pequeño se anega en lo infinito, 
Señor, Dios nuestro. 
Oh Palabra del Padre, te escuchamos: 
Oh Padre, mira el rostro de tu Verbo; 
Oh Espíritu de Amor, ven a nosotros; 
Señor Dios nuestro. 
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro! 
Haced de nuestras almas vuestro cielo, 
llevadnos al hogar donde tú habitas, 
Señor, Dios nuestro. 
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu: 
fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra, Señor, Dios nuestro. Amén."
HOY, sólo deberíamos dedicarnos, en medio de las obligaciones que cada uno deba atender, a la CONTEMPLACIÓN, a la ADORACIÓN y a la ALABANZA de la Santa, Una y Única TRINIDAD:
Gloria al Padre
Gloria al Hijo
Gloria al Espíritu Santo
AMÉN. 
E invoquemos a MARÍA, TEMPLO y SAGRARIO de la SANTISIMA TRINIDAD, para que nos alcance todas las gracias que necesitamos cada uno de los que formamos su Casa.
AMÉN, AMÉN, AMÉN!!!